domingo, 8 de enero de 2023

Madames



Ars longa, vita brevis

 

Todas ellas sabían que la vida es breve y que el arte de la seducción viene de antiguo y es largo. A ellas, ese arte las mantuvo en vida.

 

Gabrielle de Estrées, que era una «bella monada un poco sosa y sin demasiado ánimo».

 

Madame de Montespan (Françoise-Athénaïs de Rochechouart), que tanto amó con ánimo de lucro.

 

Madame de Maintenon (Françoise d'Aubigné), que sabía de nobles.

 

Madame Dubarry (Jeanne Bécu, condesa du Barry), pobrecilla, la guillotina le cortó la cabeza.

 

Ninon de Lenclos, que tañía muy bien el laúd, aunque lo suyo era la teoría y praxis del libertinaje.

 

María Duplessis (Rose-Alphonsine Plessis), que sentía un profundo amor por las camelias.

 

Barbara Villiers, que era ludópata y muy extravagante.

 

Vannozza Cattanei (Giovanna dei Cattanei), que fue una experta en negocios episcopales.


Tullia d’Aragona, que escribía sonetos a los nobles florentinos elogiando sus atributos y amándolos con amor neoplatónico.


María Vetzera, que está sepultada en la abadía de Heiligenkreuz, que tan buenos recuerdos de simetrías me trae.


Eran peregrinas en este mundo, peregrinas de pasitos cortos y ambiciones largas. Se interesaban por los nobles -no tanto por la nobleza- y sacaban de ellos linajes y joyas.


Excepto Ninon de Lencos, todas ellas creían en la Comunión de los Santos.


El amor humano es breve, la redención eterna es larga.


No esperaban que el amor las redimiera, eso de la redención por amor es cosa romántica, y ellas no eran románticas. 

21 comentarios:

  1. Decía Hegel que la vida era elegir, sin duda llevaba razón, somos libres y estamos condenados a tomar decisiones. Todas estas damas tomaron las suyas. Como todo en la vida, a unas les fue bien, a otras no tanto e incluso alguna perdió la cabeza...y ninguna por amor.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Miquel, creo que aquellas madames fueron muy libres, eligieron con toda la independencia de su cuerpo y su mente.
      Las desafortunadas tuvieron que apechugar con las consecuencias, como nos pasa a todos. A unos les florecen los lirios y a otros les brotan los cardos.
      Abrazos

      Eliminar
  2. Alguna de ellas moriría por la práctica descuidada de ese arte. A mí me hubiera gustado conocer -pero provisto de coraza- a la marquesa de Merteuil que, aunque no la citas, era una madame, que no madama o quién sabe, dispuesta a utilizar todas las armas permitidas y no permitidas con tal de imponerse.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo Fackel, Isabelle de Merteuil era una experta en venenos, tenía sumo cuidado con utilizar herramientas afiladas, no quería que los tapizados se mancharan de sangre. Fue la extraordinaria maestra marquesa de la hipocresía más civilizada y condescendiente. Era una convencida racionalista que odiaba el amor.
      Salud.

      Eliminar
  3. ¿Acaso no somos todos peregrinos?
    Otra cosa es aquello de las ideas peregrinas. Ellas a su modo y nosotros al nuestro. En definitiva, siempre tenemos algo nuestro "en alquiler"

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, Noxeus, creo que estas madames tenían ideas muy concretas, conocían bien el camino y supongo que no anduvieron de peregrinajes.
      Saludos

      Eliminar
  4. Respuestas
    1. Menta, yo creo que lo verdaderamente interesante es el carácter de estas madames.

      Eliminar
  5. Todas menos una murieron jóvenes y bellas (supongo), vivieron como pudieron y quisieron. Creo que a más de un hombre le manejaron. Uno se quita el sombrero ante semejante "ejército" y dice: "A sus pies señoras"...

    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo Daniel, vivieron convencidas de la brevedad de la vida. Supongo que alguna de ellas diría: para lo que hay que vivir...
      Madames independientes que manejaron muy bien las herramientas de su oficio.
      Saludos.

      Eliminar
  6. Sabían lo que querían y se concretaron en ello, la vida es corta y lo tenían claro
    Muy buena entrada, Francese, un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, sí, "ars longa, vita brevis", ellas sabían de la brevedad de la vida.
      Saludos

      Eliminar
  7. ¿Qué pasa cuando una mujer es sosa? se le pone sal o quizás pimienta para que pique un poco

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Recomenzar, yo no sé que pasa con esto de la sosería, nunca me he encontrado con un caso de estos.

      Eliminar
  8. No conozco a todas pero el común denominador de la mayoría de las Madames que mencionas, a parte de lo obvio, fue su inteligencia, sin esta cualidad su vida hubiera pasado sin pena ni gloria como meras cortesanas d lujo, pero fíjate, una de las más famosas y poderosas que me ha sorprendido no menciones, Madame Pompadour, además de amante de Luis XV, mecenas de científicos y artistas, impulsora de la enciclopedia de Diderot, de la fábrica de Sèvres, del estilo rococó, por su influencia se firmaron numerosos tratados entre Francia y otras potencias e incluso mira tú qué hábil fue que hasta llegó a ser gran amiga de la mujer de su amante ( lo he mirado por eso lo sé; ) ... vamos, que la corte Francesa debió ser de lo más entretenida durante los siglos XVI y XVII...

    Muchos besos y feliz vuelta a la anómala normalidad ; )

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Fueron mujeres inteligentes y cultas. La inteligencia es indispensable para conseguir una independencia de criterio.
      En el panorama actual, aquí, nos encontramos a muchas madames mediáticas que brillan por su incultura. Creo que sus ansias de brillar ante las cámaras les anulan cualquier chispa de inteligencia, quizá crean que una buena intervención de cirugía estética podrá suplantar su incultura y la carencia de materia gris.
      La lista de madames es larga, haber incluido a la Pompadour hubiese alargado demasiado el escrito, ella, sola, ya merece otro artículo.
      Besos.

      Eliminar
  9. Nada redime, me temo. Como mucho, instantes de belleza y pasión.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, Pedro, la belleza tiene un poder redentor. Yo creo que la pasión no tanto.
      Saludos

      Eliminar
  10. Mundo de cortesanas,lenguajes de abanicos y miradas,debilidad de los hombres(que tenían que presumir de ello,aunque amargaran).Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo Car res, hombres débiles que caían en sus redes con mucha facilidad.
      Saludos

      Eliminar