Retrato no identificado (1872).
Jean-Louis Forain (1852-1931)
A menudo recurro a los poetas que ya de jóvenes eran malditos, sabían latín a edad muy temprana y a edad muy temprana creyeron que con su maldición ya lo habían dicho todo.
La nave discurre lenta
Toda luna es atroz y todo sol amargo...
Arthur Rimbaud
Por el ríos impávido boga Riambaud
desconcertado. Sin cordajes
la nave discurre lenta.
Narragonia quedó atrás,
Narragonia no es isla de poetas.
La ebriedad señala el rumbo,
la tempestad de estío sólo es una calma
gris de plata sulfurada.
El áncora quedó perdida
en los escollos de los versos antiguos,
cuando la belleza reposaba
sus pies sobre un escabel azul.
Era joven el poeta y osó
injuriar a la diosa de túnica ligera.
Hoy, sobre la orilla, el sol se esconde
detrás de un coágulo de resacas
mientras la nave sigue la quietud
mística de los cuervos que esperan.
Los juncos son los látigos inflamados
que fustigan la memoria de aquello
que no germinó. Un crepúsculo
de sombras alargadas reclama
el naufragio de los rayos del sol
y del claro de luna que enardece
a los amantes que esconden
sus vergüenzas y sus lágrimas
entre las sombras errantes
de los cipreses y tejos recortados.
F.C.
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