Sacchi (1959) Alberto Burri
Ahora,
que las nubes velan la luz del sol
ya
no habrá que esperar a que llegue la tarde.
No
me deslumbran los rayos de sudor encendido
y
la oscuridad de la noche no ha esparcido,
aún,
las bandadas de mosquitos hambrientos.
La
claridad plácida peina las ventanas.
El
tiempo es lento en la estancia de arriba
y
las cortinas han perdido su color.
La
luz se detiene en la distancia corta
y
al fondo, tiembla sobre la valla del jardín.
Los
enfoscados de los muros se estropean.
El
tiempo hace estragos y extiende un frío
protector del miedo y del espanto.
Juntos
construimos la cordura que trae malas noticias
y
dibuja mapas de improbables países,
que
reconocemos desde siempre.
Son
aldeas perdidas y sospechosas.
Desvío
la mirada y contemplo: el océano de Florencia,
el
prohibido túmulo de Polinices,
o
el peligroso mar de Escila y Caribdis.
No
he tenido que esperar al décimo tercer mes
bajo
la sombra del baobab, sólo me falta la luz
amortiguada,
que, maligna, aclara
el
ojo cegado, y que despierta insomnios
para
ver más claro bajo las farolas de luna.
No
hay espejismos, ni aquí ni en el horizonte,
sólo
la bestia que sube del abismo.
Es
la misma de siempre, la desgarbada,
la
que tiene los ojos ensangrentados y los pies de azufre,
la
que pide venganza en nombre de dios.
Ya
lo ves, detrás de los cristales y cortinajes,
al
octavo día de la semana, con sol
de
plata escabrosa, no aparece nada nuevo,
nada
que no fuera el enemigo conocido
que
te conoce los pasos por los caminos de la mar.
F.C.
Nada nuevo bajo el sol.
ResponderEliminarDesde que lo leí por primera vez, cuando tuve tu libro, siempre me pareció enigmático.
Un abrazo
Miquel, ahora he puesto la traducción de aquel poema cuyo original en catalán estaba en el libro "Odis, vanjaces i altres traçats geomètrics"
EliminarEl enigma está en la bestia desgarbada que sube del abismo, ya puedes descifrarlo. Esa bestia que nos roba todo, hasta el café, como dice aquel cantante italiano.
Salud
Bellísimo!!!
ResponderEliminarSaludo.
Muchas gracias Andri, tú siempre tan gentil. Espero que estés bien, lejos de este maldito virus que lo invade todo.
EliminarAbrazos
La bestia abominable que viene del abismo toma en cada época una cara distinta y un nombre diferente. Se adapta a cada momento.
ResponderEliminarUn saludo.
La adaptación es signo de inteligencia. Seguro que se trata de una bestia muy inteligente.
EliminarAbrazos
En el octavo día de la semana, aunque el sol no nos ciegue no descubrimos nada nuevo. En el fondo de las entrañas el mismo monstruo se regodea porque está allí como siempre.
ResponderEliminarSalud
Anna Babra
Salud
Anna Babra
Tiempos y espacios inexistentes: el octavo día de la semana, improbables países, el océano de Florencia, el prohibido túmulo de Polinices, el décimotercer mes...
EliminarSon territorios comunes que configuran el laberinto donde se esconde la bestia desgarbada.
Salud