viernes, 2 de junio de 2023

Réquiem

 


El Réquiem es una Missa pro defunctis pero sin Gloria, sin Credo ni Aleluya que han sido sustituidos por el Tracto y el Dies irae. Se remonta al siglo X.

Muchos compositores han escrito magníficas partituras sobre el texto del Réquiem. Son composiciones que llegan a emocionarnos.

Los más destacados Réquiem son los de Palestrina, Orlando Lassus, Tomás Luis de Victoria, Morales, Guerrero; todos ellos hermosos ejemplos de polifonía clásica. Más modernamente, con música orquestal, encontramos maravillosos Réquiem con partituras de Mozart, Gounod, Verdi, Berlioz, Bruckner, Brahms, Fauré, Dvorak, Saint Säens, Liszt, etc. (A mí, particularmente no me gusta nada el de Berlioz).

Supongo que lo que nos emociona es la música del Réquiem. No quiero pensar que sea el texto. Es un texto tan cruel que parece escrito por Lucifer o por una mano sanguinaria, despiadada, implacable, inhumana… No quiero pensar que el oyente pueda regocijarse con unos versos que expresan salvajadas y atrocidades como estas:

 

Primero nos dicen que seremos quemados


Dies irae, dies illa

solvet saeclum in favilla,


Día de ira aquel día

en que los siglos serán reducidos a cenizas,

 


que, además, allí entre el fuego, nos pedirán cuentas a todos


Quantus tremor est futurus

quando iudex est venturus

cuncta stricte discussurus!         

 

Cuánto terror habrá en el futuro

cuando venga el Juez

a exigirnos cuentas, rigurosamente!


que, nuestros cuerpos que el tiempo ya habrá podrido, resucitarán


Mors stupebit et natura

cum resurget creatura

judicanti responsura.


La naturaleza y la muerte se asombrarán

cuando resuciten las criaturas

para responder ante el Juez.



quidquid latet apparebit,

nil inultum remanebit.

 

todo lo oculto saldrá a la luz,

nada quedará impune.


 

No habrá escapatoria, hasta la buena gente pasará por el tubo.

 

Quid sum miser tum dicturus?

Quem pratonum rogaturus,

cum vix iustus sit securus?

 

¿Qué podré decir yo, desdichado?

¿A qué abogado invocaré,

cuando ni los justos están seguros?



Lloraremos y nos pondremos colorados. No podremos aguantar.


Ingemisco, tanquam reus,

culpa rubet vultus meus;


Gimo, como un reo,

el pecado enrojece mi rostro


 

Muchos palmarán, irán a parar a las llamas sin remisión.


Confutatis maledictis,

flammis acribus addictis,

 

Rechazados ya los malditos,

y entregados a las crueles llamas,


21 comentarios:

  1. Nada ha de temer aquel que no ha hecho nada, mi buen Francesc, así que en texto del "Descanso eterno" no ha de asustarnos. Hay escritos que en vida son más crueles que los de Lucifer.
    Otra cosa, como bien dices, es la música, de la cual soy, lo confieso, un ignorante.
    Así que me voy presto a escuchar el Verdi, que no sé por qué, siempre me ha atraído como autor.
    Un abrazo

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    1. Amic Miquel, el texto del Réquiem es espantoso, creo que sería mejor que nos lo ahorraran.
      En música hay "réquiems" que son unos auténticos monumentos. Salvando el de Berlioz, todos los me gustan y muy especialmente Mozart, Fauré y Verdi.
      Salud

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  2. Buenos dias, no me gustan los "réquiem", esos "adioses" de despedida que auguran juicios en los que personajes divinos te juzgan en función de unos supuestos criterios que discurren entre conceptos tan extraños y subjetivos como el Bien y el Mal. Y luego te animan a un abogado, que es lo que nos faltaba (con la disculpa de Maria) "¿A qué abogado invocaré, cuando ni los justos están seguros?".
    Es mejor un mal trato que un buen juicio, aunque tengas buen abogado, creo yo.
    Un saludo.

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    1. Amigo Daniel, si atendemos al texto del réquiem, nos ponemos de mal humor de una manera gratuita, sirve para complicarse la vida y no merece la pena.
      Otra cosa son las partituras musicales, algunas son preciosas. Te recomiendo el Réquiem de Fauré.
      Saludos.

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    2. Crees bien DANIEL, savo contadísimas ocasiones, entre otras, cuando no te queda más remedio, sin duda mejor un mal trato que un buen juicio, en el juzgado solo ganamos nosotros, es más, ni siquiera te disculpes, se llega a montón de jucios por nuestra culpa. El mejor abogado es el que te evita llegar al juzgado ; )

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  3. El dios justiciero, implacable, el que al final repartiría justicia, de este mundo injusto,fue plasmado en cuadros, músicas. Con el humanismo dejó paso a Dios, comprensivo, que perdonaba los pecados, porque fue Hombre. El arte también lo entendió
    Saludos

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    1. Amigo Car res, los dioses antiguos eran inclementes, lanzaban rayos sobre los seres humanos, eran impíos hasta que alguien decidió pactar y establecer una "alianza nueva y eterna". Entonces nos hallamos ante un Dios que pactaba con los hombres, ¡Uf, menudo contrato!, en fin, no quiero continuar por estos derroteros y prefiero acudir a la iconografía y a las partituras de los Réquiems.
      Saludos.

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  4. Sinceramente, los Réquiem no me atraen para nada, ni siquiera la música. Un abrazo.

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    1. Amiga Myriam, si no conociéramos el texto de los Réquiem estaríamos más tranquilos.
      Abrazos

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  5. Otra gran lección magistral, como bien acostumbras a llevar a cabo con maestría y sabiduría.
    Saludos cordiales

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    1. Amigo Luis Antonio, ya sabes que no pretendo dar ninguna lección, me limito a unas breves y humildes reflexiones.
      Saludos

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  6. Buuufff fíjate, en general a mi no me gusta la música sacra, sin embargo los Requiem, sobre todo algunos, me derriten viva, de hecho es verdad que emocionan, siempre me he preguntado por qué tanta majestuosidad en una música que como comentas en realidad solo habla d drama y cosas terribles, deberían ser tristes y la mayoría son tan fastuosos que ni tristes resultan, al contrario, de los que mencionas solo conozco los de Gounod (preciosísimo) , Saint Säens y Verdi hasta te diría que suenan alegres, el de Verdi tremendamente poderoso como el de Brams ( precioso tb), el de Fauré, casi un arrullo y por supuestísimo absolutamente magnífico el Lacrimosa de Mozart, te iba a recomendar una película, el árbol de la vida, en la que Zbiniew Preisner hacen una versión estupenda de él, como no te gusta el cine TE LO DEJO AQUÍ , a ver si te gusta. Los demás que comentas no los he escuchado pero lo haré ; )

    Mil gracias, muchos besos y buen finde!

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    1. Querida María, los réquiems son composiciones ampulosas, apocalípticas, grandes - los ángeles cantan el día de la ira, las penas del infierno, los juicios implacables... Parecen partituras compuestas para empequeñecer al oyente.
      La música religiosa tiene obras magníficas, pienso en el Miserere mei Deus de Alegri, el Stabat Mater de Pergolesi o el Gloria de Vivaldi.
      El Réquiem de Verdi siempre me ha parecido una obra operística. Los réquiems que más me gustan son el de Mozart y el de Fauré; el de Brahms me gusta mucho es mucho más laico.
      Procuraré ver la película que me recomiendas, aunque no sé si podré aguantar demasiado, ya sabes que el cine no me gusta, ya veremos qué pasa.
      Abrazos mil.

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    2. jaja es una película muuy lenta, muy conceptualista e intimista, no demasiado facil de ver si no te la tomas como un caricia al cerebro, con que aguantes la primera parte, que es donde salen las increíbles imágenes del Lacrimosa, vale ; )

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    3. Sí, María, procuraré meterme en el meollo conceptualista e intimista, supongo que será difícil, ya sabes que a mí el lenguaje cinematográfico me entra a contrapelo; sin embargo, haré el esfuerzo el Lacrimosa bien se lo merece.
      Abrazos

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  7. No conozco los otros réquiems. Escuché en el pasado el de Mozart bastantes veces, con frecuencia en momentos dolorosos. Solía utilizar auriculares, por respeto al vecindario, y ponía el sonido a tope. Salía de esos cincuenta minutos en un estado flotante. Pero nunca me quise enterar de lo que se cantaba allí. Era la conjunción de música y voces lo que me impresionaba. Ahora que leo lo que escribes, me alegro de no haberme enterado en su día.
    Saludos.

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    1. El Réquiem de Mozart es un monumento, una música imprescindible. Ciertamente, después de la audición, te deja en un estado "flotante".
      El texto es terrible, no sé si a alguno de estos individuos que se dedican a censurar todo lo que no sean florecillas o pamplinas, no sé, digo, si se le ocurrirá censurar este texto tan cruel.
      Salud.

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  8. Me quedo con el requiem de Mozart, y alguna otra "elegía" de factura más moderna.

    Hace muchos años que aprendí a ignorar a ese dios colérico del Antiguo Testamento, a temer solo a los hombres y a ver que sobre nuestras cabezas solo hay un cielo maravilloso con mil millones de estrellas.

    Saludos

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    1. Amigo Rodericus, quedarse con el réquiem de Mozart es quedarse con un tesoro.
      Con la mala baba cósmica y con la barbarie humana ya estamos servidos, ahora sólo falta la ira divina para que nos pongamos de mala leche, estamos apañados. No estamos para estas cosas.
      Saludos

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  9. Independientemente de la belleza y emoción que suscita casi toda la música, hay que medir e interpretar los mensajes literarios con que se acompañan. En el presente nos permitimos el lujo de distinguir y de no dejarnos afectar. Pero durante siglos el cristianismo y su mano ejecutora la Iglesia Católica en lo que nos toca, y otras Iglesias en sus ámbitos, impregnaron de miedo cuando no de terror a todo quisqui. Aún recuerdo en mi infancia aquella máquina de propaganda de las Misiones que desarrollaba el catolicismo español por pueblos y ciudades, y cómo la gente lloraba por la agresividad de los sermones de franciscanos, dominicos, jesuítas, etc.

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    1. Amigo Fackel, la música de casi todos estos réquiems que he mencionado es muy bella. Siempre he disfrutado con estas obras, ha sido muy recientemente que me he interesado por saber qué decían aquellos textos que realmente son crueles, eludo cualquier consideración argumental y me quedo con la forma musical. Practico lo que tú dices: me permito el lujo de distinguir y no voy a dejar que me afecten aquellos mensajes infantiloides. Nunca he tenido contacto con estos mensajes tan tremendos, no he tenido ninguna educación religiosa. A mí de pequeño no me llegó nada de todo esto y no he tenido, por consiguiente, que hacer ningún esfuerzo para sacarme de encima una carga tan pesada, nada de sermones, nada de iglesias, nada de dominicos, ni de jesuitas, ni de otras sectas. Ahora tampoco voy a dejar que este miedo pueril enmascare unas partituras tan bellas.
      Salud.

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