domingo, 3 de marzo de 2024

Estofa

Cuatro figuras (1993). Xavier Franquesa 


Ya sea por especie, género o cualidad, todos somos, más o menos, de la misma ralea: el bípedo que se peina y el pájaro de mal agüero, todos vamos transportando nuestra osamenta y las bacterias que nos acompañan.

Todos rapiñan y se aprovechan de vivos y de muertos. Unos atacan y van directamente a los ojos de la presa, otros a las flácidas ubres; unos gritan y otros graznan. Unos parlamentan para engatusar y llamar la atención y otros destripan cuanto encuentran y meten el pico o la espada donde convenga con el único fin de procurarse el sustento o para nutrir su vanidad.

Algunos, con más sutileza, también parlotean y sueltan discursos para incitar a otros a que utilicen la espada y les mantengan con todo lujo y boato. 


de mi libro

El caminante y la urraca

18 comentarios:

  1. Somos de una estofa bastante ruin, tienes razón. Últimamente además, parece que impera la estofa embaucadora y envenenadora, la peor estofa que existe y es esa la que nos llevan a todos a rastras, que es lo peor. Ni aun clavando los talones en el suelo parece ser posible evitar esta deriva y este arrastre general hacia el abismo. Es algo que observo aterrada y no sé si todo será culpa de los agoreros o que de verdad parece inevitable la deriva, no lo sé. Lo que sé es que estoy asustada. Tienes que preparar un estofado mágico de los tuyos en modo druida, a ver si consigues neutralizarnos esta sensación que se nos mete en los huesos y se respira en el ambiente. Muy buen texto, como todos los tuyos, mil gracias FRANCESC, un beso!

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    1. Querida María, este es un monólogo que el caminante le va soltando a la urraca. Parece que este pajarraco lo entiende mejor que muchos humanos.
      Creo que algunas personas de buena voluntad tendrán que salir a la calle con un cucharón en ristre a repartir arroz caldoso y así todos alimentados como es debido, con el arroz y la buena voluntad, iremos trampeando.
      Abrazos mil.

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  2. Esos bípedos
    de chaqueta
    y corbata que
    creen que el
    mundo es
    suyo, y a
    robar a
    mansalva .

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    1. Ay, amigo Orlando, no me digas estas cosas, yo suelo usar corbata desde que era adolescente.
      Salud.

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  3. Me lo has recordado, y habré de volver a leerlo.
    El ser humano no da pie para el optimismo, salvo aquellas acciones que hoy ya nos parecen anecdóticas, como la visión de una persona cediendo el asiento del autobús a otra.
    Como en el Imperio Romano, estamos en plena decadencia.
    Un abrazo

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    1. Miquel, yo veo que vamos a menos. Creo que nos hallamos ante un periodo de pobreza social y creativa que durará unos setecientos años.
      Abrazos

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  4. Estoy de acuerdo en todo menos en que llames pajarraco a la urraca, con su larga cola. ¡Un respeto! Aunque su canto no sea como el del ruiseñor, ni siquiera como el del mirlo, me alegro mucho cuando aparecen por el barrio, bastante más que cuando veo a cierta gente por la TV.
    Por otra parte, ¡caramba, Francesc!, cuán largo me lo fiais. ¡Setecientos años! "No el veurem ni tu ni jo! Según tú, la "riqueza social y creativa" tardará en resurgir, aunque pienso que para entonces todos calvos.
    Un abrazo.

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    1. Amigo Gran Uribe, siento un enorme cariño por ese pajarraco, a la urraca le dediqué un libro. El canto de la urraca va cambiando según la edad y la época del año, es un ave inteligente, algunos afirman que con un buen adiestramiento puede llegar a articular sonidos.
      Lo de los setecientos años lo tengo muy pensado, evidentemente no puedo asegurar la duración de la caída, pero observo los ciclos de la historia y se me antoja un periodo de miseria similar al de los siglos de Medievo. Centurias oscuras. No lo veremos ni tú ni yo, en cuanto a la calvicie, ya ves, no tienes más que observar mi foto.
      Un abrazo.

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  5. Que no, hombre, que no, que algunos somos espíritus puros y castos.

    Recomiendo "Perros de paja. Reflexiones sobre los humanos y otros animales", de John Gray.

    Me gustaría que en honor a la libertad de expresión y del respeto que hubiera menos visceralidad en algunos humanos. Y simplemente aportar algo más constructivo.

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    1. Amigo Fackel leí hace muchos años el libro de John Gray, me lo recomendó un amigo mío, médico, que siempre decía que a partir de los cincuenta años de edad, somo un cuerpo muerto, así que de espíritus, nada de nada, en todo caso unos cuerpos que transitan hacia la decrepitud.
      Salud

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  6. Vivo en un pueblo y entre otros tengo dos cerezos.
    Una pareja de mirlos anida en mi casa.
    Cosa que no deja de tener guasa.
    El macho me observa con su ojo anillado
    y la hembra las cerezas ha "trillado". Melómanos de agradable cantar
    después de manducar
    en mi acera han de defecar.
    No me ha de ofender
    que después de su comer
    mi acera he de barrer
    pues la deyección no quiero ver.

    Me gustan los mirlos, por lo menos son honrados. Me comen las cerezas pero por lo menos no me dicen que es por mi bien y no tengo que darles las gracias, no engañan a nadie.
    El supuesto pareado lo he perpetrado sobre la marcha, usted disculpe.
    Un saludo.

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    1. Amigo, Daniel, así me gustan los poemas, que digan las cosas claras. Bravo.
      A mi también me gustan los mirlos, hace unos días a un mirlo que estaba posado en un conducto de ventilación delante de casa, alguien le tiró una piedra, el mirlo cayó al suelo y supongo que ya no le quedaron ganas de comer cerezas y supongo que el desalmado que tiró la piedra y escondió la mano sólo comía cosas amargas y acumulaba, en su mente la bilis negra del odio. Además debía ser un ciudadano que ejerce su derecho de voto.
      Te felicito, el poema te ha quedado muy bien.
      Saludos.

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  7. Tremebundo todo lo que expones. Espero que sin mucho fundamento...
    Saludos cordiales

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    1. Amigo Luis Antonio, lo comprobamos a menudo: hay diversas formas de rapiña, todas van a lo mismo.
      Saludos

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  8. Escudriñadora mirada con la que coincido, amigo.
    Abrazo hasta vos.

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    1. Este texto es un fragmento de mi libro "El caminante y la urraca", una especie de monólogos que un caminante le va soltando a una urraca que le acompaña, la urraca se limita a contestar con un "tcha-tcha-tchá". El caminante se limita a reflexionar sobre lo que va encontrando por los caminos.
      Abrazos

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  9. Creo que la fría objetividad reafirma tu descripción, pero aún siendo un cuerpo que se nutre de otros o que es parasitado hasta la consunción, la conciencia ha de sobrevolar esta materia pútrida y abrazar los versos de Quevedo antes de que nos saquen los ojos: su cuerpo dejará más no su cuidado; serán ceniza más tendrá sentido. Polvo serán más polvo enamorado.
    Es la versión barroca del baile de la Macarena, de vez en cuando hay que olvidar la agria realidad para elevarse sobre ella.

    Abrazos

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    1. Querida Marga, este caminante que va con la urraca, es mucho más prosaico que aquel Der Wanderer romántico que caminaba entre las brumas del norte. Le cuesta enamorarse, pero quiera o no, el también será polvo enamorado.
      Una característica positiva es que la materia pútrida, a veces, se convierte en sustrato nutriente. Así nos podemos elevar como los espárragos que apuntan al cielo en primavera.
      Un fuerte abrazo.

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