Cuando queremos referirnos a la música posterior al romanticismo y nos adentramos en el bosque de los diferentes ismos musicales del siglo XX, solemos utilizar el término de "música contemporánea".
Todo surgió con el abandono del sistema tonal utilizado desde siempre en la llamada música clásica, que tradicionalmente seguía los esquemas de la armonía musical.
La música del movimiento moderno se alejó de la tonalidad, reaccionó y propuso la atonalidad, a partir de ahí, se produjo una enorme proliferación de lenguajes musicales. Aquello era la lógica y natural respuesta a los impulsos rupturistas del arte del siglo XX, que entre turbulencias políticas, emergían en occidente. Fueron años vertiginosos de revoluciones, contrarrevoluciones, dictaduras, dirigismo ideológico... Mucho griterío y todos querían imponer su expresión artística.
Los artistas apostaban por la radicalidad y proponían hacer tabula rasa con las estéticas del pasado. Definitivamente, el panorama musical se fragmentó en la multiplicidad. La atonalidad era la ruptura y la dispersión.
El nuevo compositor decía que la estética musical ya no era una cuestión de gusto, ni de nervio ni de víscera: ¡No le busquéis finalidad, aquí hay dispersión! ¡La dispersión niega y excede toda armonía!
Intonarumori 1914 Luigi Russolo
Para entender la complejidad de la expresión humana y para movernos en medio de la diversidad de las cosas, los seres humanos recurrimos a la clasificación más o menos aristotélica de cualquier fenómeno o aspecto de la realidad y después, colocamos etiquetas.
Las clasificaciones deben tener en cuenta las características, el detalle y el matiz de cada elemento que vamos a etiquetar. Meter en un mismo saco tanta diversidad supone una generalización y como tal, una pérdida de matices tanto de forma como de concepto.
En el caso de la música, hemos abusado del término "contemporánea" para designar todo el gran conjunto de la música de la modernidad y de las vanguardias artísticas que surgieron a comienzos del siglo XX. Colocamos los fenómenos sonoros y musicales que se han producido desde principios del siglo pasado hasta nuestros días y aún continuamos utilizado el término de "música contemporánea" para referirnos a determinadas composiciones actuales.
Metemos en un "aquí y ahora" la enorme diversidad que recorre el panorama musical académico de más de cien años. Esto es una duración inusualmente larga para designar un conjunto donde se reúnen diferencias y disparidades extraordinariamente complejas.
Le he dado mil vueltas al asunto intentando encontrar un término preciso que designara tanta complejidad estilística y no he logrado hallar el adjetivo exacto.
En los textos teóricos y por lo que dice la crítica especializada, he encontrado multitud de calificaciones que pretenden definir con un adjetivo preciso la diversidad de la "música contemporánea", entre ellos: música culta, música académica, música abstracta, música erudita, música docta, música seria, música de la modernidad, música actual, vanguardia musical, etc. Todos ellos me parecen calificaciones infladas, imprecisas, reduccionistas y en algunos casos vanidosas y excluyentes. Viene a ser algo así como el querer marcar una exclusividad y una inaceptable superioridad sobre la música popular y comercial.
La enorme diversidad de géneros y movimientos de difícil categorización hacen que resulte imposible encontrar la palabra mágica que lo defina todo.
Así pues, mientras que yo no encuentre el término riguroso y preciso, particularmente continuaré utilizando el de "música contemporánea", a sabiendas que me meneo por las arenas movedizas de la imprecisión.
Música Aleatoria
Arte sonoro
Atonalidad
Atonalidad libre
Computación
Conceptualismo
Dodecafonismo
Electrónica
Electroacústica
Espectralismo
Estatismo
Experimentación cromática
Experimentalismo
Expresionismo
Generación 51 (Zaj)
Jazz
Neorromanticismo politonal
Micropolifonía
Microtonalidad
Minimal
Minimalismo sacro
Movimiento moderno
Música concreta
Neorromanticismo
New Age
New Age, posMinimal
Nueva simplicidad
Performance. (Fluxus)
Poliestilismo
Politonalidad
PosMinimal
Postonalidad
Primitivismo
Secuencialismo
Serialismo con permutaciones simétricas
Serialismo integral
Serialismo no Minimal
Simetrismo
Surrealismo
Vocalización esencial
Aquí hay complejidad, disparidad, heterogeneidad, diferencia, multiplicidad, variedad, etc. Tanta pluralidad como compositores. Casi que podemos decir que hay tantos lenguajes como compositores. Esto es como una olla de grillos, un verdadero cafarnaúm.
En el mundo de lo corriente son muchos los que quieren crear escuela, pero pocos son los que alumbran.
ResponderEliminarUn saludo.
Te aseguro que he escuchado la palabra "música contemporánea" infinidad de veces, pero que no le había dado más vueltas al asunto. Hoy, releída tu entrada, la cosa pinta de otro matiz.
ResponderEliminarAsunto como bien dices, complejo. Mil matices, pues incluso lo del jazz tiene aristas, no es lo mismo dixieland, que jazz propiamente dicho.
Y ahora me haces pensar, pues siempre había escuchado lo de "canción melódica", pero visto el panorama me quedo con "tema sonoro".
Tampoco entiendo bien lo de la "música comercial", pues todos los temas, de una forma u otra, pienso que se hacen para "vender", precisamente Leonard Bernstein es uno de los directores que más profusión ha tenido.
Muy curioso el listado de los "ismos" musicales.
PD: No sabía nada sobre las espectativas creadas con "el abandono del sistema tonal", no logro entender como se puede preferir esta "modalidad" a lo armónico, pero claro, tampoco soy el mas adecuado para decir nada, pues de música ando parco.
Un abrazo y gracias.
Con la historia pasa lo mismo. Desde la Revolución Francesa hablamos de historia contemporánea. Un batiburrillo donde se mezclan movimientos, políticas, economías y desarrollos de muy diversa índole. Algunos, más atrevidos, hablan de historia actual para referirse a los acontecimientos surgidos desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
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