sábado, 12 de octubre de 2019

Simonetta Vespucci


  Simonetta Vespucci es una verdad terrenal, una llamada de retorno a la belleza, un bálsamo y un antídoto contra el derrumbe.

Su peinado y su rostro no son adventicios ni accidentales. Su ademán añade equilibrio y rigor sinfónico a las ideas mundanas.

Simonetta es afecto desinteresado. Su mirada es una crítica despiadada contra el arte de la confrontación.

8 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Sí, Miquel, era una joven especial, creo que Simonetta no tenía ni pircings ni tatuajes.
      Salud

      Eliminar
  2. Tras su rostro -¿angelical, virginal, supraterrestre o metafísico?- ¿qué se ocultaba? Tal vez lo efímero. Que muriera con 23 años lo verán con regocijo los que odian la belleza. Pero a la vez el arte la convirtió en eternidad. Cuasi inmaterial.

    ¿Por qué dices que su peinado y rostro no son occidentales? El artista lo alteró, seguro.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo Fackel, no sé que ocultaba aquel rostro, me basta con saber de su belleza directa.
      He dicho que su peinado y rostro no son "accidentales".
      Salud

      Eliminar
  3. Una musa de carne y hueso, tal vez con la primera mujer que soñé y fantaseé siendo todavía un mocoso.
    Un saludo, Francesc.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Menudas fantasías infantiles tenías tú, amigo Cayetano. Apuntabas alto, toda una belleza.
      Saludos

      Eliminar
  4. La belleza a través de la mirada y el cabello.
    Ja sóc seguidora del teu blog.

    ResponderEliminar