Son
tiempos líquidos, el mar está embravecido. Es peligroso asomarse al borde del acantilado para contemplar las olas y peligroso navegar sobre turbulencias. Aun
así, algunos persistimos en emprender la travesía y cruzar el estrecho fatídico
que separa Escila de Caribdis.
Pensamos
en la metáfora de Kant que afirmaba que la razón es una isla rodeada por un mar
de tinieblas. Las tinieblas son las supersticiones, el arrebato irracional y la
oscuridad caótica. Hoy se hace necesario constatar la dureza de las rocas del
acantilado de esta isla perdida y comprobar la capacidad de aguante de los
estratos rocosos para ver si podemos cimentar sobre ellos el edificio de la
razón, que es la obra más completa y bella que ha edificado el ser humano.
Las
acometidas del mar son terribles, basta contemplar el panorama literario y
artístico actual y el conocimiento todo. Las aguas se precipitan como un
tsunami y la sinrazón inunda la isla. En el campo inundado, la penuria y la
exigüidad creativa producen escalofríos. Las rocas se disgregan.
Yo creo que
nos esperan setecientos años de miseria creativa y de desolación social.
Podríamos decir que es el tiempo de la erosión.
En la geología de la razón
aparecen grietas y oquedades profundas que se van rellenando con la
arbitrariedad y los fanatismos.
Quedó
atrás el afán de ilustración, atrás las luces de aquel siglo iluminado, que
tampoco vamos a reivindicar, pero sí afirmar que vivimos en un tiempo de anti
ilustración con destellos que deslumbran al artista más pintado.
Sin
llorar por la razón perdida, observamos como el arte y la literatura actuales
se producen sin compromiso estético y, lo que es peor, sin ejercitar una
crítica inteligente que nos permita zafarnos de la sinrazón.
Los
periodos de la historia del arte en los que predomina la razón duran poco
tiempo. El hombre se cansa enseguida, se duerme y no despierta hasta que llega
una luz viva o el estridente chirriar de la guillotina.
Además del mar embravecido, los escollos y la niebla, Polifemo aguarda en su isla para devorarnos.
ResponderEliminarUn saludo.
Amigo Cayetano, tendremos que pasar de puntillas, sin hacer ruido, perfectamente camuflados para que Polifemo no nos vea.
EliminarSalud
No se, la razón, el escrutinio racional de la situación que vivimos en España es muy laborioso, requiere trabajo e información y sobre todo escuchar al diferente. Ese estrecho entre los dos monstruos Escila y Caribdis es terreno para gente laboriosa, tenaz, con fe en si misma y sin miedo a escuchar al adversario porque su fortaleza se lo permite. Vivimos, en mi modo de ver las cosas, tiempos de cobardes y vagos, cobardes porque ni siquiera se atreven a oír cosas diferentes y vagos porque con solo clasificar al que habla ya tienen todo el "trabajo" hecho y se vive muy a gusto escondido en la trinchera mental. Escuchar es valentia, informarse requiere esfuerzo y ¿para qué vamos a escribir más allá del eslogan?, no sea que nos hagan pensar y razonar, ¿"pa" que?.
ResponderEliminarUn saludo.
Amigo Daniel, la razón requiere esfuerzo, mantener un comportamiento racional es difícil, es un trabajo continuo de ejercicio crítico. La vagancia, la cobardía, el pasar por aquí sin pegar golpe es lo fácil y más fácil aún si te lo pagan todo. Se tiende a la indigencia mental y los medios de comunicación y el sistema educativo lo fomentan.
EliminarLa educación en el esfuerzo y la voluntad de servicio brilla por su ausencia. Este corralillo patrio parece una ludoteca, ¡todos a jugar y que vayan pasando los días!
Saludos
Estamos a todas luces en un período oscuro.
ResponderEliminarComo en todos las edades y en todos los imperios, este se desmorona. Nosotros, al igual que los garbanzos al estar dentro del puchero, no nos damos cuenta de que somos pasto efímero prestos a ser devorados par Pantagruel.
Podemos decir sin temor a equivocarnos, que nuestra era está finiquitada.
Un abrazo
Sí, Miquel, sí. Las formas de vida en las que nos educaron ya han pasado a la historia. Ahora se trastocan los conceptos, cambian las formas de consumo, las relaciones sociales, la moral y el comportamiento político. El arte y la razón han entrado en un periodo de pobreza creativa.
EliminarTendemos a una sociedad ciber-punk donde tendremos que adaptarnos a la desconfianza, a la mala calidad de los alimentos, a la inseguridad, a la caída de la sociedad del bienestar...
Finiquitado, como tú dices.
Un fuerte abrazo.
Lamentablemente nos dejamos conducir más por los sentimientos que por la razón. Y así nos va...
ResponderEliminarAsí es, Luis Antonio, ya sabes que el año pasado celebramos unas jornadas sobre la Literatura de la razón y hablábamos de todo esto. Lamentablemente la razón está desapareciendo de nuestro comportamiento social colectivo.
EliminarSintiéndome cercano a tu análisis en el sentido de considerar este tiempo como especialmente oscuro, quiero centrarme en el siglo XVIII, el siglo de la razón, que erigió a esta como paradigma absoluto por encima de cualquier otra consideración. Y ello llevó a considerar a unos países civilizados, aquellos de las luces de la razón, y a otros como atrasados, atávicos, reaccionarios, retrógrados y así la razón se erigió como medida del mundo, de las culturas y civilizaciones. Se puede decir que esta visión arrogante de la razón acompañó al colonialismo y al desdén absoluto sobre cualquier tipo de sociedad que no coincidiera con Francia, Alemania e Inglaterra. Y ya no digo de las culturas africanas que fueron aplastadas y sus protagonistas encadenados y llevados a tierras lejanas. Esta prepotencia de la razón dio alas a un sentimiento de superioridad que no dejó de afligir a muchos seres humanos que no gozaban de tan excelso paraguas racional. Un cordial saludo.
ResponderEliminarSí, amigo Joselu, en nombre de la razón se han cometido bastantes atrocidades.
EliminarLa deriva del siglo de las luces hacia las guerras napoleónicas fue una de estas, como también la utilización de un racionalismo cruel llevo a una intolerancia y guerras en el siglo XX
Creo que la razón tiene sus peligros pero creo que son peores los peligros de la sinrazón.
Saludos