El conocimiento que tengo
del mundo de la educación de los jóvenes es escaso, se limita al contacto con
estudiantes de arquitectura y con recién titulados. Muchachos y muchachas que
terminan sus estudios universitarios y salen con ilusión a abrirse paso en el
mundo laboral. Misión prácticamente imposible, en estos tiempos que corren. No
voy a comentar la dificultad con que se encuentran los recién licenciados,
otras voces más autorizadas pueden hacerlo. Pero, debido a que imparto algún
curso de especialización, sí que puedo comentar como anda el nivel de
conocimiento en las aulas universitarias.
Dije que salían de las facultades
y de las escuelas técnicas con mucha ilusión, y ahora añado que salen con una
instrucción casi nula. Afortunadamente hay un número de jóvenes que muestran
interés por el conocimiento, pero, al lado de estos, he visto casos flagrantes de incultura,
demasiados casos, muchos casos de desconocimiento técnico y de indigencia
intelectual. El nivel de instrucción recibido es paupérrimo y detecto poco
interés por el saber y casi ninguna intención por hacer las cosas bien o por
aprender.
Es un panorama desolador
que, en mi opinión, se cierne desde los niveles primarios de la instrucción de
los jóvenes hasta las aulas de la universidad.
Esta realidad constatable,
no se corresponde con la gran proliferación de graduados o licenciados que van
engrosando las listas del paro.
Los masters, los títulos y ni siquiera los aprobados en la educación
primaria o secundaria reflejan el nivel de conocimiento de los estudiantes. Se
aprueba con demasiada facilidad, se pasa de curso casi sin esfuerzo y sin
conocer la materia. Muchos chicos y chicas que llegan a bachillerato lo hacen casi
sin saber aritmética elemental, muchos de ellos lo hacen con un nivel de lenguaje
y de expresión lingüística que raya la miseria, no saben el nombre de las
cosas, carecen de vocabulario y van superando los cursos. Parece ser que no
conviene que las estadísticas reflejen la verdad de este vacío de conocimiento.
Consignas hay para que los chicos pasen de nivel, y con este cargamento zafio llegan
a la universidad, incrementándose de esta forma el número de ciudadanos
universitarios por metro cuadrado.
Nos encontramos pues ante
unas calificaciones infladas y unos títulos que no reflejan la verdad de lo que
pasa, unos títulos de nombre rimbombante para decir lo que no hay, una
inflación desmesurada. En definitiva, nos encontramos ante una burbuja, una
pompa de jabón que tarde o temprano se quebrará, explotará la burbuja de la
enseñanza como explotó la burbuja inmobiliaria, aquella que también se inflaba
y cuando se dijo cual era el verdadero valor del ladrillo, la burbuja explotó.
El símil es evidente, cuando se diga cual es el valor de los títulos de masters, de las licenciaturas o simplemente
del bachillerato, explotará la burbuja y allí donde creíamos tener un
sociólogo, un historiador, un mariscal diplomado o un ingeniero nuclear nos
encontraremos con una caterva de patanes.
Bienvenido a Logsekistán, Francesc.
ResponderEliminarUn abrazo.
Amigo Javier, supongo el el paisaje de Logsekistán es muy triste. Me temo que los responsables de este territorio o son covardes, o son demasiado políticamente correctos, o son unos incultos, o son unos ineptos cuya opacidad mental les faculta para diseñar estos planes de educación.
EliminarSalud
Llevas razón, Francesc. Aunque la propia juventud se proclame como la mas formada que ha tenido España. En el fondo no lo es.
ResponderEliminarPosiblemente sea la mas "titulada"; pero, como bien dices, saben lo justito... (o incluso menos de lo aconsejable)
Si esta juventud fuese la mas preparada de la historia; la escucharíamos reclamando con firmeza su espacio en esta sociedad ... y nos quedaríamos con la boca abierta con sus ideas e iniciativas para salir de la crisis; Desgraciadamente los jóvenes Licenciados, MultiDoctores y Supermasterizados profesionales hispanos brillan por su ausencia en el compromiso con la sociedad.
¿O es que estarán haciendo cola para marcharse a Alemania? (Jo!...con lo que nos costó pagar la educación de esa gente!)
El caso, amigo Kuto, es que viendo los libros de texto y los medios y recursos de que disponen los estudiantes se diría que estamos ante una riqueza exuberante, pero luego la realidad es un erial de conocimiento. Lo de siempre mucho dispendio y poco resultado: pura desidia.
EliminarSalud
Me interesa mucho su opinión acerca de la enseñanza, del nivel de ensañanza universitaria.
ResponderEliminarJ. Aubert
Apreciado J. Aubert, conozco sólo un poco el mundillo de la educación y sólo procuro opinar de la materia que conozco, la arquitectura y sobre la manía esa mía de la búsqueda de la belleza ya sea por medio de la poesía o del arte.
EliminarPero, amigo Aubert, los ejemplos de miseria de educación con que me encuentro en algunos jóvenes, clama al cielo.
Salud
Es una tríste realidad pero es así: cómo lo reflejas en este artículo.
ResponderEliminarSon los niños horizontales, me refiero a los de la primera etapa. No tienen a sus padres es los primeros años de formación de aprendizaje la inmensa mayoría se crian con los abuelos o alguna persona adulta.Son de la ley del mínimo esfuerzo, todo lo quieren dado muchos derechos pero pocas obligaciones.Es el tríste resultado de una grobalización que a los menos maduros los esta haciendo polvo.Es una sociedad que sesga la realidad
Afortunadamnete : aún quedan algunos jóvenes que tienen dignidad y ganas de lucha aunque sean los menos.
Saludos Francesc.
Sí, Bertha, van prosperando en horizontalidad, tumbados en un lecho de rosas, sin esfuerzo ninguno; pero al lado de los jóvenes complacidos nos encontramos a unos maestros, profesores y responsables políticos de su educación que no se lo toman en serio, que hacen dejación de sus funciones y toleran que un estudiante de segundo de ESO pase a tercero sin saber multiplicar y dan el título de arquitecto a un energúmeno que está convencido de que una circunferencia es la misma cosa que un círculo.
EliminarSalud
Completamente de acuerdo....¡¡¡
ResponderEliminarMiquel, acabamos de inventar un nuevo concepto, "la burbuja educativa"
EliminarSalud
Estamos completamente de acuerdo, creo que ya ha explotado, los másteres se montaron para obtener recursos atípicos con los que pagar los gastos corrientes de los primeros ciclos, a esto se le llama quiebra. Las derivadas concretas son muy dolorosas. Y si ello le añadimos, entre otros, la voluntad de repartir territorialmente las sedes de una supuesta UNIversidad, nos quedamos con la DIversidad más absoluta, con nada palpable.
ResponderEliminarSí Lamarée, como tú dices los másters son mercadería, cuyas matrículas proporcionan unos ingresos complementarios, este comercio lo inventaron las universidades privadas y ahora, como se nos quiere hacer creer, hay que llevar la eficacia capitalista a la universidad pública.
EliminarPero aparte de este mercadeo, muchos jóvenes continuan llegando a final de carrera sin saber apenas de qué tratan los estudios que han cursado.
Salud
Este mercadeo, o mejor quiebra del sistema lo que se divulga es, no importa que máster hagas, son créditos para el alumno y moneys para el profesor, si es así lo que importa es el cuanto y no el qué, se suponía que esta diversificación de titulaciones era para adaptarse al mundo, que cada alumno hacía su recorrido curricular con los profesores como tutores, por tanto lo que ha fallado es la tutoría, del mundo, el mundo es el mundo, y que no nos falle. Salud
EliminarCreo, amigo Francesc, que éste es un mal endémico de la educación española. No es actual, siempre ha sido así. En mi época de estudiante (que fue muy larga dado mi gusto por el conocimiento en diferentes materias), ya me encontraba con el mismo problema, que venía desde la educación primaria y secundaría, pero continuaba en la Universidad. La mayoría de los alumnos iban a conseguir un título, no a adquirir conocimientos sobre ese tema, y por tanto, cuanto menos esfuerzo se les requiriera, mejor.
ResponderEliminarEste problema era mucho más agudo en las carreras de letras que de ciencias, dado que estas últimas, quieras o no, te exigen un conocimiento y un trabajo mínimo imprescindible sobre las materias de la carrera, aunque después se dé una pobreza intelectual sobre el resto de temas.
Sin embargo en las carreras de letras, el conocimiento con que se podían llegar a licenciar algunos entraba de lleno en lo bochornoso, pues no sólo el conocimiento general rozaba la miseria intelectual, sino que también la formación sobre la propia carrera era tan defectuosa que la inhabilitaba para su ejercicio, sin una etapa previa de preparación y prácticas fuera de la facultad.
Salud.
Coincido contigo, este es un mal endémico, la educación siempre anduvo coja, quizás el nivel de conocimiento que se impartía fuera tan malo como ahora, pero el nivel de exigencia y de esfuerzo por parte de los estudiantes, por lo menos en las carreras técnicas, antes era mucho mayor. Desde luego, el nivel de engreimiento de los estudiantes que se graduan hoy, alcanza cotas que jamás había visto. Te puedo decir que a estoy cansado de ver una gran cantidad de recién titulados de Arquitectura que salen de la universidad volando a un palmo por encima de los demás mortales y cuando les preguntas cuanto mide un palmo no lo saben.
EliminarSalud
Bueno, no seamos exagerados, las unidades de medida han variado mucho a través del tiempo, mi abuela recitaba de memoria la unidades de superficie agrícola y como iban variando en las distintas comarcas catalanas, hasta hoy no he necesitado este saber y sé que si lo necesito iré a la fuente oportuna, otra cosa es el engreimiento de los recién titulados, mi opinión es que tiene algo que ver con el lema hasta hace poco vigente de jóvenes sobradamente preparados, se les engañó, se les dijo tienes dos capitales, la juventud y la preparación superior a tus padres, fue un error. Muchos saludos,
EliminarLa pregunta clave es si existe interés real -no los tópicos al uso de queremos mejores niveles formativos y etecé- en elevar el nivel de instrucción y alimentar la Cultura.
ResponderEliminarCultura en la definición del diccionario Chambers: the state of being cultivated, refinement, a type of civilisation ( estado de ser culto, refinamiento, un tipo de civilización) Aquí nos las tenemos que ver con un modelo de civilización que tiene como máxima el individuo en una sola dimensión: ente consumista. Esta es la realidad. Se adquieren conocimientos con un fin utilitario, en una relación productiva dirigida a obtener unas ganancias materiales. Vamos mal porque, voy a ser pedante, para elevar la formación y fomentar el amor al saber es imprescindible un cambio de paradigma social y económico. Y va a ser que no.
Un abrazo.
Querida Amaltea, pues va a ser que no, que no existe interés real por el conocimiento. Pero puestos en lo utilitario, te diré que si un médico no se aprendió la lección de anatomía puede causar un estropicio y si un ingeniero no consiguió aprender como van los esfuerzos de flexo-compresión se le cae el puente.
EliminarSalud
Cierto, el panorama es escandaloso y desalentador. Pero estoy con Bertha: hay jóvenes cabales y dinamicos
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