sábado, 8 de febrero de 2025

Pesimistas y escépticos

 

la llum serena de les pedres esdevingué un motiu de discòrdia i els ulls es van omplir de sang.   F.C. Gener 2014


A menudo se suele asociar el talante pesimista con el escepticismo. Hay quien asegura que son dos caras de una misma moneda. En mi opinión, pesimismo y escepticismo, son dos temples distintos, son dos caracteres y dos personalidades diferentes, mucho más separadas que el grosor de una moneda.

El pesimismo es un estado emocional, un decaimiento que circula desde el estómago hasta el tuétano. Es como ese frío que se mete en los huesos que tanto hiela el cuerpo como el alma. El pesimismo es visceral y siniestro y, si por ventura llega a desaparecer, deja cicatrices. El pesimista tiende a la melancolía. El pesimismo puede provocar llanto y sus lágrimas serán siempre como las que derramó Boabdil a los pies de su madre. 

El escepticismo, en cambio, es una lógica que nace cuando se constata que toda construcción humana es inestable. El escepticismo es racional. Contempla la naturaleza humana, el paso de la historia y la mala baba cósmica. El escéptico rechaza los prejuicios y tiende a relativizar. Si por algún extraño motivo, el escéptico llegase a llorar, derramaría unas lágrimas pequeñitas como las que derramó uno de los últimos Medici en 1705, cuando confesaba que había llorado escuchando el Oratorio de San Felipe Neri de Alessandro Scarlatti. 

4 comentarios:

  1. Me han parecido definiciones tan absolutamente descriptivas y precisas , como acertadas , a excepción del dibujo q has hecho del llanto del exceptico, me ha parecido mucho más próximo al llanto de un cínico ..es un Medici ; ). Un beso y buen finde!

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    1. Michas gracias María, son reflexiones escuetas, que salen casi a vuela pluma.
      El dibujo, tintas chinas con aguada, es una especie de contención, lo hice hace ya años, siendo consciente de que, en cuanto a dibujo a palo seco, había perdido mucho.
      Abrazos mil

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  2. Ni el pesimismo ni el escepticismo son compartimentos estancos, sino comportamientos individuales que se alternan, se combinan, se influyen, se acercan o se alejan, y un individuo mismo puede disponer de ambas conductas, ora con la racionalidad del escepticismo tratando de imponerse al pesimismo emocional, ora a la inversa, en un combate que nunca nos mantendrá estables definitivamente. Por lo demás tu texto tan espléndido como otros, pero las puertas permanecen abiertas entre ambas conductas, pues la habitación a ocupar es el individuo todo.

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    1. Amigo Fackel, la mente humana es compleja, en ella no parece que quepan los sentimientos químicamente puros, pretendemos una cosa y nos contradecimos con la contraria, queremos ser clásicos y nos deleitamos con Schubert, queremos racionalizar y el dolor ajeno nos revienta el lagrimal. Pesimismo y escepticismo es muy difícil que actúen de forma autónoma. Todo va junto. Las lágrimas de Boabdil y las del último Médici seguramente tenían el mismo pH (antilogaritmo de la concentración de hidrógeno)
      Salud.

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