El dogma se hizo espectáculo barroco y el brillo eclesiástico se puso encima del humanismo renacentista.
El barroco se valía del destello, de la filigrana y del bermellón cardenalicio para sobreponerse.
La fraseología y las ventosidades envolvieron la proporción y el equilibrio áureo.
Retórica de formas encendidas.
El espacio arquitectónico hundió sus cimientos en los estratos antiguos -eran firmes y soportaban la carga. Las volutas, la éntasis y los capiteles continuaron marcando el orden del tiempo.
Basílica de San Isidoro (León)
Escudos y ornamentaciones barrocas sobre arcos
y puertas de acceso


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