domingo, 26 de abril de 2020

Arquitectos entre luces y sombras

Cuatro faros de luz contradictoria 
Mies van der Rohe, Le Corbusier, Terragni, Coderch 


El Movimiento Moderno de la arquitectura se iluminó con la luz que emitían algunas obras que fueron faros de la modernidad del siglo XX.

Estas obras proyectaron un rayo de racionalidad y limpieza formal sobre las vanguardias artísticas europeas. Unas obras que se levantaron sobre un suelo que tuvo que soportar el dolor y la barbarie de unos regímenes totalitarios que asolaron el continente.

Los autores de aquellos edificios tuvieron que convivir y sobrevivir en medio de una sociedad atribulada que sufría. Algunos se unieron a las ideologías dominantes. De manera voluntaria unos y forzada otros, muchos se acercaron al poder totalitario.

Puede sorprendernos cómo unos arquitectos que fueron el paradigma de la modernidad y del progreso mantuvieron posturas ideológicas reaccionarias o cuando menos conservadoras.

Contradicciones personales y paradojas estéticas que encontramos en el arte de todos los tiempos y cómo no, también en la arquitectura.

La historiografía del arte sostiene que en muchas ocasiones la contradicción es un acicate de la creatividad.

Sea como fuere, el posicionamiento ideológico del proyectista, no lo hace mejor ni peor arquitecto. Y ocurre como siempre, detrás de una obra admirable podemos encontrar la mano y la mente de un autor al que preferiríamos no haberlo conocido.

Importa más la obra que su autor. A quién le interesa hoy saber, si Dante fue güelfo o gibelino, o si Benvenutto Cellini y Caravaggio eran unos pendencieros. Aquí están sus obras que continúan iluminando la civilización occidental.

La contradicción entre la modernidad progresista y la ideología reaccionaria la encontramos en arquitectos como Mies van der Rohe, Le Corbusier, Giuseppe Terragni o José Antonio Coderch de Sentmenat, cuyas obras son auténticos faros de la vanguardia arquitectónica del siglo XX.

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Ludwig Mies van der Rohe (1886-1969)
Casa Farnsworth

Mies van der Rohe fue uno de los pioneros de la arquitectura moderna. Su obra es clara, desprovista de aditamentos, rigurosa en el detalle arquitectónico, no en balde él había afirmado que Dios está en los detalles y a él se le atribuye el aforismo menos es más.

Fue el último director de Bauhaus. Su arquitectura es el paradigma del Racionalismo.

Pues bien, siendo Mies un punto de partida y de referencia de la modernidad, en 1934 firmó la Llamada de los trabajadores culturales a favor de Hitler, declaración de los artistas alemanes que proclamaban su lealtad al Führer. Esta también fue suscrita por el escritor y diseñador Ernst Barlach, el pintor expresionista Emil Nolde, el compositor Richard Strauss y el escultor Georg Kolbe.

Vivió una cantradicción, sin embargo, con la ascensión del régimen nacional-socialista, Mies van der Rohe emigró a Estados Unidos donde parece que olvidó su pasado de adhesión al nazismo y su arquitectura continuó siendo ejemplo de modernidad en contradicción con la ideología reaccionaria del III Reich. 

 

Le Corbusier (Charles-Édouard Jeanneret-Gris) 
(1887- 1965)


Ville Savoye  (1929)  en Poissy


Casa en colonia de Weißenhof



Le Corbusier ha sido el arquitecto más influyente de la arquitectura del siglo XX. Proyectista incansable, divulgador, pintor, urbanista, arquitecto, en fin, que apostó por un lenguaje racionalista. Progresista opuesto a toda forma reaccionaria. Entendía la modernidad como una renovación constante.

Si bien, Le Corbusier fue un destacado progresista en lo formal, su ideología racista presenta un sinnúmero de contradicciones con su racionalismo arquitectónico y con su pintura purista.

Sus opiniones políticas eran cambiantes, pero siempre del mismo signo. Escribió en publicaciones fascistas, redactó artículos a favor del antisemitismo nazi. Buscó comisiones del régimen de Vichy. En uno de sus escritos a su madre, en octubre de 1940, afirma: "Los judíos lo están pasando mal. De vez en cuando siento pena. Pero parece que su ciega ansia de dinero ha podrido el país".

Fue acusado de menospreciar a la población musulmana de Argelia.

Era simpatizante de la eugenesia. Era voluble y vehemente en su verborrea. Siempre he tenido la sensación de que, en sus textos, en vez de escribir, vociferaba. A pesar de sus escritos gritones, su arquitectura, sobre todo si es pequeña, es confortable.


Giuseppe Terragni (1904-1943)
 
Novocomum (1928) en Como (Italia)


 Casa del Fascio (1936) en Como (Italia)


Giuseppe Terragni fue uno de los pioneros, quizás el más significativo, del racionalismo arquitectónico italiano.

Fundó el Gruppo 7, el grupo de arquitectos de inspiración racionalista que se oponían a los eclecticismos revival, al neobarroco y al neoclasicismo. Los fascistas del Gruppo 7 se empeñaban en alcanzar una síntesis nueva y más científica entre las posiciones nacionalistas del clasicismo italiano y la lógica estructural de la era moderna.

La arquitectura de Terragni aúna el racionalismo más natural y amable con la tradición constructiva mediterránea.

Su ejercicio profesional fue corto, sólo 13 años. Fue reclutado para luchar en el frente ruso, donde pasó más de 16 meses en las trincheras. Aquel drama truncó la vida del joven arquitecto que murió a los 39 años, seis días antes de la caída del fascismo.

Terragni siempre se mantuvo fiel a su ideología fascista que contrastaba completamente con su idea de modernidad de la arquitectura. La ideología reaccionaria del fascismo propugnaba una arquitectura grandilocuente, desproporcionada que expresara la grandeza de un Nuovo Impero Romano. Contra este lenguaje megalómano se opuso este joven arquitecto fascista. Esta era su contradicción.


José Antonio Coderch de Sentmenat (1913-1984) 

 Torres Trade (1965-1969) (con Manuel Valls)



José Antonio Coderch de Sentmenat fue el arquitecto más destacado de la modernidad en la España de la posguerra. Más de uno –Bofill, Gregotti  ha considerado a Coderch como el auténtico protagonista de la recuperación de la vanguardia arquitectónica en los años grises del franquismo.

Miembro del Grupo R, aquella agrupación de arquitectos que surgió con el objetivo de recuperar la modernidad cercenada por la Guerra Civil. Coderch fue un firme defensor del racionalismo arquitectónico que tan buenos ejemplos había dado el GATCPAC.

Coderch de Sentmenat fue un proyectista incansable, corregía una y otra vez sus proyectos, diseñaba hasta los más mínimos detalles. Su arquitectura se sitúa en el polo opuesto de la monumentalidad de la arquitectura franquista.

Era atrabiliario, tanto en lo personal como en la práctica profesional. Son legendarios sus arrebatos de ira. A un compañero de profesión le decía: Para proyectar lo que hay que hacer es huir de la mierda, es decir, olvidarse de todo lo que hay e ir siempre adelante.

Siendo conservador y en cierta forma clasista, diseñó con idéntico entusiasmo las casas para la alta burguesía como las viviendas sociales de la Barceloneta.

Era un hombre de carácter complejo, una persona de derechas, un franquista que había luchado en la guerra en la división de caballerías del general José Monasterio. Sin embargo, “nunca recibió encargos del régimen, aunque mantuvo siempre unas posiciones ideológocas a favor del sistema dictatorial”.

Progresista en su arquitectura y franquista en su comportamiento. Fue un hombre tan torturado por la cerrazón ideológica como por su imaginación creativa. Contradictorio y a la vez firme defensor de sus ideales políticos reaccionarios que contrastaban con la modernidad de su arquitectura.

16 comentarios:

  1. Buenas tardes, querido Francesc, un texto completísimo donde puede uno constatar, con absoluta verdad, que el ser humano es paradójico, contradictorio y capaz de lo mejor y lo peor al mismo tiempo. Un abrazo fuerte, y mis votos porque pronto podamos salir al mundo exterior.

    Manolo Marcos

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    1. Amigo Manuel, he reducido el texto tanto como he podido, de estos arquitectos hay mucho que hablar, no solo de sus contradicciones si no de su excelente arquitectura. Hay paradojas, luces y sombras como en casi todo lo que hace el hombre, este ser contradictorio y peleón y capaz, por otra parte, de levantar castillos de imaginación y poesía.
      Espero que pronto podamos vernos.
      Un fuerte abrazo.

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  2. Interesantísimo.
    Yo, que tengo escasos conocimientos de las personas a las que te refieres, encuentro una magnífica exposición de su personalidad y de su obras. Decirte que desconocía que Coderch fuera del "Régimen", como la obra de la casa del Fascio, de Terragni.
    Me gustan estas exposiciones que haces sobre las contradicciones del ser humano, demuestra la fragilidad de nuestro ser.

    Me sigue atrayendo Ludwig Mies van der Rohe, parece imposible que en el 29 del siglo pasado hiciera las viviendas tan de linea pura, de arista, con vidrieras, tan límpia de accesorios.

    Un abrazo una entrada para los no doctos (mi caso), que quieran saber.
    salut

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    1. Amic Miquel. Lo mejor de estos arquitectos es conocer su obra, no tanto su personalidad, cosa que por otra parte, nos debería importar muy poco.
      Los cuatro fueron grandes arquitectos que demostraron la enorme potencia estética del racionalismo.
      Hace tiempo que me interesa poner en evidencia las contradicciones que se dan entre el arte y la ideología y de cómo el tópico y la frívolidad han enmascarado el conocimiento del arte y de la acción creativa.
      Salud.

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  3. Poco sé yo de arquitectos y arquitectura.
    De todos modos esa contradicción que tan bien describes entre obra y arquitecto, en este caso, es una manifestación que no sabemos entender o tolerar y desvincular la obra de la ideología de su autor. Sea cual sea la disciplina. En literatura también ocurre. Injusticia para la obra.

    No hago crítica de los demás, puedo cometer el mismo error.

    Me gustan estos textos que dan a conocer.

    Salud, Francesc

    Anna Babra

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    1. Amiga Anna, las contradicciones se dan en la arquitectura como en cualquier otra actividad humana. Somos contradictorios, enrevesados, montaraces y a la vez, sutiles fabricantes de venenos.
      Muchos teóricos han asegurado que la contradicción puede ser un componente de la creatividad. Conocemos casos como el de Carlo Gesualdo que compuso unos delicadísimos motetes para la Virgen María y unos maravillosos madrigales y asfixió a su hijo, despeñó una mula, asesinó a su mujer, flageló a varios muchachos, etc. ¿Alguien puede decir que fue un mal compositor?
      Prefiero conocer las obras que a sus autores. Creo que debemos desvincular al artista de su obra, la vileza o la inmoralidad de un artista no es materia estética.
      Los arquitectos que he citado son unos auténticos artistas, sus obras han sido un ejemplo de la mejor arquitectura.
      Abrazos.
      Francesc Cornadó

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  4. Aquí, como en tantas actividades humanas, me importan más los resultados que la ideología del creador, salvo que la plasme obsesivamente en obras faraónicas y propagandísticas. Y estos arquitectos, en mayor o menor grado, trajeron un soplo de aire fresco al difícil y controvertido arte de la construcción.
    Un saludo.

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    1. Amigo Cayetano, lo que importa es el resultado. Exigiremos una buena arquitectura que cumpla las condiciones de belleza, solidez y confort y no vamos a ser nosotros quienes juzguemos las ideologías del proyectista.
      A lo largo de la historia, la arquitectura se ha utilizado como un elemento pétreo de propaganda política, las obras racionalistas de los arquitectos citados, se opuso al "monumentalismo" que promulgaban los regímenes totalitarios.
      Saludos

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  5. Interesantes estas descripciones sobre las aparentes contradicciones. Pero a mí me siguen interesando saber los verdaderos motivos de por qué en unas visiones parecían -y sin duda técnicamente lo eran- avanzados y revolucionarios en esas materias, y vinculados al poder más execrable que se ha dado en el siglo XX. Se ve que la ciencia, la investigación, la técnica, las artes, el conocimiento, por sí mismos no son garantes de valores éticos ni políticos democráticos. Va a haber mucho de esto en nuestro país próximamente. Ya no es que haya gente de la derecha más o menos tradicional y pacífica, es que hay intelectuales (por llamarlo de alguna manera o porque hacen oscuro oficio de esa condición) y profesores y catedráticos, supongo que en otras profesiones también, que andan en el ámbito de los ultras montaraces. Siempre me he preguntado cómo se puede ser aparentemente culto y a la vez realmente nazi. Creo que no había sinceridad en las personas que se prestaban y se prestan. Sí un pensamiento´débil incapaz de hacerlo avanzar en su cerebro, ansias de poder en sus parcelas, aproximación al régimen nefasto para no quedar al margen y tener seguridades económicas e influencias varias, etc. Cuando pase este período obligado de reclusión indagaré un poco sobre el tema, en alguna parte tiene que haber análisis, pero ahora no me pillan a mano ciertos textos que tengo en mente.

    Un abrazo.

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    1. Los arquitectos citados fueron personas inteligentes que debían saber en qué berenjenales se metían. Al margen de las ideologías imperantes, optaron por desarrollar una arquitectura racionalista y eran conscientes de que esta era la mejor manera de avanzar.
      Qué llevó a aquellos arquitectos a pensar de una manera u otra es algo que debería importarnos bien poco, pues lo que importa es el resultado arquitectónico.
      Tenían su ideología, seguramente porque estaban convencidos de ella o quizás por mantener el pellejo; ahí cada cual, y que suba las escaleras como pueda, sí, pero que den una obra auténtica y de calidad, esta es la cuestión.
      Como te propones, creo que será muy interesante tu indagación sobre qué motivos llevan a un intelectual a adoptar una ideología extrema. Pero creo que ante una indagación de este tipo hay que tener prevenciones, mantener el espíritu crítico y alejado de prejuicios. No podemos empezar con suspicacias éticas temporales y aplicar elementos de juicio morales contemporáneos a situaciones de otros tiempos.
      Abrazos

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  6. Desde un punto de vista estético me gustan casi todo lo que nos muestras, pero cuando gane la próxima primitiva, la real... me haré una casa, y esta casa deberá integrarse en el entorno, puertas redondas como los japoneses, jardín natural no de plantas exóticas, curvas para protegernos del viento frío.. Todo mimetizado con el entorno, orientación para una climatizacion natural. Cerrada por fuera pero con un amplio patio de luz interior (tipo como se hacían las domus, los romanos) y de piedra, que quita el calor y el frío, destinada a sobrevivirme y con poco mantenimiento. Si la diseñase yo, quizás saliese un churro, o no...
    Un saludo.

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    1. Amigo Temujin, tienes buen gusto. Una casa integrada en el paisaje es una maravilla, lo de las puertas redondas ya es otro cantar, la carpintería resulta complicada. Plantas exóticas, ninguna, a mí tampoco me interesan y menos sin son carnívoras, prefiero las humildes plantas aromáticas y los frutales.
      En el caso de Coderch, verás que tiene algunas obras con las características que tu buscas.
      Ninguno de los arquitectos que he puesto podría diseñarte hoy una casa.
      Abrazos

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  7. Esta entrada demuestra, primero, que los artistas, arquitectos, científicos y la gente corriente somos un entramado de muchas contradicciones superpuestas a lo largo del tiempo; no existe nadie que pueda zafarse de aspectos y actitudes poco favorecedoras en lo social y político.Yo diría que por suerte, una personalidad monolítica y siempre congruente me parece sospechosa de artificio. Y segundo, escribe un ensayo sobre las cuestiones que tratas hoy, a mí me encantaría leer tus reflexiones sobre el asunto.

    Abrazos

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    1. Amiga Marga, a lo largo de la historia encontramos un gran número de personajes -ortodoxos y heterodoxos, clásicos y románticos- cuya obra se contradice con el estereotipo de su ideología. Las contradicciones pueden jugar un papel positivo en su creatividad, la historiografía del arte lo ha demostrado. Yo también desconfío de artista o creador monolítico.
      Volveré sobre el asunto, para acotarlo me ocuparé solamente del mundillo del arte.
      Abrazos

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  8. Buena entrada, Francesc, acerca de esos «monstruos» de la arquitectura que en un momento u otro abrazaron ideologías muy escoradas a la derecha, cuando no claramente fascistas. Eso ha pasado con arquitectos, escultores, pintores, poetas, novelistas, autores de teatro, etc. Muchos de ellos fueron ninguneados, especialmente en los años setenta, una época en la que el autor que no era de izquierdas no valía un pepino, según los cánones vigentes entonces. Pero, para ser justos, no es el caso de los arquitectos que citas, que nunca han dejado de ser admirados por todos (los del ramo, al menos).

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    1. Amigo Granuribe, lo importante son los resultados y ahí están las obras, el tiempo pasa, y ya no están aquellos grandes y contradictorios arquitectos.
      Las contradicciones entre la obra y la ideología del autor se han dado en todas las ramas de la ciencia y del arte y en toda la historia.
      Abrazos.

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