viernes, 13 de enero de 2023

Incomprensiones

 

Refik Anadol’s “Quantum Memories”

 

Hay cuatro cosas que no acabo de entender:

 

El amor de los efebos

La música americana

Las ciencias brujas

El arte de la provocación

 

Hay muchas más, pero sigamos... y mientras tanto, ahora a principios de enero, me pregunto:

¿Por qué se empeñan en complicarme la vida?

18 comentarios:

  1. Eso del amor a los efebos no empiezo a comprenderlo, mucho menos a acabarlo.
    Alguna música americana me gusta, tampoco me adhiero a ningún estilo, voy picoteando.
    Si es ciencia y hay razón es imposible que sea bruja, ambos términos se contradicen, en mi opinión.
    Solo provoca quien tiene poco o nada interesante que decir.
    Pero vivimos en la sociedad que nos ha tocado, no la hemos elegido. Solo nos queda refugiarnos en esas parcelas de nosotros mismos que nos permiten andar erguidos mentalmente y no caer rendidos o, por lo menos, intentarlo.
    Un saludo.

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    1. Amigo Daniel, esto del amor de los efebos ya comenzó en época clásica, hace ya tantos años y yo, pobre de mí, aún no comienzo siquiera a entenderlo. En cuanto a la música americana te diré que he hecho algún esfuerzo por entenderla y después lo he dejado correr.
      Brujas, esotéricos y provocadores, cuanto más lejos mejor.
      De momento continuamos relativizando, aunque algunas cosas no las entendamos.
      Salud.

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  2. Ah!! pues yo, con tu permiso, antes de comentarte lo que me sugiere lo que te acabo de leer te diré que meencanta este proyecto “Quantum Memories” que encabeza tu entrada de hoy. No sé si es arte en el sentido estricto del término, pero me parece hipnótico el efecto que produce. Así en estático no se aprecia, pero como tú sabes es una escultura en 3D fruto de un algoritmo que hace que esos líquidos coloreados imaginarios se muevan haciendo que surjan formas diversas constantemente… como si miraras un mar en technicolor que se te viene encima, pero no…
    Y respecto a lo que dices no entender, excepto lo primero que me cuesta horrores y lo segundo que es un término tan amplio que no sé exactamente a lo que te refieres, lo demás jajaja tampoco lo entiendo, pero “a veces”, cuando me hace sonreír lo disfruto. Cuando me asusta o me provoca asco, cierro los ojos y me voy; )

    A tu pregunta final...
    Si no se lo permites, no podrán ; )

    Muuchos besos y...
    feliz primer viernes del año; )

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    1. María, la obra de Anadol se presenta como una reflexión digital –algo que también me cuesta entender- se trata de algo apabullante realizado con programas informáticos que aseguran ser de computación cuántica. A mí, a pesar de la palabrería, me gusta, quizá si la viera en directo procuraría situarme en un rincón de la sala, donde tuviera una visión de escorzo.

      Ya sabes que soy un “escuchador” empedernido de música, pero con la americana no puedo, quizás algunas bachianas de Villa-lobos o la sinfonía Montanhas do Brasil y nada más; el jazz cinco o seis minutos, Charles Yves algún minutillo, y así, confirmando mi eurocentrismo.
      Querran hacerme la vida imposible, pero les será bastante difícil.
      Besos mil.

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    2. jaja ¡Claro! es que esa obra es para verla in situ ...la parafernalia que rodea a muchas obras a mi me satura, como ocurre con algunos menús .. sinfonía a las finas hiervas sobre lecho de alcachofas templada a golpe de soplete jajaja y miras al plato y te dan ganas de llorar con cuatro hojitas tristes de cualquier cosa salpicadas de gotitas multicolor ; ) en escorzo es como se debería ver ... pero con una silla detrás porque seguro que eso marea; ) a mi meencanta el jazz, que no es más que un sub estilo del blues, con todo lo ramplón armónicamente que sea pero me gusta mucho ... porque además fíjate ... del blues salió todo lo demás (Rock, Funk, Jazz, Soul, Country, Pop, Gospel, R&B, y todos los subestilos que cada uno ha generado)... a mi sí, debo confesar que todo esto me gusta mucho, muchísimo... fíjate, a parte de este verano, que ya te comenté, la última vez que estuve en Barcelona fue para ver a Bruce Springsteen... y si vuelve, volveré ; )

      Muchos besos y feliz finde, por cierto que esta tarde/noche voy a ver al ballet de Ucrania en Vigo, no sé cómo voy a ver tanta belleza mientras ellos sufren tantísimo pero en fin...es mi pequeña contribución a su causa, desde aquí.

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    3. Sí María, hay que tener mucho cuidado con algunas obras de arte tan tremendas y apabullantes, también con algunas destilaciones gastronómicas que no hacen más que echarle argumentos al plato en vez de comida sabrosa cocinada con amor.
      Entiendo muy poco del jazz esta música sincopada que goza del fervor de tantos aficionados y que tiene unos intérpretes que son extraordinarios, son un puro prodigio, su expresión y personalidad reluce en cada nota, pero enseguida me canso de escucharla. Los derivados de jazz me interesan mucho menos. Hay algunas excepciones, claro está, pero ya verás María, soy muy limitado y con lo que tengo en este viejo continente me voy conformando.
      Estoy seguro que esta tarde te lo pasarás muy bien con ese ballet de Ucrania y creo que los bailarines pondrán todo su arte para mitigar tanto dolor y tanta guerra como están sufriendo en su país.
      Un abrazo.

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  3. Si se trata de volar y contemplar las cosas: amores, músicas, mancias, brujearías y arte en general, yo te diría:
    No te compliques la vida (tú). ¿Y si no hay nada que entender y mucho que gustar, (o no)...?

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    1. Amigo Noxeus, no me complico la vida, los que pretenden complicárnosla lo tendrán difícil, tenemos armas potentísimas: buen humor, ironía, alcachofas con foie, capacidad para relativizarlo todo, escepticismo y buenos amigos.
      Salud

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  4. Te puedo entender en casi todo, ahora bien, Oscar Peterson, es un intocable en mis preferidos.
    Un abrazo

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    1. Miquel, Oscar Peterson es un músico extraordinario, reconocidísimo, un gran artista. Ya te he comentado en alguna ocasión que el jazz igual que el resto de la música americana (con algunas excepciones) nunca la he llegado a comprender, me he esforzado por penetrar en el meollo de la obra de muchos compositores, ya sean norteamericanos, caribeños o sudamericanos; ya sean compositores clásicos o de música de cine; los primeros son unos pesados y los segundos son un pastiche de melodías edulcoradas. Tampoco el jazz lo he acabado de entender y me sabe mal caer en esta incomprensión, pues debo reconocer que me pierdo un goce que disfrutan muchos “escuchantes”.
      Pero no entiendo de jazz y poco puedo apreciar del swing y del blues, estas canciones de los campos de algodón que tan bien interpretaron Robert Johnson, Leabdelly o Charlie Patton.
      El ragetime está más cerca de la música clásica, o por lo menos admirado por muchos de los músicos llamados clásicos. El rage deriva del minueto o el vals compuesto, se forma con secciones de 16 compases. Los Scott Joplin, Louis Chauvin o Ton Turpin fueron grandes intérpretes de esta música que aún podría llegar a entender, pero que no poseo la capacidad sensitiva para disfrutarla. Echo a faltar el contrapunto, enseguida me canso con lo sincopado y ciertas piezas me parecen susurros “ratoneros” que no sé a dónde apuntan.
      No conecto con el dixieland. Los saxos o las cornetas de los Duke of Dixieland o Paul Mares, aunque hay que reconocer su valía, me resultan gritones, propios de una música de festejo de quien ha conseguido algunos billetes de dix dollars.
      El cool jazz, como derivado del bebop, supone un puente con la música clásica. Hay intentos, sí, asoma el hard bop que pretende una forma europea con el magnífico Miles Davis Quintet: John Coltrane, Cannonball Adderley, Red Garland, Philly Joe Jones, Paul Chambers y Milt Jackson, pero esta experimentación pronto deriva hacia una forma evolucionada de swing.
      El free jazz me puede interesar un poco más; su atonalidad presenta un cierto parangón con la experimentación que surgió a partir del dodecafonismo; Anthony Braxton, John Surman son una buena alternativa.
      Me sabe mal, pero no consigo meterme en el meollo del jazz, esta música sincopada y tan bien interpretada.
      Un fuerte abrazo.

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  5. En otro orden de cosas, me ocurre también con tus textos, con tantas analogías, reflexiones, guiños culturales, fondo filosófico... Son tan intelectuales, en fin, que disfruto de lo poco que entiendo pero todavía disfruto más de lo no entiendo. Es lo que tiene ser tan grande comunicador y tertuliano.
    Gracias y un abrazo.

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    1. Amigo Pitt, celebro tu comentario y me alegra que disfrutes con estos guiños más o menos irónicos.
      Sigo tu blog y ahora pongo pocos comentarios en él, tratas un tema muy interesante, pero que yo no conozco demasiado.
      Un fuerte abrazo

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  6. Te pongo un enlace del año 68. https://www.youtube.com/watch?v=lxKDh3TWHaU
    El primero por la derecha, el que toca el clarinete, es el que en "Las Sombras" digo aquello de : "...ella aportó a la unión un hijo..."
    Este es mi hermano por parte de madre, el Eduardo, y el que de una forma u otra me influyó en lo del jazz, porque en aquella época el jazz (dixie en esta ocasión) era desconocido, y por él empecé a escuchar a los grandes, y entre los grandes a un gran olvidado, Astor Piazzola.
    Un abrazo

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    1. Muy bueno Miquel, esta gente tiene un ritmo increíble. Es el espíritu "dixie".
      Recuerdo perfectamente esta frase de "Las Sombras...", además me habías hablado de tu hermano.
      Astor Piazzola es muy querido por una gran parte del público americano, especialmente en Argentina y Uruguay.
      Salud

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  7. La desproporción entre la persona y la obra de arte,es tremenda.Situarse cerca(no sé si lo permiten).En todo caso es una explosión de sensaciones,fruto de la Tecnologia,para que no digamos de la disposición y posibilidades de esta materia en el Arte.
    Saludos

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    1. Sí, Car res, hay que cuidarse de las desproporciones y sobretodo de las explosiones.
      Salud

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  8. Mi opinión es que quienes nos complican la vida son los que hacen negocio y buscan beneficio de ello. Podemos discernir, situar y elegir. En cualquier materia humana.

    Recurramos a Lucrecio:

    "A la naturaleza del cuerpo pocas cosas le son en total necesarias" (Lucrecio, Libro II, Elogio de la Filosofía)

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    1. Amigo Fackel, más o menos ya sabemos quienes son los que molestan y casi, casi, sabemos caminar con prudencia evitando las molestias. Podemos establecer una proporción directa entre la magnitud de las molestias y el empeño que ponen los molestadores para complicarnos la vida.
      Afortunadamente y si lo sabemos apreciar, los clásicos ya nos han dado indicaciones y buenos consejos.
      Salud.

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