Es tangible e íntima a la vez, la
realidad nos envuelve, se puede pesar y medir,
afecta nuestros sentidos y nuestro pensamiento y si éste está sumido en
ensoñaciones o padece del mal del simbolismo, la realidad acude para poner las
cosas en su sitio.
El
principio de realidad limita el embobamiento, nos hacer ver que los sueños solo
viven en el silencio de la noche.
La
realidad supera la ficción, siempre lo comprobamos después de leer y observar.
Cuando
el principio de realidad se hace patente deja a muchos llorando por los
rincones, son aquellos que se encandilaron pensando en la frondosidad de una
Arcadia ubérrima. Esperaban recoger las frutas jugosas del huerto de la Utopía
y la realidad les demuestra que ni huertos, ni frutas y ni mucho menos las
arcadias que alguien les prometió.
El
milagro más extraordinario y excepcional de nuestra vida no es otra cosa que la
manifestación explosiva de la realidad desprovista de hojarasca estéril y
conservadora.
¡Qué
nuestros maestros enseñen a los jóvenes el valor de la realidad y que les digan
que sólo ella confirma la concepción del mundo!
Para aceptar la realidad debemos estar preparados. No se suele aceptar lo que no agrada, y no nos preparan para la capacidad de sacrificio.
ResponderEliminarHoy, precisamente hoy, ya no se habla de realidad, sino de virtualidad. Un mundo virtual donde se conoce a la gente virtualmente, se trabaja virtualmente y se viaja del mismo modo.
La realidad cada vez escapa más de nuestras manos, puede ser porque a nuestros gobernantes les interesa más así, nos han acostumbrado a tantas promesas que ya no cuentas las realidades.
Un abrazo
Sí, Miquel, como tú dices la aceptación de la realidad requiere una preparación y por lo que estoy viendo, en la escuela se elude la formación en este sentido, más bien al contrario, se fomenta el juego y la frivolidad, a los jóvenes se les presenta un mundo irreal, plagado de fantasías, fábulas, quimeras, alucinaciones y a veces, muchas veces, con algunos toques esotéricos. En este panorama quedan proscritos el esfuerzo y la capacidad de sacrificio que tú has mencionado.
EliminarLo de la virtualidad es una herramienta cuya trascendencia es puramente intrumental. Uno puede ser virtualmente consciente de lo que ocurre o vivir una existencia virtual sin saber lo que pasa en el mundo, lo negativo es el encandilamiento, la ensoñación, la sinrazón y finalmente el trancazo que uno se pega cuando choca con el principio de realidad.
A los que mandan ya les interesa que estemos sumidos en un sueño, todos embobados.
Abrazos.
Cuando la realidad no gusta son muchos los que se refugian en mundos ficticios, arcadias felices y jaujas virtuales. Como entretenimiento no está mal. Lo malo es cuando pretende ser una alternativa a la propia vida. Luego vienen las frustraciones.
ResponderEliminarUn saludo, Francesc.
Amigo Cayetano, este es el truco del avestruz, esconder la cabeza debajo del ala. Ahora el ala es la ludoteca global, el juego y el entretenimiento y todos, empezando por lo gobernantes, a eludir las responsabilidades.
Eliminar¿Qué pasa cuando chocamos con la realidad? ¿Sirve para algo todo aquel juego de las aulas?
Saludos
La realidad es lo que queda cuando nos arrebatamos los sueños.
ResponderEliminarMalditos sueños que no hacen más que enmascarar la realidad.
EliminarSalud
Que pelar una cebolla nos haga llorar no quiere decir que las cebollas no vuelvan sentimentales ni que cada vez que hacemos un sofrito asistamos a un melodrama.
ResponderEliminarCreo que el equilibrio es saber que entre la realidad y la ficción hay un espacio para que cada uno de nosotros lo decore a su gusto.
Me encantan tus reflexiones tan lúcidas, Francesc.
Un saludo,
Amiga Tesa, te aseguro que hay algunos sofritos que me han hecho llorar de satisfacción.
EliminarMis reflexiones son tan simples que solo se basan en la realidad, nunca he podido reflexionar sobre lo simbólico, lo misterioso ni nada de todo esto.
Saludos