En la “Biennal de Pensament” Barcelona 2022, que se celebra estos días, se proponen una serie de actividades y debates teóricos sobre el poder de la responsabilidad, la crisis global y la crisis energética, la irrelevancia de la verdad, la incertidumbre del futuro, la construcción de la ciudad, las identidades, la crisis de los sistemas políticos, el colapso e inquietud ante el cambio climático, etc.
Después de asistir a uno de estos debates, de camino a casa, pienso en la eficacia de la razón y en la utilidad del pensamiento teórico y pienso en la soberbia del ser humano que a menudo olvida que forma parte del caos del universo.
Hay individuos que están convencidos de que la naturaleza es sabia y lo hacen después de ver la mala baba que gasta esta mala madre que es la naturaleza: huracanes, erupciones volcánicas, terremotos, pandemias…
La naturaleza no tiene ninguna finalidad, es tan cruel como amoral. Forma parte del caos del universo y nosotros, que formamos parte del mismo caos, tratamos de otorgar trascendencia a sentimientos que casi siempre son vulgares reacciones químicas.
No está mal, entre las reflexiones teóricas, la trascendencia y las ganas de cenar voy esperando que mañana amanezca sin que la naturaleza nos juegue una mala pasada.
La mala pasada se la estamos jugando nosotros, los humanos; esto se irá todo a hacer puñetas, si no se ha ido ya, porque lo evidente, o sea, la sequía, los huracanes, los diluvios, las trombas y los vendavales son causados por la mano del hombre a causa del calor que hemos generado en estos últimos tiempos.
ResponderEliminarUn abrazo
salut
Amic Miquel, yo creo que los humanos somos responsables en parte del cambio climático, nuestra civilización agrede a la naturaleza como nunca lo habia hecho. Tenemos que recordar, sin embargo, que los ciclos naturales han cambiado a lo largo de las eras geológicas, y siempre ha habido catástrofes naturales. Pensar que sólo el hombre es el responsable de los cambios es de un engreimiento irracional.
EliminarYo no veo mala baba en la madre naturaleza, sigue sus ritmos como nosotros los nuestros. Interfiramos o no en ella (que no somos unos santos precisamente) todo lo que somos y lo que hacemos nos lo proporciona amablemente pues es el supermercado básico del que tomamos lo que necesitamos. Si se revuelve, no nos queda otra que aceptarlo.
ResponderEliminarBuena jornada Francesc, un abrazo!!
Querida Ana, yo creo que la naturaleza es un monstruo capaz de destrozarlo todo. Nosotros, como tú dices, no somos unos santitos. Coincido.
EliminarSi en una de estas embestidas o catastrofes, la naturaleza nos pilla, no nos quedará tiempo para aceptar nada.
Un abrazo.
Pecamos de organizar todo según nuestros intereses. Y ni siquiera de los intereses de la especie: de cada individuo. A veces hay que dudar de nuestra capacidad de raciocinio.
ResponderEliminarAmigo Pedro. A la hora de organizar demostramos cuan egoistas somos.
EliminarNormalmente dudo de nuestra capacidad de raciocinio.
Saludos
La Naturaleza es cruel, bueno, tampoco es el término adecuado porque crueldad es un atributo humano. LA Naturaleza lleva sus tiempos, sus formas y sus equilibrios y estos no siempre van de acuerdo con nosotros. Las personas somos un conjunto de "células electrificadas o quimificadas" que está montadas en una bola que se va enfriando y que gira alrededor de una estrella a una velocidad de 108.000 kms/hora. La Naturaleza "va a su bola", en este caso, nunca mejor dicho y somos los "artistas invitados".
ResponderEliminarUn saludo.
En efecto, Daniel, la Naturaleza "va a su bola" y cuidadín que, en su rodar, no nos aplaste.
EliminarSalud
Estamos hecho de la mala baba de la naturaleza exterior y de la mala baba, a veces pésima, de nuestra naturaleza interior. Basta mirar los males que acechan a cada cual, como un reflejo de aquellas situaciones caóticas que no entienden e ninguna especie animal y van a por todas, motivadas por sus impulsos y su razón de ser. Propongo una reflexión sobre la razón de ser de la Naturaleza física, total.
ResponderEliminarAmigo Fackel, la mala baba es invasiva, está en la naturaleza y en la condición humana. Así lo ha expresado el arte, no en balde es expresión del descontento y la soledad. No hay poesía en el Paraíso, allí entre ángeles y arcángeles todo es plácido, sin atisbo de mala baba, no hay indignación ni estímulo crítico.
ResponderEliminarLa Naturaleza no tiene ninguna finalidad, existe y ya está, se menea, explota, revienta, sin que medie ninguna razón humana que pueda detener el acecho criminal, (quería decir natural).
Salud
Ergo...la naturaleza humana no tiene finalidad alguna (que no final) Simplemente se trata de alimentarla, eso que llamamos vivir.
ResponderEliminarAmigo Fackel nos alimentamos a la recíproca.
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