El recuerdo de la felicidad pasada es una fuente constante de amargura.
Hoy me siento feliz porque ya sé que a partir de mañana todo irá peor.
Vivir en la mediocridad nos produce satisfacción porque cualquier cambio es algo que nos mejora.
La insignificancia nos permite ver grandeza en la mezquindad ajena.
La escasez aviva el interés.
jaja ¡esto sí que es ironía! o en todo caso un excelente autoconsuelo por más triste que resulte...porque si vemos grandeza en la mezquindad somos igual de mezquinos y si la mediocridad nos produce satisfacción somos además de mezquinos, papanatas ; )
ResponderEliminarA mi este medio vaso tuyo me sabe amargo.
Un besito insignificante, pero con cariño genuino ; )
Ay María, ya sabes que practico la ironía de la forma más irónica que puedo.
EliminarAbrazos
Magnífiques sentències; a cadascuna, millor. Tot i que la penúltima està mal redactada. O falta l'article "la", o substituir la preposició "de" per "en". En qualsevol cas, excel·lents. Una salutació Francesc.
ResponderEliminarSí, Noxeus, ja me'n he adonat. Corregit.
EliminarSon cinco maneras de ver la vida. Hay otras, por supuesto, y quizá más convenientes a cierta edad, pues las cosas nos las hemos de tomar con mucha ironía.
ResponderEliminarUn abrazo
Amic Miquel, creo que con la edad se hace uno más irónico.
EliminarAbrazos
Muy ciertos todos ellos. Al último yo le añadiría; "y la conquista aviva la apatía"
ResponderEliminarTerly, coincido contigo. Añadámoslo: La escasez aviva el interés y conquista la apatía.
EliminarSalud
Hombre, pienso que las felicidades pasadas -o siquiera buenos ratos- no gtienen por qué haber devenido en amargura alguna. Fue como fue y hoy es como sea.
ResponderEliminar¿Hoy mejor que ayer? Por supuesto, en abundantes saentidos, sobre todo para los vivientes, los muertos ya no opinan. ¿El mañana? Tal vez una entelequia,
En la medida de lo posioble hay que mejorar la mediocridad, superarla en algún punto, porque si permanece en su estado el hundimiento va a mayores.
¿Qué decir sobre la insignificancia propia sino que no nos deje caer en la tentación de otras mezquindades?
No Fackel, las felicidades pasadas son una amargura porque quedaron allí, y ahora aquellas felicidades ya no están.
EliminarEl mañana se acerca cada vez más al eje horizontal.
La mediocridad tiene entre sus ingredientes la insignificancia, el hundimiento, la mezquindad, etc., cada uno de nosotros tiene su íntima responsabilidad de dar lustre a su mediocridad y salir de ella como pueda, pero esto es una cuestión que requiere un gran esfuerzo y además no nos lo ponen fácil.
Salud