miércoles, 29 de junio de 2022

El claustro del Parc del Valira

 

 


Luis Racionero, (1940-2020), economista, escritor, profesor de estética y de microeconomía, político, director de la Biblioteca Nacional y muchas más cosas, ideó para su pueblo, La Seu d’Urgell, la construcción de un claustro románico-laico con arcos de medio punto y capiteles con figuras de personajes famosos del siglo XX, -actores, científicos, religiosos y futbolistas y también políticos y dictadores como Franco, Mussolini, Hitler y Stalin.

 

El claustro se construyó en el Parc del Valira en La Seu d’Urgell (Lleida) y fue inaugurado en 1990.

 

 

Los arcos y columnas emulan la estética de un claustro románico. Las representaciones medievales de demonios, angelitos, bestias, dragones y fieras corrupias, ahora son, en el Parc del Valira, los rostros petrificados de Marilyn, Churchill, Einstein, Cambó… 

 

Los capiteles fueron tallados por Manuel Cusachs que los dejó sin labrar, a la espera de que fuera el tiempo quien los puliera.


Estos personajes famosos han contemplado, desde sus capiteles, todo tipo de actos incívicos.

 

El claustro ha servido para la celebración de botellones donde los jóvenes borrachos caen al suelo, las paredes aparecen pintarrajeadas de grafitis y todo se ha llenado de porquería.


Debido al estado de suciedad, en 2016, el ayuntamiento de La Seu d’Urgell tomó la decisión de cerrar el claustro y proceder a su limpieza. 

 

El claustro se reabrió en 2019 y se estableció un sistema de vigilancia y un horario de visitas.


No sé qué pensó Luis Racionero al ver que su claustro románico-laico tuvo que ser cerrado por la actitud incívica de sus vecinos de La Seu d’Urgell. Él que fue entendido en drogas y en estética taoísta, inventor de una mitología pirenaica medieval y experto en plagios, no debía entender la actitud de esos vándalos del botellón que no saben ni siquiera quienes fueron aquellos personajes petrificados en los capiteles.

 

Supongo que Racionero se contempló en el espejo y dijo: yo soy la armonía y todos estos gamberros son unos simples que no conocen “la sonrisa de la Gioconda” ni saben quién fue Cercamon.

14 comentarios:

  1. Es curioso, que a algunos un claustro nos inspire serenidad y quietud, y que otros se dediquen a beber en el hasta perder el sentido.

    Hay que vigilar estos monumentos, no puede ser que una minoría de descerebrados nos estropeen tanta belleza.

    Un saludo.

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    1. Amigo Rodericus, supongo que muchos se divirtieron a su manera emborrachándose entre las columnas y poniéndolo todo perdido. El claustro estaba totalmente degradado, estuvo tres años cerrado al público. Hace algunos años que no voy a la Seu d'Urgell, creo que ahora está bastante controlado.
      Saludos

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    2. Prometo que no sabía nada del claustro, se de Racionero, del que tengo un libro de poemas, pero nada del claustro. Es triste que un lugar público, claustro o no, sirva para el envelecimiento del lugar. No hay nada más irrespetuoso que la basura amontonada. Irrespetuoso para con el lugar, la sociedad y la ciudad.
      Lo tendré en cuenta para cuando vaya a La Seu.
      Salut

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    3. Miquel, este claustro está en un parque público, cuando lo vi la primera vez, me pareció una pieza caída del cielo, sin ninguna relación con el entorno. A mí, también Racionero me parece un intelectual caído del cielo, sin ninguna relación con el entorno.
      Salud

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    4. He mirado en Google Maps. Interesante, de verdad, es un lugar que tendré pendiente si paso por allí, me ha gustado. De Racionero, tal como comentamos, comparto lo de verso suelto. Una persona peculiar que no sabría donde encajarla, pero que se me da, nos llevaríamos muchas sorpresas.
      Un abrazo

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    5. Amic Miquel, recuerdo a Racionero cuando para explicar lo que era la "armonía", con un gesto endiosado señaló sus pantalones de color azul eléctrico y dijo: la armonía es esto.
      Es interesante el claustro del Parc de Valira, es una cosa artificialmente extemporánea.
      Saludos

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  2. “La civilización es una corteza delgada y precaria. Comienzo a percibir que nuestra generación (…), la tuya y la mía, debió mucho a la religión y costumbres de nuestros padres. Los jóvenes que son educados sin ella nunca le sacarán tanto provecho a la vida. Son triviales, como perros en su lujuria”. (Lord Robert Skidelsky Keynes en Carta a Virginia Woolf, 1934).
    parece que nada cambia, no debiese sorprendernos.
    Sdos.

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    1. Estoy convencido de que nada cambia, en esto coincido con Lampedusa.
      Saludos

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  3. Estoy con Miquel: desconocía completamente la existencia de este lugar ideado por Racionero. No frecuento la Seo de Urgel y este claustro no me motivará lo suficiente como para ir por allí. Sé de él que estuvo casado con la doctora Ochoa, quien luego apuntó mejor y sigue con Foster. Lo tuve como profesor (a Racionero, no a Foster), precisamente en un año en el que, por permanecer cerrada la ETSAB casi todo el curso, las clases se daban en una sala del Colegio Mayor Montserrat, ahora "Peñafort-Montserrat". La verdad es que me parecía un poco fantasma, que además siempre llegaba muy tarde. Pero otros compañeros le tenían auténtica devoción y se quedaban al acabar la clase a hacerle preguntas. A uno de ellos, amigo mío, lo invitó a una especie de ceremonia-cena en su casa. Me contó que no había ninguna silla, que todo el mundo estaba sentado o tumbado en las alfombras repartidas por el piso y más cosas que no detallaré. Todo ello muy oriental. No hizo examen ni planteó trabajos y aprobé. No he leído nunca ningún libro suyo, durante el curso no nos lo exigió. Tampoco su famoso "Atenas de Pericles", el del presunto plagio, bastante posterior.

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    1. Amigo GranUribe, he estado dos veces en el Parc del Valira, no me gustó, me pareció que era una obra prescindible, un gasto innecesario. Aquello era totalmente artificial sin otro sentido que satisfacer a Racionero.
      Asistí a algunas clases de Racionero como espectador, pero no lo tuve de profesor, explicaba estética taoísta. Me pareció un tipo envanecido que se escuchaba a sí mismo sin importarle nada que no fuera su persona. He leído algunos de sus libros y sólo me gustó un poco “El Mediterráneo y los bárbaros del norte”, los otros nada de nada.
      Saludos

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  4. Ignoraba la historia de ese claustro, vamos su existencia misma.

    ¿Y si la gamberrada primigenia fuera la del propio Racionero imaginando un claustro con esos personajes y esa estética de capiteles? ¿Y si el vandalismo estuviera en el origen de la idea, con la aportación de feísmo a una gracieja del autor y sus acólitos? ¿Y si de original no tiene más que la incorporación de personajes que también se tiraban pedos y hacían cosas peores? ¿Y si levantaran los artífices del pasado la cabeza, que también tuvieron sus trucos pero al menos añadieron estética y belleza? ¿Quién pagó y quién se llevó la comisión? Etcétera.


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    1. Amigo Fackel, no sé si calificarlo de gamberrada primigenia, creo que se trata de la petrificación del envanecimiento del autor y de las ganas de espectáculo y promoción de La Seu d’Urgell, de las que suelen hacer gala siempre los responsables políticos, tan aficionados al autobombo y al despilfarro público.
      De Racionero me lo puedo esperar todo, sobre todo su ansia de aparecer por todas partes.
      Su literatura, especialmente sus novelas, la encuentro tan prescindible como el claustro románico-laico de La Seu d’Urgell.
      Creo que el proyecto y la obra del claustro los pagó el Institut Català del Sòl (Instituto catalán del suelo), de las comisiones no sé nada.
      Salud.

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  5. Impresionantes capiteles. ¡Si esas cabezas hablaran! Muy interesante todo lo que relatas (y lamentable lo del incivismo). Un abrazo

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    1. Querida Myriam, el claustro del Parc del Valira es una obra extemporánea, está allí como caída del cielo.
      Conociendo a Luis Racionero, cuando vi el claustro me pareció que era un simple capricho de intelectual consentido.
      Los capiteles son expresivos, están esperando que el tiempo les otorgue el carácter que se merecen, pero se encuentran con unos vándalos que se dedican a ensuciarlo todo.
      Abrazos.

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