Las
primeras víctimas de una guerra son la verdad y la cultura. Ya sean batallas libradas
a cañonazos o provocadas por un virus maldito. No hay fronteras, el mal no
entiende de límites territoriales ni de conductas identitarias.
Los
virus no son ni clásicos ni románticos. El virus que no te deja respirar no es
surrealista ni exclusivo de ningún territorio. Contra él no hay ensoñaciones
simbólicas ni conductas supremacistas que valgan.
El
maldito virus va de la ceca a la Meca y de Shanghái a Cataluña. Aquí se infectan señoras y jóvenes que no son ni más amables ni más audaces que los del resto de esta España que
ha sufrido tanto.
Aquí,
en esta “franja risueña”, que va del cabo de Creus a la desembocadura del Ebro, se
trucan y falsean los cuentos, los datos y la historia como en los demás sitios
del planeta. Aquí, la conducta del infectado es como la de los demás infectados
de todo el mundo, esto es, intentar sobrevivir.
La
conducta catalana no es sino una conducta más, con sus características
determinadas por el clima y sin que tenga nada notable. Con contradicciones,
algún acierto y muchas mezquindades, la cultura catalana es como las demás y
nada de todo esto sirve para plantarle cara al virus, que é un bicho mu malo, no se mata piedras ni palos, que huye y se mete
por tos los rincones…
Quienes
sueñan en una Arcadia feliz, en la que no entraría ningún virus, se encontrarán,
al despertar, que la Arcadia está infectada y que el mundo, también infectado,
ha continuado girando. Su sueño es una sustancia surrealista. No es, de ningún
modo una vacuna, un remedio, un programa de gobierno ni nada de todo esto, es
simplemente un virus mental que desfigura la realidad.
Ni se hubieran muerto menos personas por anteponer una condición semántica a lo que denominamos Cataluña. Así República no salva más vidas que Cataluña a secas.
ResponderEliminarSalut
Amic Miquel, por muy altos que levanten los muros fronterizos, el maldito virus los supera.
EliminarSslud
Si este virus sirviera para aniquilar o al menos inmunizarnos del otro virus, el ideológico que, a varias bandas entre diferentes tribus, amenaza con el enfrentamiento entre españoles, pues para algo habría servido, y no solo para matar y enfermar a individuos. Pero me da la impresión de que a costa de este virus, con la excusa de este virus, los de errequeerre van a aumentar su ritmo, y que van a coincidir los que dividen ahí con los que dividen en el resto de España. Y que el Mercado sacrosanto va a imponer sus normas y a recomponerse en favor de los más grandes. La nueva realidad no será sino el asentamiento de lo que se veía venir en las últimas décadas. Consolidación de los más pujantes y fuertes y empobrecimiento de autónomos, obreros y clases medias. No suele gustar que se diga esto, pero uno es lo que se teme. Puede que antes o después se dé con la vacuna del coronavirus, pero ¿qué vacuna es posible contra el virus ideológico que vacía los cerebros, los amolda a pensamientos cada vez más únicos y simplistas y te dice con crueldad: estos son lentejas y que te salve la democracia que se va al carajo?
ResponderEliminarAmigo Fackel, dudo que hay alguien que salga inmune.
EliminarAlgunos pueden pensar que el río revuelto les favorece, pero yo creo que se trata de un favor pírrico.
El fanatismo, el pensamiento único, la intolerancia, forman parte del plasma y del citoplasma de los individius sectarios y contra esto no hay vacunas.
Salud
El virus no es surrealista pero está provocando conductas y declaraciones kafkianas, muy de pesadilla onírica.
ResponderEliminarUn abrazo, Francesc.
Amigo Cayetano, este virus está provocando declaraciones de quienes no saben nada de nada, individuos que son una auténtica pesadilla.
EliminarAbrazos
Este virus no reconoce fronteras, está claro, pero quien las quiere seguirá mintiendo.
ResponderEliminarAmigo Pedro, estos que se empeñan en levantar fronteras no cesan de mentir. Ellos también se pueden contagiar.
EliminarSalud
De estas afirmaciones: en Cataluña no habría muertos o el virus no sería tan letal, se concluye que no cabe más estupidez, tanto en quien las pronuncia como en quienes las dan por verdaderas.
ResponderEliminarAbrazos
Quiero pensar que son afirmaciones de alguien que no sabe lo que dice. Si fuera de un personaje que lo dijera convencido de ello, concluiría que se trata de un ser despreciable.
EliminarEstos individuos fanáticos y supremacistas contaminan tanto o más que los virus.
Abrazos
Maldito virus que obnubila nuestras mentes y nos quita incluso la libertad de pensamiento.
ResponderEliminarQuerida Viky este virus se está llevando a muchas personas por delante, es terrible. La libertad de pensamiento ya se encargan otros de arrebatárnosla.
EliminarSaludos