Edificio Chrysler (Nueva York). Arq. William van Alen
El Art Decó ha sido considerado como el estilo artístico propio de los “felices años veinte”.
-¿Estilo artístico?- se preguntan algunos o es simplemente un aticismo decorativo.
Opino que el Art Decó es sobre todo una manera de vivir. Aquella propensión geométrica, aquel grafismo de letras claras de “palo seco” o aquellos carteles de colores planos, eran la expresión de una sociedad desarrollada que quería olvidar, de la forma más frívola posible, los horrores de la guerra y proponía un estilo de vida acelerado, deportivo y lúdico.
Antes de ser denominado “Art Decó” fue llamado “Style 1925”. Un estilo que entusiasmaba a una sociedad burguesa cuyos miembros más snobs se complacían con una ruptura blanda del romanticismo tardío representado por el Art Nouveau.
Aquí, a nuestro pequeño país, llegaron las formas decorativas del Art Decó. Se manifestaron en el diseño de mobiliario, en carteles y rótulos publicitarios, pero apenas llegó el estilo de vida europeo. La burguesía local continuaba tomando el té en los interiores modernistas.
Algunos jóvenes dinámicos y modernos se encandilaban con las formas de vida parisinas, pero no iban más allá de una admiración afectada.
En un número de “D’Ací i d’Allà” de 1930 leemos: “¡Oh, París!, ¡qué prestigio el tuyo! ¡Qué atracción tan inverosímil ejerces para que te lo sacrifique todo: tiempo, juventud, inteligencia, fuerza!”
Fueron las mujeres quienes mejor adoptaron la manera de vivir del Art Decó. Ellas fueron las deportistas, las que asimilaron mejor la moda parisina y el gusto por las exposiciones de arte moderno. Leían la prensa como no lo habían hecho antes, tomaban la iniciativa en las relaciones sociales, asistían a los actos mundanos jugando el papel de protagonistas. Sí, sólo eran las mujeres de la alta burguesía, pero supuso un paso adelante, higiénico y desarrollado. Un paso para salir de los interiores oscuros del Modernisme y del retrógrado Modern Style.
Nota: a este escrito le seguirá otro en el que trataré de comentar algunos rasgos característicos del Art Decó.
Ahhhhhh, el mío.
ResponderEliminarNo hay movimiento artistico que me guste más.
El Talbot, el Bugatti, el Empire en NY... Esas lineas antibarrocas, esos ángulos perfectos, esa simplicidad que ahorran todo adorno, porque todo el conjunto va implícito.
Nunca me había puesto a pensar en lo que nos comentas sobre las mujeres y este arte en concreto, me ha llamado la atención y me has hecho pensar.
Espero la segunda parte con muchas ganas.
Un abrazo.
Miquel, celebro que te haya gustado, ya sabía que te interesaba el Art Decó. En diciembre ya te dije que estaba preparando un escrito sobre este estilo. Dentro de unos días pondré el segundo texto, será sobre las características formales del Decó.
EliminarAbrazos
Espero con fruición que profundices en el tema. Es un movimiento plástico que siempre me ha agradado.
ResponderEliminarSaludos
Amigo Rodericus, dentro de unos días pondré el otro escrito sobre el Art Decó, tampoco es que vaya a desvelar nada del otro mundo, son opiniones personales. Además el espacio del blog no permite demasiada extensión, sólo una somera pincelada.
EliminarSaludos
Es fascinante. Desde Albert Rateau hasta la elegancia monacal de Jean-Michel Frank.
ResponderEliminarSaludos.
Muy buenos los dos. La obra de Jean Michel Frank es claramente Art Decó, es un mínimal elegantísimo. La sutileza de los diseños Albert Rateau es más "art nouveau", su obra transcurre muy bien hacia el Decó de manera muy suave. Me gusta.
EliminarSalud
La Belle Epoque, un destello de optimismo y vitalidad entre dos guerras mundiales. Después vendrá el batacazo con la crisis de los años 30 y la realidad impondría unas reglas del juego más estrictas y menos amables, por desgracia.
ResponderEliminarUn saludo, Francesc.
Amigo Cayetano, aquello fue un entusiasmo por recuperar el optimismo. El Art Decó fue una manera de vivir esperanzada que se debatía en medio de una sociedad empobrecida y unas formas de arte desesperado que parecían intuír la desgracia de los totalitarismos que se avecinaban.
EliminarAbrazos
-Fue una revolución; que terminó un poco con ese estilo tan absolutista.En una época que España estaba tan cerrada al exterior.
ResponderEliminarBarcelona es un buen referente de este modernismo.
-Esperando esa segunda parte y desearte un feliz día.
Un abrazo
Sí, Bertha, aquello supuso una entrada de aire fresco que parecía llegar para ventilar los ambientes modernistas cargados de romanticismo tardío.
EliminarGracias.
Abrazos