De la frialdad marmórea al calor del cuerpo
(prefiero el silencio de la piedra que el bullicio de la carne amontonada)
Apolo y Dafne. Gian Lorenzo Bernini
El rapto de Prosepina. Bernini
Giuseppe Sanmartino
La Piedad (detalle). Michelangelo Buonarroti
Udine Rising from the Waters (1880). Chauncey Bradley Ives
Ajax y Cassandra (detalle) 1922. Jacopo Cardillo -Jago-
Hermafrodito durmiente (detalle). Gian Lorenzo Bernini
La Niña lectora. (véase la lágrima que desliza por la mejilla). Pietro Magni
Dama velada. Raffaele Monti
Ninfa (detalle del agua que fluye sobre el pie) 1864. Giovanni Battista Lombardi
Busto de la Virgen María. Giovanni Strazza
Verdad velada. Antonio Corradini
Ugolino y sus hijos (detalle) Jean-Baptiste Carpeaux
Busto de Maria Duglioli Barberini (1626). Giuliano Finelli
Esto son palabras mayores. No sabrías con cual quedarte si solo hubieras de elegir una escultura.
ResponderEliminarCientos de horas de trabajo y reflexión, de pulir y de mirar, de paciencia, en definitiva.
Hoy es prácticamente imposible un escultor de esta índole. No lo da el sistema, ni las circunstancias.
Simplemente impagables.
Son grandes artistas.
EliminarMiquel, hoy también hay obras de esta índole, entre estas esculturas encontrarás a Jacopo Cardillo -Jago- que es un escultor italiano actual nacido en 1987.
En estas esculturas hay mucho trabajo y mucha sabiduría.
Abrazos.
Magníficas esculturas veladas; algunas no las conocía. Puestos a escoger, "mi equipo" es el de Bernini y Miguel Ángel, pero tomo nota de los demás, que "no son moco de pavo".
ResponderEliminarSaludos.
Amigo Gran Uribe, es muy difícil la elección, todos son muy buenos. Grandísimos Bernini y Miquel Ángel.
EliminarSaludos.
Cómo no , ante tantísima belleza marmórea por fría q sea ..Mmmm ! qué selección tan maravillosa ...todas esas esculturas bajo el velo, esas manos absolutamente perfectas ...esa filigrana del cuello del vestido último ... cuantísima genialidad y buen hacer el de estos increíbles artistas ...mil gracias FRANCESC... absolutamente mágica esta entrada , un beso grandísimo!
ResponderEliminarQuerida María, ante estos mármoles uno se queda rendido y te entran unas ganas tremendas de esconderte en el silencio de estas bellezas, de arrebujarte al calor del mármol tan frío y aborrecer las carnes amontonadas que van por ahí transportando su ordinariez de un lado para otro.
EliminarAbrazos mil.