viernes, 30 de junio de 2023

Máscara sobre un muro

Máscara teatral de un anciano bajo guirnaldas de frutas y hojas.


Esta pintura mural del siglo I a.C. procede de Sólunto (Sicilia) y hoy se encuentra en el Museo archeologico regionale di Palermo.


No se ha podido encontrar, pero sospecho que detrás de la máscara se esconde otra máscara. Siempre ocurre, en las calles, avenidas y en las heterotopías, en los muros y en los jardines del pensamiento, siempre hay un pretexto que oculta una idea que quizás algo que se quiere esconder.

Las máscaras serán burlonas o trágicas, de cartón piedra o de fieltros indecisos, pero siempre esconden una realidad agazapada.

El encausto ha recibido las caricias de los trapos de lino y ha quedado impreso en la superficie pétrea del tiempo, interpretando la eterna sinfonía del deterioro.

16 comentarios:

  1. Sospecho que vivimos enmascarados. Que cuando nos despojamos del encausto de una careta no aparece un rostro real sino otra máscara. Entonces, las relaciones humanas ¿serán un juego de quita y pon? ¿De yo te enseño hoy esata carátula y mañana recupero la anterior o procuro una nueva? A veces ni siquiera nos reconocemos a nosotros mismos en esa superposición de embozos que nos permiten subsistir, siquiera a la defensiva.

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    1. Amigo Fackel, detrás de una máscara se esconde otra máscara. Los distintos semblantes van interpretando la función del gran teatro del mundo.
      Salud

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  2. Que buena descripción del ser humano, Francesc.
    Un abrazo fuerte, fuerte.

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    1. Gracias Miquel, ya ves, a veces, de cara a la pared, podemos reflexionar sobre el ser humano.
      Un fuerte abrazo

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  3. El interlocutor o interlocutores condicionan la máscara que mostramos. A veces me pregunto si existe la autenticidad intachable...
    Un abrazo

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    1. Sí, Luis Antonio, la máscara va cambiando de muecas según quién tenga delante.
      Un abrazo

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  4. En el fondo, ya lo sabemos, la máscara es la persona...

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    1. Y así nos presentamos en el mundo, todos hechos una metáfora de sí mismos.

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  5. Es posible que tengas razón, sin embargo a mi me cuesta muho interpretar, incluso cuando no lo pretendo e incluso esforzándome, me sale lo que sea que soy. Ir con la máscara eternamente puesta encima debe ser un trabajo muy duro y agotador, todos nos medimos y contemos pero a mi me parece que la naturaleza de cada uno sale, se quiera o no se quiera, Incluso aquí en la blogosfera, a poco que se observe a alguien, en el tiempo, ves cómo reacciona cada uno en las diferentes circunstancias que se van presentando y hasta las letras que no tienen cara enseñan lo que hay detrás de quien las escribe o eso e parece a mi.

    Po cierto, increíble este mural y de lo más inquietante. Gracias por mostránoslo.

    Un beso grande y buen finde!

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    1. Algunos ya se han acostumbrado a trasportar la máscara desde pequeños. A mostrarse ante los demás de una manera distinta de lo que son. Con todo este transporte, ellos mismos se han construido una identidad ficticia tan adherida a su personalidad que la máscara ya forma parte de su ser. Quieren mostrar al mundo un personaje más alto, más fuerte, más inteligente, más rico y más feliz. Se pueden comprar títulos universitarios para aparentar y se puede recurrir a la cirugía estética para modificar los cuerpos y las almas.
      La industria de la cosmética está en pleno auge, el comercio de los productos de lujo es boyante y ahora más que nunca, gracias a las tecnologías (redes sociales, inteligencia artificial…) se pueden elaborar una máscaras eficaces y livianas. Además, las máscaras pueden ser cambiantes y oportunistas, adecuadas a la mirada del interlocutor y adecuadas al espectáculo del gran teatro del mundo.
      Abrazos mil.

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    2. Y después, cuando sales de los focos, se baja el telón y te quedas a solas, frente al espejo ¿no te parece que debe ser terrible enfrentarte a lo que de verdad hay bajo la máscara? porque a solas, no hay escapatoria ; )

      Mas besos. Feliz primer finde de Julio!

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    3. Querida María, el espejo nos devuelve la imagen de la realidad. Casi siempre es el tristísimo batacazo de la soledad.
      Abrazos

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  6. Partiendo de que la cultura misma a la que pertenecemos está enmascarada y bien enmascarada, no sé cómo hay ingenuos que creen ser ellos mismos de un modo tan rotundo. Somos, si es que alguna vez sabemos lo que somos, lo que la cultura -que es dominante, no olvidarlo- nos permite ser. Revisen ustedes el pasado simplemente desde la decadencia del imperio romano y verán con qué se encuentran.

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    1. Amigo Fackel, si revisamos el pasado nos encontramos un conjunto de fracasos y malos negocios.
      En efecto, somos lo que nos dejan ser y algunos ni esto, otros sin embargo son capaces de gozar con algunas migajas de belleza.
      Salud

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  7. Las reuniones de sociedad (bodas, "partys", presentaciones, etc.) con gente que no se conoce mucho entre sí están llenas de personas con la máscara puesta. Salvo la gente muy sociable y muy segura de sí misma, es habitual hacerse pasar en esos casos un poco por alguien que uno no es en realidad, siempre un poco mejor, lo cual supone en general bastante esfuerzo. Por eso se suele llegar cansadito a casa. Eso yo lo veo normal. Lo que no veo tan normal es que uno lleve una careta distinta (al margen de cómo sea en su casa, que suele ser la cara real), según esté en el trabajo, con sus compañeros, con sus súbditos (si lo tiene), con sus jefes, con los amigos, con los conocidos, con los vecinos o comprando en la tienda. Y luego están los que mienten por doquier, por sistema, con mentiras diferentes según esté en un sitio o en otro, mentiras que luego olvidan. En cuanto a los políticos profesionales mejor no entremos porque "déu n'hi do".
    Saludos.

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    1. Amigo GranUribe, ir transportando una máscara de aquí para allá requiere un esfuerzo y un entrenamiento. Este entrenamiento se practica desde la adolescencia y luego se van aprendiendo técnicas para el transporte y el recambio de máscaras según convenga.
      Asistimos al gran baile de máscaras que, en definitiva, es el baile de la sociedad.
      Saludos

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