Sólo tú en la noche. Josep A. Niebla (1945-2021)
Deseamos sólo aquello que conocemos y amamos, sólo lo que hemos conocido y que permanece en la memoria.
Con lo que desconocemos podemos urdir una idea imaginaria que incluso podemos acariciar mentalmente, pero desearla es una ficción.
Sobre una urdimbre de cosas ideales, la imaginación teje un tapiz hermoso que luego la realidad se encarga de manchar.
Lo real siempre es inferior a lo imaginado. Tiene lamparones y descosidos. Benditas imperfecciones que perpetuamente nos conmueven.
Con la imaginación, el desengaño está servido.
Al chasco, a la decepción, al fiasco, al desencanto, a la desilusión y a la burla, los psicólogos le llaman “choque con el principio de la realidad” y cobran por diagnosticarlo.
Lo que nos conmueve –lamparones, conflictos, máculas– estimula al artista que, buscando la perfección imaginada, se expresa y crea sus bellas obras y, por lo que hace, sólo unas pocas veces cobra.
Por supuesto que si uno se toma lo imaginado como tangible puede sufrir desengaños, pero imaginar ayuda también a esforzarse en la alcanzable. Todo consiste en tener clara la conciencia de nuestros estados mentales.
ResponderEliminarAmigo Fackel, lo imaginado produce efectos ambivalentes, es un motor para la creación y con la imaginación creamos mundos ideales, lo que imaginamos siempre es el mejor de los estados, el deseado, luego viene la realidad que nunca alcanza aquel castillo maravilloso que habíamos construido en nuestra mente y al contemplarlo caemos en la decepción. Yo creo que en este trasiego entre lo imaginado y la realidad es donde se fragua la melancolía.
EliminarLa imaginación, esa loca de la casa, casi siempre se pasa... aunque, a veces, no llega.
ResponderEliminarSaludosmil.
Sí, María Socorro, es la autentica loca de la casa, hace que podamos montar castillos en el aire.
EliminarAbrazos
No se que pasa pero no se ha puesto bien en el bloger y tengo problemas para insertarlo a la derecha de la página.
ResponderEliminarTambién me pasa con otras entradas
Amic Miquel, hay un problema con bloger, algunas cosas no funcionan.
ResponderEliminarSalud
Correcto, Francesc. He entrado buscando en Google. Lo haré así, y lo habré de hacer cotidianamente porque no me entero de cuando publicas mientras no se ponga en orden este sistema. Un abrazo y perdona.
ResponderEliminarCiertamente lo real es siempre inferior a lo imaginado, posiblemente porque nosotros aportamos ilusiones en aquello que nos hemos imaginado. Y ya se sabe que según Segismundo, lo sueños, sueños son.
Un abrazo
Acabo de poner el celular en marcha y ya estás en página.
ResponderEliminarFunciona!!!
Un abrazo
Creo que en esencia tienes razón, el principio de realidad nos serena y nos equilibra frente al mundo peligroso de la imaginación cuyos costes terminan al final por ser inasumibles para el ser. No obstante, traigo aquí dos posts que reflejan mi práctica como profesor en un tiempo en que creía fieramente en el mundo de la imaginación y la aplicaba en mis clases. Dejo dos posts por si alguien tiene la paciencia y el interés de leerlos. Fue apasionante pero poco después aquello dio la vuelta y me llevó a un cierto descalabro personal y profesional.
ResponderEliminarDejo los enlaces:
AMADA IMAGINACIÓN EL PRIMER DIARIO BLANCO DEL AZAR ROJO SERÁ Son dos entradas que van seguidas. Hoy estoy con Francesc, pero ¡qué bien nos lo pasamos! Un abrazo.
Esto sucedió en febrero de 1989.
ResponderEliminarJoselu, el principio de realidad pone las cosas en su sitio y esto cuesta sus disgustos. Entre lo imaginado y lo real transcurre nuestra lucha contra el tedio.
ResponderEliminarSalud