La naturaleza es plácida y el clima es benigno, sin grandes fríos ni demasiados calores, aunque a veces sopla la tramontana y algunos se jactan de que este viento les enloquece y se ponen contentos e inventan el surrealismo.
Las lluvias escasean, pero a veces se hacen notar produciendo inundaciones que decimos saber controlar pero que no controlamos. El paisaje natural es apacible y en medio esta serenidad encontramos ciudades trazadas según un orden geométrico preciso. En estas tierras y en estas ciudades encontramos:
--Empresarios que dicen que su objetivo es el altruismo.
--Clubes deportivos que dicen ser más que un club.
--Vírgenes negritas veneradas por fanáticos integristas.
--Señoras y señores pulcros que ven una televisión que les convence de que son más que los demás.
--Soñadores que pretender hacer de sus sueños un programa de gobierno.
--Hombres y mujeres que sueñan poco y se acomodan a los sueños ajenos.
--Artistas que dicen encontrar una realidad más allá de la realidad, artistas vanidosos y bobalicones aduladores.
--Químicos que hacen de filólogos y son capaces de crear
una gramática alambicada.
--Arquitectos venerados empeñados en revestir superficies curvas con baldosas planas, aunque tengan que trocearlas.
--Maestrillos y maestrillas que confunden las aulas con ludotecas.
Aquí hay más pillería que inteligencia, más ruido que música, más frivolidad que trabajo bien hecho, más acomodo que esfuerzo. Aquí se confunde la tolerancia con el papanatismo.
Además de los comportamientos peculiares de este país desquiciado, convivimos con las conductas comunes que se dan en otros pueblos.
Aquí, en esta tierra tan amable, no somos ni mejores ni exclusivos, somos como todos los demás y nos en este terruño encontramos:
--Individuos que dicen dedicarse a la meditación y no hacen otra cosa que parecer que meditan.
--Charlatanes que dan rodeos para expresar ideas inútiles y en la inutilidad se pierden. Otros que hablan de lo que no saben, otros que quieren convencernos de que su palabra es mejor que el silencio.
--Intelectuales entusiasmados con la magia y el esoterismo.
--Corruptos, arribistas y expertos en mandanga financiera.
--Políticos que engañan y votantes que se los creen y después se tienen que desengañar.
Caramba, esto si que es una fauna "tal com cal".
ResponderEliminarDe todas formas, convendrás conmigo que, cumplir, cumplen con los parámetros de la máxima:
"Si has de hacer el mal, al menos hazlo bien"
Y en eso somos insuperables ¡
Salut
Insuperables en majadería, en engreimiento, en vanidad, en desfachatez, en el arte de confundir, en complicar la vida a los demás...
EliminarAbrazos
Retrato catalán a la carta, podría titularse. Con un titular paralelo: Retrato español servido.
ResponderEliminarPor cierto, el otro día vi al ex honorable en un despacho o sala o lo que fuera y una virgencita negra colgando de la pared. No era una iglesia parroquial, debía ser del palacio donde pasó sus días de vino y rosas, acaso otra parroquia.
Solo son algunos aspectos, algunos son propios de esta aldea ufana y otros son generales de esta piel de toro.
EliminarPaís aficionado a las imágenes, los honorables se pirran por ellas.
Saludos
Has descrito toda la fauna del país y es una pena, te veo con la moral por los suelos. ¡Ánimo!
ResponderEliminarAmiga, no creas, la moral la tengo bien, algunos recursos me mantienen con un buen estado moral.
EliminarLo que está por los suelos es el país.
Gracias Viky
Ingenuos que les apoyan, les votan, les hacen el trabajo sucio de pelarse en las calles con otros ciudadanos en nombre de un trapo con colorines, mientras los que los dirigen se benefician ampliamente de contar con súbditos y borregos.
ResponderEliminarUn saludo, Francesc.
En efecto, así es, amigo Cayetano.
EliminarUna plaga de ingenuos adoctrinados.
Salud