martes, 13 de septiembre de 2022

Cubistas gritones

El Profeta –Pablo Gargallo (1881-1934)

 

El Modulor –Le Corbusier (1887-1965)

 

 

Con el brazo levantado los dos profetizan.

Con alturas similares, El Profeta de Gargallo mide 2,35 metros de altura y El Modulor de Le Corbusier mide 2,26 metros.

Los dos son cubistas y gritan.

Pablo Gargallo esculpía por las mañanas y dibujaba por las tardes. Le Corbusier pintaba por las mañanas y proyectaba por las tardes.

Puristas y comprometidos con la vanguardia europea, los dos eran unos cubistas fervientes que tenían en su mente geometrías proféticas.

Gargallo reclamaba la luz entre los volúmenes vacíos y, con el bastón en la mano, El Profeta lanzaba un grito conminatorio. 

Le Corbusier dibujaba y profetizaba gritando. Quiso implantar una nueva escala de medidas y proporciones.

Con brazo derecho de uno y con el izquierdo del otro, los dos pretenden que su grito alcance todos los confines del universo.

A la altura del ombligo, donde se encuentra el centro de gravedad del cuerpo humano, es donde El Modulor tiene un agujero, el vacío, el lugar desde el que parten las escalas y las medidas que profetiza Le Corbusier.

En el centro de gravedad de El Profeta, donde estaba su furia umbilical, es donde de Pablo Gargallo esculpe la gran oquedad, el lugar donde no hay nada, donde todo ha desaparecido convirtiéndose en el gran grito amenazante.

14 comentarios:

  1. Y es que la pérdida del cordón umbilical nos arroja al mundo impunemente. Se abre entonces un largo camino de orfandad que intentamos recorrerlo a bout de souffle (por homenajear a Godard, aunque no te vaya el cine)

    En una ocasión contemplé El profeta de Gargallo (hay varias copias creo) y me dejó sin aliento. Menos mal que uno no se deja seducir fácilmente por lo profético. No es una simple escultura, es un monumento.

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    1. Amigo Fackel la pérdida del cordón umbilical es el desastre anatómico inicial, luego viene todo lo demás.
      El profeta de Gargallo impresiona muchísimo, cuando lo vi me quede patidifuso.
      Las concomitancias entre "El profeta" y el "Modulor" me han hecho pensar en las proporciones y la dimensión del grito.

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  2. ubica el ombligo a la mitad de la altura, lo que no es sinónimo de centro de gravedad, de hecho la ordenada del centro de gravedad está por debajo del ombligo, a nivel de las vertebras lumbares cercanas al sacro, y aún más abajo en las mujeres por su fisonomía.

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    1. Selva, el centro de gravedad va variando según la posición en que se encuentra la persona. No es un punto exacto, va cambiando constantemente. Un hombre cuando está de pie, (en bipedestración) su centro de gravedad está cercano a S2 (2ª vértebra sacra), algo por debajo de la altura del ombligo, sin embargo, Selva, y aunque agradezco tu precisión, aquí no hemos venido ha hablar anatomía, sino del griterío cubista.

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  3. También tuve ocasión de ver El Profeta en Zaragoza. Me dejó en fuera de juego.
    Un modelo de El Modulor me fue presentado por Cornadó y Beneyto (el último pintor postista) en casa de este último, del cual tomé muchas fotos y guardo un más que grato recuerdo.
    Tengo mucho que aprender y el tiempo corre en mi contra.
    salut

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    1. Miquel, yo vi El Profeta de Gargallo en la Virreina, fue impresioante.
      El Modulor que viste en el estudio de Beneyto, ahora está bastante cambiado, la tinta que utilicé se ha corrido y presenta un aspecto más postista.
      Salud

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    2. Miraré otra vez las fotos y haré una entrada con ellas.
      Un abrazo
      Cuidaros mucho

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    3. Miquel, espero tu entrada. Son dos obras impresionantes. Ya viste el experimento que hice yo con el Modulor y que Beneyto continuó con su postismo. Me parece que ahora, aquello que hicimos, está en Sant Feliu, no se, al final cual será su destino.
      Abrazos

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  4. Me seduce más El Modulor que El Profeta, aunque tal vez si lo viese en persona cambiaría de opinión. Creo que las esculturas son para contemplarlas de cerca, tocarlas si eso fuera posible y probar a sentir más allá de la vista lo que tienes delante.
    Pero como de ver se trata en este caso, la vista se me va la segunda imagen ya que la proporción áurea es algo que me atrae muchísimo, ciencia y naturaleza en una combinación como poco, curiosa.

    En cuanto al grito del primero, literal en su rostro, o más sutil como apuntas en su furia umbilical (quedando ambas obras hermanadas) puedo imaginar que dice algo así como "despiertaaa, sal de esa modorra en la que te has instalado y empieza a vivir de una vez".
    En el segundo caso, el grito asociado a tomarse la molestia de hacer esa escala tan significativa, podría ser "observaaa, todo es más sencillo de lo que piensas, vuelve a la naturalidad si buscas respuestas".
    Poner frases a tus cubistas gritones igual es una idea muy loca, espero que no te moleste.

    Un saludo Francesc!!!

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    1. Querida Ana, poner esas frases tuyas, no me molesta en absoluto, es más bien algo que enriquece. Te lo agradezco mucho.
      El Profeta de Gargallo, con aquella acumulación metálica que grita, produce una impresión fenomenal, cuando lo vi me quedé patidifuso.
      El Modulor de Le Corbusier es un dibujo que reclama a gritos una proporción humana. Yo he dibujado El Modulor a tamaño natural y te aseguro que es una experiencia muy interesante.
      Saludos

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  5. Los dos definen al ser humano moderno. Magníficos ambos.

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    1. Sí, Pedro, el arte expresa muy bien el comportamiento y el signo del tiempo.

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  6. La proporción del suelo al hueco, de este a la cabeza y de la cabeza al brazo, la Sucesión de Fibonacci. Siempre es agradable esta proporción.

    Un saludo

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  7. Sí, Daniel, y Le Corbusier lo sabía y lo proclamó a gritos con su Modulor. Antes, sin embargo, otros artistas aplicaron la sucesión de Fibonacci, también Le Corbusier sabía que no hay nada nuevo bajo el Sol.
    Saludos

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