jueves, 8 de octubre de 2020

La procesión

Óleo sobre 18 placas de plomo. Anselm Kiefer


Las mejores procesiones son las que van por dentro.

 

Cuando alguien que pasa una penuria afectiva o económica, o se siente agredido por una injusticia, me dice, con actitud estoica, que la procesión va por dentro, inmediatamente me inspira una gran confianza. Me hace pensar que tengo ante mí a un individuo juicioso que no se deja avasallar por las pasiones incontinentes. Templanza, amigo mío, esto es lo que pienso.

 

Es mejor contener los desfiles procesionales. Si la procesión sale al exterior suele producir un desorden terrible.

 

Dicen algunos que la procesión interior les corroe y que si no la sacan al exterior revientan. Pero ocurre que si la exteriorizan vienen otros y revientan al afectado.

 

Manifestaciones, jaranas, batucadas, desfiles militares, procesiones religiosas…, unas con pancartas, otras con tambores, o con unos militares presididos por una cabra y otras que portan pasos con tallas de Cristos ensangrentados. Todas ellas son muestras de una irracionalidad que explota. En unas se cantan consignas en forma de pareado, en otras se grita algo que no se entiende y en otras se cantan saetas dolientes.

 

Las procesiones que salen al exterior suelen ser manifestaciones de algo irracional o de rabia incontenida.

 

La estética de la procesión exterior, sea del tipo que sea, siempre es la misma: unos individuos con disfraces caminan o bailan tras otros. Delante suele desfilar el más alto, el que porta un estandarte con bordados barrocos y junto a él van los que hacen el paripé, circunspectos ellos, y luego todos los demás. La enajenación de los que procesionan se expresa en sus rostros, a veces con un jolgorio pueril y a veces con un recogimiento que acaba en borrachera colectiva.


8 comentarios:

  1. No me gustan los actos multitudinarios. Generalmente se renuncia a la individualidad y al raciocinio en favor del sentir colectivo y entonces es cuando nos convertimos en rebaño.
    Un saludo, Francesc.

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    1. Amigo Cayetano, pues una procesión es un acto multitudinario, como un desfile militar. Es un conjunto de cuerpos humanos, uno tras de otro como un rebaño, una acumulación de carne humana. A veces el rebaño grita o enarbola estandartes o banderines, renuncia a su individualidad y se convierte en una masa que se comporta como el peor de sus miembros.
      Salud

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  2. No acabo de entender por qué las procesiones tienen connotaciones negativas...No dejan de ser un espectáculo que se puede contemplar o no...

    Saludos

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    1. Supongo que tienen esa connotación negativa porque se asocian a desfiles militares, a manifestaciones o algaradas, a grupos de Hare Kishna que recorren las calles tocando unas campanillas, a tumultos ruidosos, a pasos con tallas de imágenes ensangrentadas, a individuos vestidos de negro y tocados con un capirote, a acumulación de carne humana; todo esto lejos de coreografías armonizadas y espectaculares.
      Saludos

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  3. Ummm "la masa"...Es peligrosa la masa, y yo se que también se me utiliza para esos menesteres, pero huyo, que es la única alternativa que me queda.
    Ya te comenté que estoy ojeando a Gustave Le Bon y ya en 1895 nos diferenciaba el tipo de masas :Heterogéneas -no anónimas y anónimas- y Homogéneas: Sectas, castas, clases, y así en divisiones y subdivisiones, pero masa al fin y al cabo.

    Hay que huir del rebaño, aunque se, insisto, que que existen aristócratas de la política que me consideran masa por el mero hecho de no participar en el gremio de diputados y senadores que cobran del erario y viajan en A8 con chofer, les ponen moqueta y cobran como si les hubiera tocado la BonoLoto .

    Salut

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    1. Miquel, me fio más de aquel que asiste estoicamente a su procesión interior, que aquel otro que exterioriza su "no sé qué" y monta una movida de masas.
      Saludos

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  4. En masa la irracionalidad se potencia y es manipulable y a la vez, peligrosa.

    Con respecto a lo que dices de la procesión que va por dentro, decirte como psicóloga, que sí, pero conviene -desde el punto de vista de la sanidad-procesarla, ya sea con ayuda experta externa o de otra manera por ejemplo sublinándola en el arte.

    Un abrazo

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    1. Querida Myriam, creo que habrá que hacer alguna intervención para que la procesión interior no acabe dañando las neuronas. No tengo ni idea de psicología. Esta propuesta tuya de sublimar la procesión en el arte es, en sí misma, una magnífica obra de arte psicológica. Recuerdo algunas opiniones de Freud al respecto.
      Abrazos

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