Muchos compositores han escrito magníficas partituras sobre el texto del Réquiem. Son composiciones que llegan a emocionarnos.
El Réquiem es una Missa pro defunctis pero sin Gloria, sin Credo ni Aleluya que han sido sustituidos por el Tracto y el Dies irae. El texto se remonta al siglo X.
Los más destacados Réquiem son los de Palestrina, Orlando Lassus, Tomás Luis de Victoria, Morales, Guerrero; todos ellos hermosos ejemplos de polifonía clásica. Más modernamente, con música orquestal, encontramos maravillosos Réquiem con partituras de Mozart, Gounod, Verdi, Berlioz, Bruckner, Brahms, Fauré, Dvorak, Saint Säens, Liszt, etc. (A mí, particularmente no me gusta nada el de Berlioz).
Supongo que lo que nos emociona es la música del Réquiem, y no precisamente el texto. Es un texto tan cruel que parece escrito por una mano sanguinaria, despiadada, implacable, inhumana… No quiero pensar que el oyente pueda regocijarse con unos versos que expresan salvajadas y atrocidades como estas:
Primero nos dicen que seremos quemados
Dies irae, dies illa
solvet saeclum in favilla,
Día de ira aquel día
en que los siglos serán reducidos a cenizas,
que, además, allí, entre el fuego, nos pedirán cuentas a todos
Quantus tremor est futurus
quando iudex est venturus
cuncta stricte discussurus!
Cuánto terror habrá en el futuro
cuando venga el Juez
a exigirnos cuentas, rigurosamente!
que, nuestros cuerpos que el tiempo ya habrá podrido, resucitarán
Mors stupebit et natura
cum resurget creatura
judicanti responsura.
La naturaleza y la muerte se asombrarán
cuando resuciten las criaturas
para responder ante el Juez.
quidquid latet apparebit,
nil inultum remanebit.
todo lo oculto saldrá a la luz,
nada quedará impune.
No habrá escapatoria, hasta la buena gente pasará por el tubo.
Quid sum miser tum dicturus?
Quem pratonum rogaturus,
cum vix iustus sit securus?
¿Qué podré decir yo, desdichado?
¿A qué abogado invocaré,
cuando ni los justos están seguros?
Lloraremos y nos pondremos colorados. No podremos aguantar.
Ingemisco, tanquam reus,
culpa rubet vultus meus;
Gimo, como un reo,
el pecado enrojece mi rostro
Muchos palmarán, irán a parar a las llamas sin remisión.
Confutatis maledictis,
flammis acribus addictis,
Rechazados ya los malditos,
y entregados a las crueles llamas,
Menudo panorama.
Espantoso.
Indiscutiblemente la letra no es especialmente agradable, pero precisamente es lo que busca. No es nada más que una oración por los difuntos y nos recuerdan que el Infierno está tan presenta al otro lado como la vida en este.
ResponderEliminarComo siempre, la música es agradable, pero viene la religión a estropearlo todo.
Un abrazo
Miquel, he admirado tanto la belleza de algunos de estos réquiem que ni siquiera me planteaba qué cosas decían los cantantes. Cuando, más adelante, lo supe me reí tanto de aquellos versos que pensé que era mejor no tenerlos en cuenta, caen las palabras ante la grandeza de la música.
EliminarAbrazos
Espantosamente ridículo actualmente. En otros tiempos tal vez hiciera mella esa letra -que con el tono musical sonaba a muerte eterna- en los fieles vivientes y sintieran un pánico terrorífico. La doctrina de la fe siempre necesitó resaltar el mundo de la oscuridad para su propio mantenimiento. De ello ya se encargaba de apostillar y ejecutar el terror el Santo oficio de la Inquisición si la plebe no hacía caso a los púlpitos.
ResponderEliminarPero los villanos -los habitantes de villas y ciudades- supieron con más sencillez y menos grandilocuencia cantar las cuarenta y tomarse el desquite. Juan del Encina (1468-1529) lo resumió de manera preciosa en un texto que era cantado fundamentalmente en Carnaval:
"Hoy comamos y bebamos y cantemos y holguemos, que mañana ayunaremos. Por honra de Sant Andruejo, parémonos hoy bien anchos, embutamos esos panchos, recalquemos el pellejo,
Que es costumbre de concejo, que todos hoy nos hartemos, que mañana ayunaremos.
Honremos a tan buen santo porque en hambre nos acorra, comamos a calca porra, que mañana hay gran quebranto.
Comamos, bebamos tanto, hasta que nos reventemos, que mañana ayunaremos".
Afortunadamente el devenir de la historia reventó la negra visión clerical, aunque hoy acechan otras amenazas.
Amigo Fackel, los versos del Réquiem son del siglo X, han pasado más de mil años y ahora las cosas son un poco distintas (solo un poco).
EliminarQue coman y beban lo que quieran, yo no voy a tener en cuenta la letra del Réquiem y me quedo con la música.
Abrazos
Poco o nada se puede esperar de una visión tan truculenta y macabra del destino que nos espera a los que no pasemos por el aro. Para empezar, el logotipo del fundador es la imagen de un torturado. Tremendo.
ResponderEliminarSaludos.
Amigo Cayetano. Es terrible, mejor no pensar en lo que nos espera en el más allá, es anticipar el infierno.
EliminarEste logotipo es el que más ha calado, un auténtico logo publicitario.
Salud
Escuchar ( y entender ) esa oración en una iglesia románica de Taüll, con una tormenta de nieve azotando el exterior, y contemplando el "pantocrator", debió ser toda una experiencia aterradora en la edad media.
ResponderEliminarComo biém dices, los tiempos han cambiado un poquito, y hemos cambiado unos terrores por otros.
Musicalmente me quedo con el "requiem" de Mozart, y con esta version pop del "dies irae" de Juan Carlos Calderón :
https://www.youtube.com/watch?v=Ps-OlizS2G8
Saludos.
Amigo Rodericus, no quiero ni pensar en el terror que produce un réquiem, por ejemplo, de Morales o de Tomás Luis de Victoria cantado bajo un bóveda románica -un arte que me da mucho miedo.
EliminarYo también prefiero el Réquiem de Mozart, añado también el de Fauré.
Salud
Ahora la mayoría de la gente desconoce los réquiems que refieres, mucho menos la letra del Dies irae. Y si la conocieran, tampoco provocaría temor, demasiadas películas de Tarantino y el sinfín de otras escenas de crimen y horripilancias varias, han narcortizado la sensibilidad. Precisamente el domingo pasado escuché el Dies irae en una producción teatral basada en textos de Teresa de Ávila y de Simone Weil. En estos tiempos los réquiems conmueven poco. Me quedo con la misa de réquiem de Bach.
ResponderEliminarAbrazos
Amiga Marga, parece que estemos curados de espantos, aunque pero ahora hay tantos miedos como siempre. Cambian los actores y los motivos. Creo que hay que dejar el mensaje a un lado y atender y disfrutar de la música.
EliminarAbrazos
-En el s.X, la noticia no estaba en el momento y no se podía bombardear con tantos frentes como hoy en día nos llegan.Posiblemente nos estamos encalleciendo ante tanta tragedía...
ResponderEliminarPero salvo estas letras o textos, que hoy en día suenan muy adoctrinadoras , era de lo que se trataba o era su fin meter el miedo en el cuerpo.
-Salvemos la música su composición, que la verdad el último Requiém que escuché me emocionó y mucho pues, estaba muy sensible por la perdida de un ser querido.
No estamos familiarizados en nuestra cultura con la muerte, y estos credos escritos hoy en día son un poco nefastos.
Dicen que lo último que se pierde es la fe: pero una fe reconfortante, no aterrante ; que mutila el sentido.
Un abrazo
Amiga Bertha da la impresión de que los versos del Réquiem fueron escritos con el único fin de aterrorizar y adoctrinar a los feligreses, eran gentes con profundas creencias y estos textos hacían mella en su ánimo. Ahora se adoctrina con otros medios, desde luego mucho más potentes, pero, en mi opinión, con una gran carencia total de voluntad estética, quiero decir que quien emite el mensaje deja la belleza en un lugar secundario. Esto me hace pensar que la carencia de estética pasará tarde o temprano su factura, creo que hará que el mensaje sea más efímero, pasará de moda, algo muy distinto de lo que ocurre con el Réquiem en el que la belleza de la música hace que el mensaje perdure en el tiempo.
EliminarAbrazos
Indudable genio el de los autores que citas, personalmente tengo predilección por Bruckner como compositor aunque su Réquiem se encuentre un tanto al fondo de su obra; seguro que es de tu agrado el 'War Réquiem' de Britten, música más exigente para el oyente, dura, sobrecogedora, implacable, de un autor cuya personalidad arrolla, por añadir alguno a los citados.
ResponderEliminarLos textos, como quieres que sean, si han sido escritos por los creadores del infierno.
Al hilo de esto del conocimiento de los textos recuerda alguna de las estrofas suprimidas cuando se entona el 'Gaudeamus igitur' que en realidad se titulaba 'De brevitate vitae'(Sobre la brevedad de la vida), por ejemplo esos versos de:
Vivat et Republica,
et qui illam regit.
Vivat nostra civitas,
Maecenatum charitas,
quae nos hic protegit.
Salut.
Amigo Pitt, a mí también me gusta el Réquiem de Bruckner, cada vez que lo escucho me gusta más, a veces he notado una magnífica influencia de Palestrina. Yo creo que a Wagner le hubiese gustado escribir un Réquiem como el de Bruckner.
EliminarEl War Requiem de Britten es de las pocas obras que me gustan de este autor, no soporto sus óperas, sin embargo, su requiem es sobrecogedor.
Los textos de los réquiem los vamos a dejar aparcados en el infierno, allí se escribieron y allí podrían quedarse.
Pasaron la tijera por el texto del Gaudeamus y ahora se canta con alegría juvenil.
Salud
Francesc, había un cura que hablaba del infierno como si hubiera nacido y crecido allí.
ResponderEliminarSalut.
Amigo Pitt, no me extraña lo del cura ese. Por otra parte de decirte que no sé nada de los curas, nunca he conocido a ninguno, no he tratado con ningún eclisiastico, no he tenido ningún contacto ni en la familia ni en la escuela con nada religioso, no sé de la iglesia más que lo poco que algunos me han contado y algo que he leído. Me suena todo muy lejano y ya sé que es algo muy cercano y que ha influido mucho en generaciones.
EliminarSaludos
Yo no he muerto últimamente pero creo que esto del cielo y el infierno son cosas más tenidas a cuento por algunos para proporcionarse un "cielo" a su medida en la tierra.
ResponderEliminarDe esas composiciones que nos muestras no puedo hablar, simplemente porque las desconozco, excepto el de Mozart. Siempre me gustó la música que me alegra el espíritu, que la que me lleva a pensar en demonios. Bastantes demonios tengo que esquivar en mi vida, como para estar buscando más. Cuando llegue ese río cruzaremos ese puente, seguramente sin arrepentirme de nada, que ya es bastante. No es que piense que he hecho todo bien, simplemente es que pienso que los errores que cometí son parte del aprendizaje y hay que asumirlos.
Un saludo.
Amigo Daniel, nunca he tenido ninguna convicción religiosa, siempre he creído que estas cosas del más allá son patrañas, unas formas de superstición que nunca me han interesado. No he tenido formación religiosa ni ningún contacto con la iglesia.
EliminarMe interesa la música, considero que los versos del réquiem son un pretexto que ha dado unas composiciones excelentes, Mozart es una de ellas. Menos el Réquiem de Berlioz, todas las que he citado las encuentro muy buenas.
Cuando cruce el puente no creo que tenga ánimos para arrepentirme ni para pensar en demasiadas cosas. Se cruza y ya está.
Saludos
La muerte está presente siempre, es nuestro límite, pero hay que cantar a la vida y no esperar a que todo se juzgue en un más allá que no existe.
ResponderEliminarAmigo Pedro, conocemos el final, llega el día y ya está, queramos o no, esto es lo que ya sabemos. Lo del más allá no me lo he planteado nunca ni como hipótesis.
EliminarSalud
No soy muy de Réquiems, pero los tres que más me gustan son los de Mozart, Verdi y Brahms.
ResponderEliminarAbrazos, Francesc
Amiga Myriam, los réquiem que citas son verdaderas obras de arte, el de Brahms es "un réquiem alemán" (Ein deutsches requiem), aunque su texto está compuesto por fragmentos de las Escrituras, todo es ditinto del réquiem canónico tradicional.
EliminarEs muy recomendable el Réquiem de Fauré.
Abrazos