Almacenes Can Jorba (Manresa)
Mi subjetividad, más determinada por la práctica profesional que por la reflexión teórica sobre el arte, me lleva a considerar el Art Decó como un estilo artístico dotado de un lenguaje formal propio. Con esta consideración llevo la contraria a gran parte de la crítica de arte que considera el Art Decó como una peculiaridad estilística meramente decorativa. Es decorativo, sí, pero se distingue por unos elementos estilísticos que le son propios.
Si bien es cierto que las formas del Art Decó han sido piezas ornamentales de vestíbulos de hoteles, escaparates y rótulos de establecimientos comerciales; su discurso formal supuso una de las reacciones más claras contra las diversas formas de modernismo (Art Nouveau, Modernisme, Sezession, Jugendstil, Modern Style y otras manifestaciones evanescentes del romanticismo tardío).
En oposición a la ondulación y la contra-curva del coup de fouet modernista, el Art Decó replica con la rigidez del ángulo recto. Contra la sutileza de los trazados vaporosos del Art Nouveau, el Art Decó exhibe un trazo duro, quebrado y grueso, de contornos definidos. Se opone a la iconografía medieval de princesas y dragones con imágenes provenientes de los hallazgos arqueológicos de Egipto, de Creta, de Mesopotamia.
El Art Decó es un arte geométrico, en cierta manera exaltado y duro, tal que recuerda modelos del futurismo italiano amalgamados con claras influencias cubistas y constructivistas. Es el arte de la burguesía ociosa de “los felices años veinte”. De hecho, fue denominado “Estilo 25” y no fue hasta cincuenta años más tarde que se le dio el apelativo de Art Decó.
Es un arte eminentemente francés, y de Francia nos llegaron aquí sus resonancias formales que se confundían, por estos lares, con un eclecticismo desorientado.
En arquitectura Art Decó y eclecticismo, corrían paralelos con las vanguardias más rompedoras del Movimiento Moderno (dadá, abstracción, cubismo, expresionismo, influencias fovistas...). Con la mirada sobre el clasicismo mediterráneo, aquel batiburrillo Decó que habría de derivar hacia el clasicismo endulcorado del noucentisme, pasó por Cataluña como una moda para snobs desocupados.
A pesar de su escasa presencia en Cataluña, me permito exponer algunas características de su concurrencia. Aquí, en este pequeño territorio que se extiende por una parte del litoral mediterráneo, como una franja risueña de sonrisas dobles y engañosas dispuestas a asimilar cualquier expresión artística foránea mientras se encandila con el pasado de una epopeya inventada.
Las
más efectivas representaciones del Art Decó en Cataluña las encontramos en la
joyería, la moda, la fotografía, la tipografía y sobre todo en la decoración de
restaurantes, tiendas y locales nocturnos. Cuando aparece en la arquitectura se
trata de un ornamento pegado a una arquitectura ecléctica. Podemos encontrar
manifestaciones de Art Decó, mucho más potentes y destacadas en otras ciudades
españolas como Melilla, Valencia o Madrid.
El Art Decó fue severamente criticado por los arquitectos racionalistas del GATCPAC, opinaban que se trataba de un estilo frívolo y decorativista. Aquí, el Art Decó, se expresó de una forma tímida con un lenguaje formal que aún rememora las maneras evanescentes del modernismo:
Una vertiente de colores suaves, líneas ondulantes y un cierto simbolismo simplificado que nos recuerda la obra de Puvis de Chavannes. Esta línea que podríamos calificarla de sedosa, sutil y delicada estaría representada por artistas como Xavier Nogués y Josep Obiols y principalmente por Francesc Galí, también en los vasos de Ricard Crespo y en los vidrios y esmaltes de Josep Mª. Gol.
Jove mare a la finestra. Francesc d'Assís Galí (1880-1965)
Al lado de esta línea sedosa se desarrolla un Art Decó, más vigoroso y duro, un arte que utiliza la línea firme y geométrica, el ángulo recto, la fragmentación. Una línea que recibe la influencia cubista, algo atenuada, eso sí. Una línea que utiliza materiales poco habituales:
cáscara de huevo, carborundo, goma, cromados en joyería y aleaciones infrecuentes. En esta línea dura encontramos a los escultores Josep Granyer con su “jirafa coqueta” o su “toro pensador” ambas esculturas situadas en la rambla Catalunya de Barcelona; a Pau Gargallo que integra el vacío como elemento compositivo; a Apel·les Fenosa que formaba parte del grupo “Los Evolucionistas”, con Joan Rebull, Josep Granyer y Josep Viladomat que apostaban firmemente por superar el modernismo. En esta línea dura encontramos la pintura de Josep Togores que nos recuerda a Tamara Lempicka y las joyas de Emili Store realizadas con alambres de plata.
Gitaneta (1933). Joan Rebull.
Printania. Josep de Togores, París, 1922
En Cataluña, el Art Decó fue la expresión más frívola de aquellos snobs de los felices años veinte que, aprovechándose de la neutralidad política, hicieron sus fortunas de forma bastante fácil. Fue una moda excéntrica y no fue más allá, quedó como un estilo empanado entre el modernismo y las vanguardias del Movimiento Moderno.
No soy un experto en arte, pero no me pasa desapercibido este movimiento en Barcelona, ayer, sin ir más lejos, tropecé con una puerta en hierro forjado típica art decó.
ResponderEliminarCreo que tiene personalidad, que para que algo sea denominado "movimiento" debe de tener un marchamo diferente, que ha se sobresalir e identificarse de lo anterior, que ha, en suma, de expresar belleza en forma diferente a lo visto, y que en menos de vente años que duró su producción lo ha conseguido.
No se si es un arte excéntrico, de verdad que no lo se, se que me gustaría poseer un Tamara de Lempicka antes que otras obras de otros movimientos, sin menospreciar ninguno.
Gracias por la entrada y los nombres, que para mi son más que interesantes porque hay detalles que desconocía.
Un abrazo
Amic Miquel, en Barcelona hay bastantes ejemplo de Art Decó. Aquí fue adoptado por un sector de la burguesía más cosmopolita.
EliminarEl Art Decó supuso un desafío higiénico contra el modernisme.
En este blog puse un texto sobre Tamara Lempicka, este es el enlace:
http://francesccornado.blogspot.com/2011/09/la-nueva-vida-de-tamara-lempicka.html.
Abrazos
Y una forma de pensar la vida.
ResponderEliminarExcelente entrada.
Sí, Pedro, el Art Decó es una forma de vivir y de pensar que contrastaba con las formas tardías del romanticismo.
EliminarSaludos
Para unos, un estilo; para otros, una tendencia, una moda más o menos duradera, una forma de entender el tiempo en el que se vive, un gusto estético específico... La verdad es que importa poco todo eso. Lo realmente importante es si lo que ves te deja un poso, una huella, un regusto amable como el que disfruta -siguiendo un poco la técnica estético- gastronómica tan peculiar del autor de este blog- de una buena ventresca con pimientos asados en un buen horno y unas gotitas de vinagre balsámico de Módena.
ResponderEliminarUn abrazo, Francesc.
Amigo Cayetano, el Art Decó fue un entusiasmo, una nueva mirada optimista, una manera de vivir. Esto era aproximadamente así con independencia de su calificación. Era una ornamentación utilizada por las clases más acomodadas que se oponía a las formas del Art Nouveau, que en el caso de la arquitectura, aspiraba a un ambiente más higiénico.
EliminarSerá interesante dar un repaso a los platos que degustaban aquellos ociosos de los "felices años veinte".
Salud
Este estilo, abarco a todas las disciplinas artísticas, era un momento de ruptura con la Jerarquía que se había establecido en las artes.
ResponderEliminarA mi me gusta; sobre todo en las artes decorativas.Porque este movimiento :convivió muy bien con la artesanía, fué un momento de auge , claro que como bien dices para una minoría.
Aun marca tendencia, aunque menos porqué es muy laboriosa y los materiales son caros.
-Como mujer reprocho: esa lánguidez de tensión baja jajaja.-Mis abuelas eran de esa época y las fotos son todas de ese estilo.
Un abrazo
Amiga Bertha, el Art Decó es eminentemente decorativo.
EliminarCiertamente fue para unas minorías, sí, como siempre, el arte es para unas minorías, en el caso del Art Decó debemos decir que influyó en la manera de vivir, que aunque afectara a unas minorías significó un gran avance en los comportamientos sociales.
Abrazos
Muy buenos tus dos artículso, Francesc, veo que sigues en forma...
ResponderEliminarEn realidad nunca ha existido un movimiento Déco propiamente dicho y por tanto es muy difícil definir sus características. A mí me suele encantar todo aquello a lo que veo reminiscencias de aquellos años 20, en donde solemos encontrar influencias dispares, motivos vegetales geometrizados al modo del cubismo, referencias del Art Nouveau, de las vanguardias y de elementos exóticos egipcios y japoneses. Me encantan esas mezclas del Art Déco, en general llenas de elegancia (no en vano su máximo desarrollo tuvo lugar en Francia), que no obedecen a un código formal establecido pero que son representativas de una determinada época. Los pósters de Cassandre, los interiores de Pierre Chareau, la pintura de Tamara de Lempicka, los diseños de moda de Leon Benigni, las joyas de Lalique, los objetos de vidrio de aquellos años, todo eso me encanta. Lástima que en Barcelona no tengamos muchos ejemplos de calidad, pero en fin, lo que hay lo citas, y es cierto que he visto más Art Déco por España que aquí.
Amigo GranUribe, muchas gracias, son dos artículos escuetos. Sobre el Art Decó hay mucho que hablar. Expertos lo han hecho y muchos de ellos con rigor y conocimiento.
EliminarEl Art Decó se debatía entre la herencia del Art Nouveau y las vanguardias del Movimiento Moderno. Era un debate que reflejaba también el ambiente social de aquellos años de entreguerras.
Es un arte elegante. Su distinción y delicadeza, salvando las distancias y los aspectos formales, me recuerdan algunos aspectos de la elegancia de la música de Couperin.
En Barcelona tenemos pocos ejemplos de Art Decó. Abundan en Valencia, en Madrid y en Melilla, también en el norte de España.
Salud.
Primero, gracias por tu bien documentada e ilustrada explicación y segundo, también está en el contexto general de una gran fiebre creativa sobre todo en música y literatura. Aunque después vino el horror que todos conocemos.
ResponderEliminarAbrazos
Amiga Marga. Sólo son unas breves palabras sobre un estilo interesante, tanto por su aspecto formal como por lo que supuso de reacción al romanticismo tardío del Art Nouveau. Interesa también el entusiasmo creativo que surgió después de la Gran Guerra.
EliminarCreo que algún estudioso debería analizar una posible relación entre la gran creatividad que se produce después de una contienda bélica y la teoría de Malthus que afirma que después de una catástrofe natural o después de una mortandad producida por una guerra, el ser humano, especialmente las mujeres, experimenta un incremento de la vitalidad productiva; quizás sea una cuestión de supervivencia, recuperación y compensación.
Abrazos
Os recomiendo visitar la clinica Barraquer en Barcelona, es una maravilla de Art Deco.
ResponderEliminarGracias Rosa. La clínica Barraquer es un magnífico edificio proyectado en 1925 por el arquitecto Joaquim Lloret Homs, es un claro ejemplo de arquitectura racionalista que recuerda el expresionismo alemán de Erich Mendelsohn, en el interior encontramos elementros decorativos Art Decó.
EliminarJoaquim Lloret es un arquitecto que admiro.
Saludos