miércoles, 27 de enero de 2021

La evasión del artista maldito

Escalera roja en Cagnes (1923). Chaim Soutine.

 

El cansancio del academicismo produce artistas malditos.

 

¡Cuántos deberían agradecer al academicismo que les hayan colgado la etiqueta de “maldito”!


El artista “maldito” suele crear una obra evasiva, quiere demostrarnos que él se apea del mundo. Compone partituras de audición atormentada y escribe poemas como disparos que a menudo se tornan contra ellos mismos y los demás los vemos pasar sin que el proyectil nos produzca ningún rasguño. 


La figura de los poètes maudits se asocia a la absenta, la morfina, la cárcel, la miseria, la perversión, el desorden y a una rabia exagerada contra algo que no saben muy bien qué es. 


Les cuesta delimitar el campo de batalla y para precisar con rigor quién es su enemigo recurren a tópicos panfletarios. 


Muchos malditos quieren ser más malditos de lo que son y con su maldición pretenden cambiar el mundo. Me temo que, si llegaran a hacerlo, huirían por patas gritando: “yo soy otro”.

16 comentarios:

  1. Caramba, no lo había visto de esa forma.
    Me vienen a la cabeza el expresionista Soutine (del que has insertado un cuadro que me gusta cantidad), o Modigliani, en pintura, claro.
    Quizá la perversión de sentirse malditos pensando en ser reconocidos por sus extravagancias, sólo le fueron concedidos a muy pocos, que además tenían muy buenos representantes o "marchantes" que creo, también tenían algo que ver.
    Salut

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    1. Miquel, creo que muchos "artistas malditos" se complacen con esta consideración, les da un aire de exclusividad que en cierta manera es una forma de vanidad, Esto les da alas para planear por encima de los demás mortales, o al menos así se lo creen.
      La extravagancia tiene un mercado.
      Salut

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  2. Aunque es muy fácil que nunca lo hayan deseado, hay muchos artistas malditos que han pasado a engrosar, con su bendición o sin ella, a ese coloso que solemos llamar "canon occidental".

    Salud.

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    1. Amigo Pitt, el "canon occidental" y en definitiva el sistema, acaba asimilando lo que satisface y es, al mismo tiempo, algo así como un pez que se muerde la cola: bendice y al hacerlo crea una satisfacción de rebaño.
      El sistema es muy potente, es un uróboros que engulle y transforma hasta lo que le es adverso, estoy pensando en el "Che", que siendo un antisistema, su imagen ha sido engullida y tranformada en logotipos o se ha estampado en camisetas de niños pijos.
      Abrazos

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  3. Ay, esos poetas malditos que ganan fama y dinero siéndolo...

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    1. Pues, seguramente, por esta razón les gusta ser malditos.
      Salud

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  4. En ocasiones a falta de verdaderos enemigos nos los creamos. Se vive muy bien "en contra de", es más fácil destruir que crear.

    Un saludo.

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    1. Amigo Daniel, en esta cuestión soy especialmente sensible, yo sé muy bien lo que cuesta construir y me indigno cuando veo cuán fácilmente destruyen algo que costó tanto crearlo.
      Saludos

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  5. Lo importante es que se hable de uno, aunque sea mal o para colgarte el cartel de "maldito", porque el morbo vende mucho. Los hay que aprovechan la literatura para liberarse de las neuras y de las obsesiones, muchas veces bajo los efectos del alcohol y de los estupefacientes. Y de vez en cuando alguno de ellos nos descubre algo genial, aunque no todos los días.
    No aciertan siempre los Baudelaire, los Rimbaud o los Leopoldo María Panero de turno.
    Saludos.

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    1. Amigo Cayetano algunos de estos autores malditos han dado obras excepcionales, pero, como tú dices, no siempre aciertan. Son grandes poetas pero sus obras tienen lagunas como todos los demás. Hay buenos artistas tanto en las filas de la "maldición" como en las de la cordura y en todas partes cuecen habas. Lo que no me gusta es que me impliquen en sus neuras. Que sepan, estos "malditos", que sus obsesiones no son excelsas ni son mejores que las manías de los otros.
      Saludos

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  6. Malditos auténticos hay muy pocos, y quienes lo son de verdad no están en los circuitos culturales. Quienes viven apasionados de su arte y malditismo se refugian en covachas y todo fuera de su arte y de ellos mismos, les importa un pimiento. Nunca he conocido a un maldito, sí a muchos aspirantes, aunque sin valentía y entonces se quedan en figurantes, en un quiero y no puedo.

    Abrazos

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    1. Amiga Marga, hemos conocido algunos que se apuntan al espectáculo del "malditismo". No paran de hacer gala de una supuesta exclusión, todo sea por aparecer bajo los focos.
      La actualidad ofrece poca cosa a los malditos, que ya les queda poco terreno donde cobijarse, pues la actualidad ya es, en si misma, una maldición.
      Abrazos

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  7. Vivir siempre a la contra consigue que el que lo hace se sienta no culpable. y así se refugie en el NO.

    Crear y construir eso sí cuesta y es a veces mucho más "maldito".

    Salud, Francesc.

    Anna Babra

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    1. Amiga Anna, los malditos no paran de despotricar contra los demás y a los demás nos toca aguantar sus invectivas y poner cara de tolerantes. Así va el asunto.

      Crear y construir es dificilísimo y muy duro, tanto que a veces puedes acabar ante los tribunales. Lo sé.
      Abrazos
      Francesc Cornadó

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  8. Me temo que no hay ya artistas malditos ni malditismos que valgan. Tal vez sí siga habiendo objetos de maldición. Pero nada se crea ya y menos nada se destruye. La maldición permanece en el mito de Sísifo de nuestros días turbulentos, sin arte. Eso sí, retorcidos, trapaceros, y otras especies cunden todavía a la sombra de la mediocridad de los poderes taifas.

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    1. Amigo Fackel, en un aire maldito, no vuelan ni las aves malditas, en un presente maldito no hay ningún artista maldito que pueda destacar, todos se confunden en el ambiente.
      Abrazos

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