Jean-Jacques
Henner. Femme nue couchée dans une fourrure vers 1892
Los
pompiers alcanzaron su apogeo en los
Salones de París de los años 1879,1880 y 1881. Sus obras eran academicistas y
bien pagadas, se oponían a la evolución constante y estaban cargadas de un
tradicionalismo muy bien definido, pomposo, ñoño y retórico. Aquellos artistas
y sus promotores se llenaban la boca hablando del “gran arte”. La eterna grandeur de la Francia de finales del
XIX era proverbial.
Aquellos
Salones de París acogían una corriente artística beligerante contra toda
modernidad.
Una muchacha defendiéndose de Eros (1880)
William Apolphe Bouguereau (1825-1905)
Era
un periodo de gran efervescencia artística. Entre los pompiers, Jean-Jacques Henner, Henri Gervex, Leon Bonnat, Alexander
Cabanel, etc. se situaban los Daumier, Corot, Courbet o Millet que parecían
quedar al margen de aquel academicismo y se situaban más cerca del simbolismo y
del impresionismo.
Algunos
románticos y puristas españoles como Eduardo Rosales Gallinas, Alejo Vera
Estaca, Luis Álvarez Catalá, Serafín Martínez del Rincón y Trives, Asterio
Mañanós Martínez y Juan María de Velasco o mis admirados Federico de Madrazo y
Kuntz y Mariano Fortuny también podrían incluirse en mayor o menor medida
dentro de la estética “pompier”.
Los
pompiers quedaron erosionados como un
acantilado abatido por el oleaje impresionista, ahí estaban Monet, Pissarro,
Gaugin y Cézanne.
Tanto
los unos como los otros, pompiers, puristas decimonónicos, simbolistas, ñoños,
etc. son ejemplos de un romanticismo tardío y decadente que entusiasmó al bueno
de Proust que, mirando una magdalena remojada en una taza de té, se empeñaba en
buscar un tiempo perdido. Un romanticismo arruinado.
Hoy, continua el simbolismo. Hay pompiers que celebran con ratafia y Aromas de Montserrat cualquier derrota.
ResponderEliminarOtro romanticismo arruinado.
Salut
Amic Miquel, parece que vayamos de ruina en ruina y algunos aún lo celebran degustando los licores más raros.
EliminarSalud
Albert Camus hacía ascos del bueno de Proust, esa búsqueda inútil de lo perdido no entraba en la rebeldía nata del argelino. No me había parado a pensar nunca en esos bomberos del arte francés, tampoco en mis tiempos de estudiante me habían hablado del estilo y de sus personajes. Nunca es tarde par aprender de los sabios y críticos divulgadores.
ResponderEliminarAmigo Fackel. Aquellos bomberos llenaron los salones de París. Su estilo era dulce y sobre todo complaciente, intentaban apagar el fuego del arte nuevo.
EliminarSalud
"El ángel de la tarde" de Cabanel, me encanta lo mismo que " Las espigadoras" de Millet para nombrarte dos así, a boca de jarro, que me gustan.
ResponderEliminarTambién todos los impresionistas y post-impresionistas.
Un abrazo,
Amiga Myriam, Cabanel fue un romántico exaltado, aborrecía el impresionismo. Su obra, como la de Millet, es muy inspirada.
EliminarAbrazos
Les llamarán pompiers porque sus personajes enseñan el "pompis".
ResponderEliminarSaludos.
Estos "pompiers" eran unos fogosos y luego se empeñaban en apagar los fuegos.
EliminarSaludos
Tienen su valor en la maestría del manejo de la técnica pictórica, pero qué poco aportaron a la historia de la pintura. Pronto la modernidad arrasó con ellos.
ResponderEliminarAmigo Pedro, los "pompiers" se empeñaban en persistir en su romanticismo. Sus obras tenían las luces y las sombras que caracterizan a todos los estilos tardíos.
EliminarAbrazos
La modernidad y lo novedoso en general siempre han encontrado resistencias...
ResponderEliminarSaludos
Sí, Luis Antonio, la cultura "aposentada" siempre se opone a lo nuevo, a aquello que tiene el poder de suplantarlos.
EliminarSalud