miércoles, 19 de octubre de 2022

Noticia de Fausto

   

Fausto. Acuarela de Miquel Barceló


Existen precedentes de Fausto en la antigüedad, no en balde, Fausto es la personificación de un individuo que pacta con el Diablo ofreciendo su alma para obtener poder, riqueza, amor, placer o conocimiento y esta pulsión atávica recorre toda la historia del hombre. Es un intercambio que va desde el mundo real a un mundo imaginado. Un trueque de placeres temporales por sufrimientos eternos.


Hay noticia de Fausto en Mesopotamia y también hay noticia de pactos entre los dioses y los humanos en las mitologías antiguas.


Fausto es un arquetipo que transita por la civilización occidental desde la Edad Media hasta la actualidad. 


El Fausto, bebedor y juerguista de taberna, aparece en Europa de una manera concreta y documentada en 1506.


En 1536, en Würzburg, se preguntaban cuáles eran las profecías de Fausto sobre la trifulca entre Carlos V y Francisco I de Francia.


En cuanto a las dotes adivinatorias, Fausto y Mefistófeles solían meterse en un mismo saco.


Mefistófeles: yo soy el espíritu que todo lo niega


Una de las más célebres adaptaciones del mito se la debemos a Christopher Marlowe (1564-1593)


En las artes plásticas también aparece el doctor Fausto. En 1652, Rembrandt realizó un grabado donde podemos ver al personaje vestido con una túnica, se encuentra en una estancia oscura y es sorprendido por una especie de bola de luz que aparece frente a su ventana. El aire es hermético y la luz inquietante.


En Tubinga, ciudad de Hölderlin, Johann Wolfgang von Goethe publica la primera parte de Fausto en 1808. Fue el año en que la Grande Armée, encabezada por Napoleón, invade España.


La primera parte del drama en verso de Goethe se tituló Fausto. Una tragedia

En 1831 se publica póstumamente Fausto. Segunda parte de la tragedia.


¡Ah, mi preferida! Créeme, lo que se toma por inteligencia suele ser vanidad y tontería


El Fausto de Goethe se enmarca en el movimiento Strum und Drang, un paso franco, una bifurcación del clasicismo y del romanticismo. Nuestra cultura es una lucha entre conocimiento y emoción, sin vencedores ni vencidos.


Goethe, pensó que debería componerse una ópera de estilo mozartiano con su Fausto. Segunda parte de la tragedia.


En 1932 José Ortega y Gasset escribió Pidiendo un Goethe desde dentro, donde nos presenta criaturas como Fausto que van por el mundo buscando su destino íntimo o... huyendo de él.


En la década de los años 40 del siglo XX. Thomas Mann publicó Doctor Fausto y Paul Valéry publica Mon Faust.


El personaje ha servido de inspiración de múltiples composiciones musicales. Tras la publicación del Fausto de Goethe, aparecen diversas obras musicales –operísticas e instrumentales– sobre la obra. Ahí están:


Robert Schumann          Escenas del Fausto

Franz Liszt                    Sinfonía Fausto

Hector Berlioz               Condenación de Fausto

Charles Gounoud           Faust (ópera)

Arigo Boito                   Mesfistófele (ópera)

Gustav Mahler               Sinfonía de los mil

Ferruccio Busoni           Doktor Faust (ópera)


 

6 comentarios:

  1. Fausto es el libro que me llevaría a una isla desierta. Mi pensamiento metafísico me hace creer en Mefistófeles, sino como ente en si, si como Fuerza del Mal.
    Mefistófeles anida en todos nosotros en forma de voz interior haciéndonos soñar con anillos de Giges y utopías irrealizables. No es de extrañar entonces, que los artistas quisieran hacer representaciones de los actos del humano evidenciados en la obra, donde la eterna insatisfacción de Fausto es la piedra de toque del rey de las Tinieblas, tan de toque que en muchas ocasiones se pregunta cómo es posible que ese ser perfecto creado por Dios, pueda ser a la vez tan banal, tan frágil y tan estúpido.
    Un abrazo

    PD: Me ha gustado muchísimo esta entrada.
    Salut

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    1. Amic Miquel, Fausto es un arquetipo, es la personificación de la pulsión humana que reclama un placer o una fortuna temporal a cambio de su dignidad. Pienso en el viaje a Citerea, cuántos de aquellos espíritus barrocos estaban dispuestos a vender su libertad a cambio de embarcarse en la nave que los iba a conducir a la isla del libertinaje.
      Siempre, a punto para dejarnos un trozo de dignidad, de libertad o de la propia piel para satisfacer un momento de placer o de poder efímero sobre las cosas más insignificantes.
      Mefistófeles nos revela todo esto. Nos recuerda lo que somos y nos muestra la dimensión de nuestros deseos.
      El Fausto de Goethe es también uno de mis libros preferidos.
      Un fuerte abrazo

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  2. Hay personas que anhelan lo que carecen o que anhelamos, no se, ahí interviene Mefistofeles.
    Mefistofeles no da lo que le pedimos y pide su pago, es justo. Sólo queda que nosotros valoremos lo que realmente deseamos, si realmente lo queremos y sobre todo, si nos hace falta, si ese intercambio nos va a hacer mejores o nos va a satisfacer. Nuestra sociedad sobrealimentada de todo nos hace inventar "nuevas necesidades" y los Mefistofeles de guardia, hacen su agosto. Nos vendemos barato.
    A Miquel le debo conocer la obra, y a Miquel le debo una frase: "A falta de ideas, inventa palabras". Ahora no hace falta inventar palabras, dices algo en ingles y ya te pagan más por ello, "semos asin".
    Un saludo.

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    1. Amigo Daniel, las cosas, todas, tangibles o imaginadas, tienen un precio, determinar este precio depende de cada uno de nosotros, y cada uno sabrá si está dispuesto al trueque. Mefistófeles, disfrazado de mil y una maneras, está al acecho. Cada uno sabe cuánto vale su dignidad.
      Saludos.

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  3. "...Siempre, a punto para dejarnos un trozo de dignidad,...", mira si las cosas han cambiado, Francesc, que hay un cantante llamado Joaquín Sabina, el preferido por esta reina actual, que ha sacado un tema titulado "Quiero envejecer sin dignidad", y todo quisqui le ríe la gracia como si hubiera descubierto la penicilina.
    Ahora, lo anormal se ha vuelto cotidiano.
    Mefistófeles ha ganado la partida.
    Salut

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    1. Amic Miquel, supongo que cada uno debe saber cómo quiere envejecer: con más o menos dignidad o desear, incluso, llegar a viejo indignamente.
      Mefistófeles gana la partida porque está dentro de nosotros.
      Salud.

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