Todos tenemos algo en común. Orlando Pelayo (1920-1990)
Algunos artistas o pensadores han creído ser la personificación de las más grandes virtudes o defectos. Son personajes iluminados que aseguran ser únicos y que ellos solitos pueden cambiar el curso de la historia y del mundo entero.
Artistas engreídos han proclamado que con ellos empezaba una nueva era. Con los brazos en alto, uno aseguró que él personificaba el Surrealismo. Otro, con la boina de medio lado, dijo que era el Arte del futuro. Otro, con voz de ultratumba, afirmaba ser el Espíritu que todo lo niega y otro decía ser la encarnación de la Verdad…
En la actualidad, en tiempos líquidos, estamos esperando a que algún pensador excitado por su emoción en estado gaseoso proclame:
YO SOY LA EMOCIÓN
De momento, ningún teórico neoconservador, ningún político iluminado, ni ningún artista neo-pop, ninguno de ellos se atrevido aún a decirlo.
Para afirmar algo tan contundente hay que tener arrestos y no valen los que
sólo tienen emoción, así pues, nos encontramos con una tremenda paradoja, nadie
dirá que él es la emoción. Para decirlo hay que ser valiente y esto reñido con
la emoción y, además, entra en contradicción con la inteligencia emocional, esa "cosa" que tanto les encandila.
Si alguno dice lo de Yo soy la emoción será un majadero. Si el arte emociona a lo largo de la historia -independientemente de otras variadas funciones- no habrá sido porque se hayan subido al podio los artistas, sino en todo caso por lo que haya suscitado su obra. No obstante hay, cunden, ese tipo de supuestos creadores de humo en todas las artes, pero son flor de un día y de mass media. De la inteligencia emocional... otro fiasco más en un sentido, porque su invención va dirigida a hacer sumisos trabajadores. Las emociones, producto de conflicto del individuo, bien en su orden laboral o de relaciones personales, no creo que se eliminen ni por psicologías de mercado ni por religiones orientales. No podemos ya pedir más a lo que ya no puede generarse en materia de arte, ¿no?
ResponderEliminarAmigo Fackel, pues hay algunos que se lo creen, otros que se conducen solamente por las emociones y alardean de ello, pero son unos auténticos mentecatos que no se atreven a proclamarse adalides de nada, pues para esto hay que ser valiente y esto es algo incompatible con el carácter emocional.
EliminarLa emoción podemos encontrarla en la base del acto de creación artística, e incluso, en la percepción del arte, pero sin una reflexión racional sobre la sustancia estética, ahí, solita se queda la emoción huérfana. Viene a ser como aquello de que “el primer verso te lo darán los dioses”, que dijo el poeta maldito, sí, pero luego viene todo lo demás, sin lo cual no hay arte.
Digan lo que digan los “mass media” o los psicólogos de salón, la exaltación de las emociones es una forma adocenada de un espectáculo grotesco.
Lo de la inteligencia emocional es un engaño. Inteligencia y emoción son conceptos opuestos. La "inteligenica emocional" que sólo sirve para llenar páginas de libelos de autoayuda.
Abrazos.
Ostras, ¡que bueno!, no lo había planteado de ese modo.
ResponderEliminarEso de : "además, entra en contradicción con la inteligencia emocional", es cierto, un razonamiento para hacer pensar.
Un abrazote emocionado ¡
Claro, Miquel, ahí encontramos una paradoja: uno que se declara el rey de la emoción debe tener la suficiente fuerza y valentía para levantar el cetro y para esto se necesita la fuerza de la razón, no vale solamente con la emoción.
EliminarLa fuerza de la emoción tiene muy poco recorrido necesita de la razón para mantener la carrera y atrapar el sentido de la realidad.
Salud.
Ya volvemos al gran problema de los EGOS estratosféricos. A veces me pregunto si de verdad todos estos iluminados que se autoproclaman cosas, lo hacen de mutu propio porque de verdad se lo creen o es que su entorno les ha comido tanto la cabeza que se lo han hecho creer… No sé Francésc ya sé que a ti lo de las emociones te producen urticaria, pero al final ¿ qué es lo que sentimos cuando una melodía, un cuadro o cualquier forma de arte nos llega dentro, nos impresiona o nos impacta? Emoción…
ResponderEliminarQue alguien se autoproclame emocionador universal, da la risa y espero que no haya ningún idiota que salga con eso, pero …¿Emoción y valentía están reñidas? ¿…?
Y…¿Qué sería de nosotros sin las emociones? .. jajaja nooo, tú por favor no me respondas, sólo es una pregunta retórica ; )
Un beso grande y gracias por vapulearnos con tus ideas ; )
Querida María, cuando veo que alguien se autoproclama rey del pollo frito o de cualquier otra cosa, lo primero que veo es la máscara de un engreído tras la que se esconde un ser insignificante.
EliminarEstá claro que la contemplación del arte produce una emoción, detrás de ella, sin embargo, sigue una reflexión estética que es la que hace que aquella emoción inicial perdure y consigue que la contemplación y la sensación se conviertan en memoria.
Me producen urticaria las emociones exageradas, la sensiblería, el arrebato y, por qué no decirlo, ese mareo que se explica con el síndrome de Stendhal.
Si de risa se trata, pues ya me gustaría que apareciera por ahí el rey de las emociones, así nos despachurraríamos todos de risa.
Besos.
"Inteligencia emocional" es una cosa que nunca entiendo, quizas porque el termino es contradictorio. Para mi, una cosa es la inteligencia que es la capacidad para comprender cosas (acompañada por la tan denostada memoria) y otra muy diferente la emoción. En otra división estaría la empatía, que tiene algo de ambas, ningun tonto es empático. Pero eso de "inteligencia emocional" me "chirría".
ResponderEliminarUn saludo.
Amigo Daniel, lo de la “inteligencia emocional” es una invención de algún psicólogo de saloncito, va bien para que algunos que no saben utilizar la razón se refugien en ese oxímoron que se repite una y otra vez en los medios de comunicación y en las aulas.
EliminarLa inteligencia, la memoria, la atención, la capacidad de relacionar conceptos, el uso de la razón, el método científico, la lógica formal, la matemática, todo esto requiere esfuerzo, y esto del esfuerzo es algo que no está demasiado bien visto. La emoción, en cambio, es algo directo que no demanda demasiado esfuerzo y se justifica muy fácilmente con un poco de charlatanería y ya está.
Saludos.
Por cierto, meencanta el... ¿¿perro?? de Orlando Pelayo. No me digas que no es de lo más emocional ; )
ResponderEliminarMaría, yo creo que ese perro de Orlando Pelayo es una paráfrasis de una emoción perruna. Es tan emocional como una pincelada evanescente que se pierde en una niebla desvanecida de suspiros románticos. Un galimatías de lágrimas disecadas. Así de emocional.
EliminarAbrazos.
Pero mira que eres tremendo! te ríes hasta de tu sombra y de mi un rato largo jajaja menos mal que tb yo lo hago...todo ese fuego de artificio que has usado para decirme que ese perro tiene de emocional lo que tú de bombero a lo Corín Tellado o culebrón venezolano jajaja Sin embargo, ahora en serio ...¿no te parece una pintura expresionista? imagen deformada con trazos ligeramente geométricos, coloración irreal, sensación general de angustia... ok ¿cuál es la característica común de todos los expresionistas? expresar la emoción, el sentimiento que les producía lo que pintaban, no el objeto en sí..así que mi querido Francesc... siento decirte, te guste o no que es un perro emocional y tú, lo mismo... tooodos somos pura emoción, solo que contenida, no arrebatada ; )
EliminarMás besos y por favor, ten paciencia conmigo y no me estrangules ; )
Sí, María esta pintura de Orlando Pelayo se puede calificar de expresionista, yo diría de expresionismo tardío y como todo lo tardío contiene algo de contención y decadencia, es como si hubiesen limado las asperezas de una rabia inicial. La rabia, es a mi modo de ver lo que caracteriza la pintura expresionista. Esto es una emoción, sí, pero después de la rabia inicial que les lleva a poner el pincel sobre el lienzo, después viene el trabajo de dominar al perro que dicen que todos llevan dentro.
EliminarBesos.
Quien se atribuya la emoción como identidad y seña personal es un delirante. "Yo soy la vida o yo soy la inteligencia o yo soy el arte". Se trata que un individuo -o individua- crea personificar un atributo elevado y que no es otra cosa que un pliegue más de las facultades humanas. Así que si alguien se definiera: yo soy la emoción, le recomendaría que fuera inmediatamente al médico, el de la cabeza como decían antes en los pueblos. Abrazos
ResponderEliminarQuerida Marga, el afán de personificación se me antoja un exceso caprichoso y delirante de pisar lo que sea para destacar entre los embobados. El iluminado que dice ser la personificación de algo favorece el negocio de los fabricantes de pedestales. Los embobados que le siguen también favorecen otros negocios, en este caso el de los consultorios de psicólogos y médicos de la cabeza.
EliminarAbrazos.