Hungría, la vieja Panonia, la de los caminos planos, la de la humedad
campesina, la de la lengua magiar endiablada, donde algunos, para simplificar,
adoptan el alemán, Hungría cuyo paisaje áspero y escueto ha ejercido un influjo
secular sobre el folclore y ha hecho bailar al oso y a la cabra, es el país que ha visto crecer las obras de arte bajo los nubarrones más expresivos del romanticismo.
En Hungría, los músicos se miran los unos a los otros y todos juntos se dejan embelesar por las danzas y las canciones populares o por el verbunkos que recluta a los jóvenes al ritmo de una alternancia de tempos lentos y rápidos.
No quiero que este escrito sea demasiado extenso y me limitaré a dar solamente una sentida noticia de tres notables compositores húngaros: Kodály, Bartók y Liszt. Son opiniones personales, personalísimas.
Por otra parte quiero decir que me sabe mal dejar en el tintero a György Kurtág, György Ligeti, Leos
Janácek (aunque es checo, algunos lo han incluido dentro del universo magiar) y a otros grandes músicos húngaros que admiro, pero el espacio del blog es limitado.
Zoltán Kodály nació en Kecskemét (topónimo que en lengua magiar significa cabra), ciudad donde se elabora una riquísima mermelada de albaricoque y se fabrican coches.
Kodály relativizaba el paso del tiempo y nos dijo que “lo que viene luego” no hay que tomárselo muy en serio: el tic-tac del reloj, las canciones de amor, las derrotas, la llegada del emperador y su corte, los charlatanes… La música no miente, sólo cuenta cuentos de hadas.
Algunas de sus obras:
Psalmus hungaricus, Háry János, Danzas de Marosszék, Danzas de Galanta, Te deum Budavari, Variaciones del pavo real, Missa brevis…
Béla Bartók nació en la ciudad de los veintitrés objetos de oro. Utilizó la proporción áurea, pero fue la música popular lo que determinó sus composiciones.
Cuando Béla Bartók contemplaba las planicies húngaras sus ojos ardían como una noble llama. Quizá la visión de los caminos planos le llevó a decir: “La soledad espiritual será mi destino”. Contemplando también los caminos, Kodàly dijo: “Bartók era el tipo de hombre que quería hacer que todo fuera mejor y más bello”.
Algunas de sus obras:
El castillo de Barbazul, Magyar népdalok, Mikrokosmos, Música para cuerda, percusión y celesta, Voces de la primavera, El mandarín maravilloso, Suite de danzas, Változo darab, El curso del Danubio, Tiefblaue Veilchen, El príncipe de madera.
Ferenc Liszt nació en Raiding (Doborján) en una casa de hastiales desproporcionados. Tenía ciertas dificultades con su lengua natal –es muy difícil el magiar– y adoptó el alemán, el francés, el italiano y hablaba bastante bien el latín.
Se interesó por las canciones gitanas y la música sacra. Anduvo de aquí para allá, de Viena a Valencia, de Moscú a Sevilla, recorrió toda Europa, dando conciertos tres o cuatro veces por semana. Provocaba, en el escenario, auténticos estados de arrebato místico. Famoso en toda Europa, vestía de negro, aparecía en el auditorio como una exhalación fantasmagórica (vocablo que viene de fantasma), ejecutado al piano desviaciones radicales de la armonía. El romanticismo le sacudió, lo llevó de la composición a seglar franciscano, fue ostiario, acólito y exorcista.
Algunas de sus obras:
Harmonies poétiques et religieuses, Años de peregrinaje, La leyenda de Santa Isabel, Cántico del sol de Francisco de Asís, Rapsodia española, Missa quattuor vocum ad aequales concinente órgano, Rapsodias húngaras, Tantum ergo, Ungaria-Kantate, Coro de ángeles del Fausto de Goethe, Tasso, lamento y triunfo, Los preludios, Hungría, Prometheus, Orpheus, Sinfonía Fausto, Dritter Mephisto Waltz, Salve Polonia, La lúgubre góndola, Estudios de ejecución trascendental… y mucho más.
Hungría, una raíz de esta Europa tan endiabladamente compleja.
ResponderEliminarAmigo Pedro, cuando vi aquel paisaje de campos húmedos inundados por una neblina baja entendí mucho mejor la música de Bartók. ¡Todo es tan endiabladamente complejo!
EliminarMe voy a Liszt, ahora buscaré por el spoty los títulos que más me han llamado la atención, y son, como podrás suponer, Coro de ángeles del Fausto de Goethe, la Sinfonía Fausto y el tema Dritter Mephisto Waltz.
ResponderEliminarDespués me decantaré por algún tema más de Bartók.
Gracias ¡¡¡
PD: !El fin de semana seguro que iremos al Miró¡
Gracias ¡¡¡
Miquel, a mí, de Liszt me gustan especialmente los Preludios.
EliminarDe Bartók me gusta la "música para cuerda, percusión y celesta"
De Kódaly, Háry János. A este músico le tengo un especial afecto.
Salud
Vaya cantidad de cosas maravillosas nos has contado de esta gente!! ¿ves por lo que te llamo maestro? sin duda lo eres!... saber tantísimas curiosidades de autores tan complejos como estos ( menos Liszt, que se escucha muy fácil y ya sabes por qué tengo atragantado a Bartók... a Kodály no lo conozco, a ver si escucho algo de él y te digo ; ) en fin, mil gracias por este regalaZo!!
ResponderEliminarUn besito y buen día Francisco ; )
Querida María, es cierto, Liszt puede resultar fácil de escuchar, sin embargo tiene algunas obras de extrema complejidad, estoy pensando en Mephisto Walzer o los "estudios de ejecución trascendental", era un compositor de pasiones secretas y esto lo hacía valer con un halo de miesterio.
EliminarEn cuanto a Kódaly, te recomiendo Háry János y las Danzas de Galanta.
Besos
Esta tarde estoy trabajando ( en el despacho ; ) con tu Háry János y me está parecido una obra muy curiosa, como un conjunto de canciones con orquestación operística, sobre todo me ha gustado mucho su orquestación…se nota mucho sus toques folklóricos … seguiré escuchan más de él, muchas gracias! y respecto de la complejidad de Liszt, naturalmente que los 4 walzs de Mephisto son obras complejas, aun así fáciles de escuchar ( meencantan) yo creo que es por el tono épico que tienen que te engancha o así me lo parece a mi.. o ...que me gusta mucho Liszt y lo miro con buenos ojos… la otra obra no la conozco, tb me la apunto ; ) Recomiéndame por favor algo de Bartok que creas puede gustarme ahora que sabes que soy devota de los románticos … a ver si le quito la tirria que le tengo y consigo sacarlo de mi lista negra ; )
EliminarMil gracias y más besos ¡!
Mira y ya puestos, a cambio te voy a dejar a un grandísimo violinista húngaro que desde que lo descubrí también meencaanta ...
Eliminarfor you así, un estilo a nuestro Sarasate ¿ a que sí? ... me voy brincando... lo estoy escuchando ahora mismo y me dispara la euforia jajaja
María, de Bártok te recomiendo la música del ballet "El mandarín maravilloso", comienza con un caos impresioanante que después se desarrolla magnificamente. También, la "música para cuerda, percusión y celesta"
EliminarA Liszt prefiero tenerlo un poco lejos.
Besos
Muchas gracias, María, por la recomendación, además el "pepetuum mobile" de Novácek -chapeau-
EliminarAbrazos
Hay una versión, también muy buena de Henryk Szeryng.
EliminarA Lizt y a Bartok los conozco bien, no así a Zoltan Kodaly ni a György Kurtág, György Ligeti, Leos Janácek. Mil gracias por este interesante recorrido. No bien pueda, escucharé algo de estos, hasta ahora, desconocidos para mi.
ResponderEliminarUn abrazo
Amiga Myriam, son buenos músicos. Tengo una estima especial por Kódaly, recomiendo su Háry János.
EliminarKurtág es actual, tiene unos cuartetos de cuerda que encuentro muy interesantes, también su sinfonía Stela. En cuanto a Ligeti debo decir que lo incluí en mi libro "El silencio de Euterpe", su música experimental es, en mi opinión, muy buena, destaco su concierto de cámara para 13 intrumentos y su concierto para Cello y orquesta.
Si bien Janácek no es húngaro, muchos críticos lo han enmarcado dentro de la órbita magiar -no sé muy bien por qué - destaco sus óperas "La pequeña zorra astuta" y Katia Kabanová.
Abrazos
De Hungría, tan fértil en artistas, admiro la impronta vanguardista que ha salido de esa tierra, tan sometida a las presiones territoriales de sus vecinos. Músicos, escritores, pintores, incluso filósofos como Lukàcs, tan influyente en la Europa de posguerra. Gracias, Francesc.
ResponderEliminarAbrazos
Hungría es un lugar de confluencias, un territorio por donde ha pasado un buen número de civilizaciones y esto siempre es fructífero.
EliminarAbrazos, Marga