Los
Masriera es una saga de orfebres, diseñadores de joyas, pintores, críticos de
arte, ensayistas, literatos, coleccionistas, escultores, etc. iniciada por Josep
Masriera Vidal (1810-1875).
Dibujo de Ramón Casas
La saga de los Masriera continúa hoy, en el siglo XXI, bajo el nombre de “Masriera-Carreras y Bagués”
Vivieron
el apogeo del arte modernista catalán. Se ha considerado que los Masriera (Frederic,
Josep, Francesc, Lluís…) fueron los más conspicuos representantes de la joyería
modernista.
La
fundición de los Masriera recibió encargos de lo más granado de burguesía
barcelonesa. Sus joyas se exhibían en los palcos del Liceo y sus piezas de
orfebrería decoraban los salones modernistas de las casas modernistas del Eixample.
En
cierta ocasión, recibieron un encargo insólito. Acudieron al taller los
conocidos escritores Narcís Oller y Francesc Mateu que presentaron al señor
Masriera la chatarra de unos cañones de escopeta. Un arma que había pertenecido
al novelista José María de Pereda, autor de “De tal palo tal astilla”, diputado
carlista y padre de veintidós hijos.
A
uno de sus hijos, acomplejado por la tartamudez que padecía y creyendo que las chicas se
reían de él, le entró una crisis fatal. Desesperado, cogió la escopeta de su
padre, se la puso bajo la mandíbula y la disparó reventándose la cabeza, que
saltó en mil pedazos ensangrentados.
Aquella
escopeta fue troceada, y Pereda envió los cañones destrozados a sus amigos de
Barcelona, Oller y Mateu, encargándoles que aquel metal fuera aprovechado de la
manera más noble posible.
Comentado
el suceso con el orfebre Masriera, este les propuso fundir la chatarra y elaborar
con ella un crucifijo.
Fue
una obra sencilla, de factura austera, que nada tenía que ver con el estilo modernista
de Masriera.
José
María de Pereda recibió, por fin, el crucifijo que colgó en la pared sobre el
cabezal de su cama y allí permaneció durante el resto de la vida del diputado
carlista.
Caramba ¡, lo primero que he pensado es en el diputado carlista, ventidós hijos...Hombre atrafalgado; eso me ha quitado del problema principal, la escopeta y su reconversión a la Trascendencia.
ResponderEliminarLa pregunta que me hago es: ¿el metal de la escopeta no sigue siendo el mismo metal que el de la cruz? Sólo ha cambiado la forma, el continente, el envase, pero el contenido es el mismo, y por lo tanto, los recuerdos han de ser iguales.
Salut
Amic Miquel, no sé si los carlistas eran todos tan profíficos como don José María de Pereda.
EliminarEn cuanto a la transmutación del metal, supongo esto ya se lo planteó el orfebre y no sé que sensación o recuerdos tendría Pereda al contemplar el crucifijo que estaba colgado sobre el cabezal de su cama.
Salut
Tremendo el escopetazo. No sabía yo que el autor de "Peñas Arriba" había tenido tanta prole. Groucho Marx le habría preguntado: ¿qué otras aficiones tiene usted?
ResponderEliminarUn saludo.
Ya ves, Cayetano, hay escritores muy prolíficos.
EliminarSaludos
Este relato es otra joya como las de Masriera, me ha encantado.
ResponderEliminarAmiga Viky, las joyas de Masriera son obras de arte. En medio de tanta joya tuvieron que trabajar con una escopeta desvencijada.
EliminarAbrazos
Una historia truculenta, sin duda. Y yo buscando el crucifijo en lugar de las mariposas y las flores. Ah, los carlistas vascos y navarros del XIX y ya entrados en el XX eran muy prolíficos. Por las labores del campo, hermano, y no solo por la religión, que pedían mano de obra varonil. Por cierto esta mano de obra agraria era muy útil también como carne de cañón, ya fuera entre carlistas o isabelinos, después entre rojos y entre azules. Es lo que ha tenido este país por querer ser unidad de destino en lo universal (expresión enigmática que nunca logré comprender)
ResponderEliminarAmigo Fackel, desconocía que los carlistas vascos y navarros fueran tan prolíficos.
EliminarMuy truculento el acto de colgar esa cruz sobre el cabecero de la cama de por vida. Y muy eficiente, prolífico el señor.
ResponderEliminarEn definitiva la cruz igual que el arma. no fue una joya.
Salud.
Anna Babra
Amiga Anna, un crucifijo colgado en la pared, sobre el cabezal, es algo peligroso, se te puede caer a la cabeza.
EliminarSalud
Me gusta que lo digas.!!
EliminarAnna