Italo Calvino en su libro
Las ciudades invisibles nos presenta
este diálogo entre Marco Polo y Kublai Kan que es una auténtica lección de
arquitectura y de poesía.
Marco Polo describe un puente,
piedra por piedra.
-¿Pero cuál es la piedra que sostiene
el puente? -pregunta Kublai Kan.
-El puente no está sostenido por
esta piedra o por aquélla -responde Marco-, sino por la línea del arco que
ellas forman.
Kublai permanece silencioso,
reflexionando. Después añade:
-¿Por qué me hablas de las piedras?
lo único que me importa es el arco.
Polo responde:
-Sin piedras no hay arco.
El diálogo es una
magistral reflexión sobre la estática y sobre la estética. En efecto, cada una
de las piedras (las dovelas del arco) recibe un empuje de las dovelas adyacentes
y las fuerzas se van transmitiendo de una piedra a otra siguiendo la directriz
curva del arco, gracias a la forma se consigue que las fuerzas sobre cada
dovela sean todas de compresión y que el empuje se transmita sin dificultad a
los pedruscos del arranque del arco, a los muros o columnas de los extremos.
La forma es la que
sustenta las piedras.
Nos encontramos aquí con
una analogía más entre arquitectura y poesía, ahora la analogía es inmediata:
la forma sustenta los vocablos, sin la palabra no hay poema, pero un poema sin
forma definida se cae.
interesantísima conversación...
ResponderEliminarSí, Còssima, hay gentes que tienen conversaciones interesantísimas. Yo he observado que hay conversaciones sobre tonterías y risitas bobas, ¡bah! una pérdida de tiempo; hay otras que versan sobre lo que uno hizo ayer, lo que comió, a dónde fue, etc. son conversaciones narrativas que si se llevan con sencillez, inteligencia, buen humor y buen gusto, son muy interesantes y hay otras conversaciones, muy pocas, que son las reflexivas, es decir, aquellas que vas escuchando a tu interlocutor y vas pensando sobre lo que dice, tu reflexionas y contestas, y aportas más ideas, luego él sigue, también aportando, "i anar fent", estas son las conversaciones más provechosas.
EliminarPetonets
Muy bueno ¡
ResponderEliminarGracias Miquel, celebro que te guste. A propósito, debo decir que el libro de Calvino es muy recomendable.
EliminarSalud
ResponderEliminarEs una conversación muy reflexiva de las que se suelen decir de fundamento.
Feliz puente Francesc.(de todos los Difuntos)
Gracias Bertha, que te lo pases bien en estas mini-vacaciones del puente.
EliminarSalud
... Entonces; permítame Ud. quitar las 3 piedras centrales de los arcos a ver que pasa, dijo Kublai Kan...
ResponderEliminarUn abrazo.
Quitando una, amigo Kuto, quitando la piedra central, la piedra llamada clave, se pierde la estática y la estética.
EliminarSalud
Sin animo de polemizar querido Francesc, si quitamos una piedra de un solo arco, el edificio no de desplomaría del todo. Si que se derrumbaría parcialmente y quedaria en desequilibrio.
EliminarEl edificio solo se caería del todo, si quitaras una piedra de cada arco...
Sí Kuto, claro, no te había entendido, tienes razón. Si quitas la piedra central, se cae el arco correspondiente, no los otros.
EliminarSalud.
Delicioso blog. La arquitectura es otra de mis pasiones escondidas.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias Dean, le doy la bienvenida como seguidor de mi blog, donde intento aportar reflexiones sobre la arquitectura fruto de mi experiencia personal.
EliminarSalud
Chèjov recomendaba escribir "sin trama y sin final". Debemos ser como la plantita de verbena que vive bajo la roca...añado yo.
ResponderEliminarManuel, esto de la plantita de verbena me llega a lo más profundo de la misericordia de mi corazón, este lugar tan recóndito donde no quiero albergar más que mi vulgaridad y mi materialismo.
EliminarSalud
Magistral lección de sencillez, sin la cuál la vida sería un lio insoportable.
ResponderEliminarSalud
MAnuel Marcos
Sí, Manuel, Italo Calvino nos da una lección de sencillez. Te digo como le comenté a Miquel, el libro "las ciudades invisibles" es muy recomendable.
EliminarSalud
Buena elección con el ARC, remite a ARQ, a ART...Saludos
ResponderEliminarGracias Lamarée, viene a ser como una rima al comienzo del vocablo.
EliminarSalud
Querido Francesc:
ResponderEliminarQué bonita metáfora entre la arquitectura y la poesía, muy importante es la forma, pero esta, exenta de contenido, tampoco tiene razón de ser. La unión entre forma y contenido es íntima y necesaria.
Un trazado perfecto que muestre los mejores materiales de contrucción o los más hermosos, ya sean de piedra o de palabra es el que nos ofrece las grandes obras.
Precioso fragmento que nos ofrece Italo Calvino desde el diálogo entre Marco Polo y Kublai Kan.
Un gusto saludarte, querido amigo, un beso fuerte.
Querida Elena, gran satisfacción de verte por aquí. Coincido contigo, forma y contenido deben complementarse, lo disfrutamos con las grandes obras, Horacio, Dante, Machado, Le Corbusier, Brunelleschi...
EliminarSalud
La palabra es un arco voltaico. Es por eso que Zeus manda.
ResponderEliminarAbraham, el arco voltaico no tiene dovelas, ni clave ni salmer.
EliminarZeus, manda, tiene una mala leche increible, amontona nubes, es inclemente y es capaz de aplastar cualquier arco.
Salud