En Königsberg hace un frío que pela. En toda Prusia hace frío, sus habitantes lo combaten con una sopa caliente de albóndigas a la que añaden vinagre, pepinillos y crema agria.
Es una sopa de diversidades y reflexiones. Hierven la verdura, la carne y las ideas.
En una fonda vecina a la universidad de Königsberg la sirven en plato hondo, los nabos y las coles se mezclan con el idealismo y el empirismo. Los sabios y catedráticos de aquella universidad la degustan en silencio.
A veces la cocinera frau Kara Adeline Gulbis añade a la cocción algunos ingredientes que ella ha oído mencionar a los comensales: cuecen el modernismo con el neotomismo, la razón pura con el misticismo, las hojas de apio con el naturalismo, el recuerdo de Kant con los paseos del Wanderer, el monismo con el dualismo, el repollo con los guisantes y todo gana en espesura y pietismo.
La sopa combate el frío aunque a veces provoca alguna indigestión. Algunos sabios de la universidad de Königsberg han decidido sustituir la sopa y el pietismo por una copa de Barenjäger, ese licor de miel es un remedio contra la acidez del racionalismo.
Todo es muy agrio excepto las mejillas de frau Kara Adeline Gulbis que, aunque afectadas de cuperosis, siempre son amables.
No soy partidario de las mezclas, supongo que algunas pueden ser acertadas, pero desde que degusté mi primer y último carajillo supe que el café debía ir por un lado, y el Torres 10, por otro.
ResponderEliminarLas mezclas ya se harán en la barriga.
Salut
Amic Miquel, Königsberg era un hervidero de caldos y de ideas, allí estaban los pepinillos con los empiristas y los pietistas, los nabos con los idealistas, allí se cocía de todo, la universidad de Königsberg fue un centro intelectual muy activo y bien alimentado.
EliminarPrefiero el guiso de pato sin salsa que lo enmascare y todo en pequeñas dosis.
Salud
Es tomarte esa sopa, entrar en calor e, inmediatamente, entrarte ganas locas de invadir Polonia o iniciar la Guerra Francoprusiana.
ResponderEliminarAmigo Cayetano aquella sopa es excitante, predispone a la acción y si esta es arrebatada, ocurre lo que ocurre.
EliminarSalud,
De Königsberg son bastante famosas (incluso las toman en Méjico y parte de América del Sur) las albóndigas, que llevan: Pan duro, Agua, Carne de res, Tocino, Filetes de anchoa, Cebolla, Huevo, Sal, Pimienta, Hoja de laurel, Granos de pimienta, Mantequilla, Harina sin blanquear, Alcaparras, Jugo de limón, Mostaza, Yema de huevo. Un amasijo importante. No sé si mi delicado estomaguito las resitiría.
ResponderEliminarNo conocía esa opción de ponerlas en una sopa con pepinillos, vinagre y crema agria. Tamboco sé si Euler (famoso por el número "e", la base de los logaritmos naturales) tomaba esa excitante sopa para inspirarse a la hora de intentar resolver el complejo "problema de los siete puentes de Königsberg". El río Pregel dividía la ciudad en cuatro regiones (dos islas y dos márgenes) conectadas por siete puentes. El desafío era determinar si era posible recorrer todos los puentes exactamente una vez y regresar al punto de partida. El caso es que Euler dedicó muchas horas al asunto y acabó demostrando que no era posible.
Saludos
Menudas albóndigas, un amasijo de ingredientes, tan complejo como el número de Euler, que no es complejo, sino irracional.
EliminarYo creo que Euler degustó la sopa que le servía frau Kara Adeline Gulbis.
Saludos.
Siempre hay que saber apaciguar el frío de fuera y de dentro... ¡Salud!
ResponderEliminarEs cuestión de equilibrar calores.
EliminarSaludos
Me pregunto si no habrá habido en la historia de las ideas más que una sopa provechosa un potaje de veneno. Dependerá de las mezclas, los cocineros y los comensales que han solido gustar de lo más asqueroso. Sigue sucediendo.
ResponderEliminarEstoy convencido que las sopas y los potajes también se han utilizado para la imposición de ideas y costumbres. ¿Qué es sino la profusión de hamburgueserías basura y de kebabs?
EliminarSalud.