domingo, 6 de abril de 2025

La lentitud de Vermeer

           La lechera



Mujer de azul leyendo una carta (1662-1664)

Johannes Vermeer van Delft  (¿1632? - 1675) nació en Delft donde la vida discurría tranquila y sosegada.

Hoy esta ciudad holandesa continúa con su tranquilidad y sosiego, probablemente sea la ciudad más tranquila de Holanda. Los canales de Delft discurren muy lentamente, parecen inmóviles.

                                Delft


Las casas de Delft están muy bien conservadas, al verlas se intuyen unos interiores confortables. Todo es lento en Delft, así lo vi yo. Con seguridad, esta atmósfera de lentitud ya viene de antiguo, viene de tiempo de Vermeer. Aquel ambiente influyó sin duda en la obra de Vermeer. Siempre el ambiente influye en la obra de los artistas.

Vermeer pintaba lentamente, su pincelada parece inmóvil como los canales de Delft, sus imágenes son de una amabilidad detenida que desafía los tiempos, desafía, sobre todo, el tiempo actual donde las malas maneras lo inundan todo como si fueran canales desbordados de aguas insolentes.

                 La muchacha de la perla (1660) 


La pintura de Vermeer permaneció en el olvido durante muchos años. Fue por fin, redescubierto, Théophile Thoré en 1842 se refirió a él como un genio y en 1930 André Gide escribió en el "Journal" que Johannes Vermeer van Delft se había puesto de moda, muy por encima de todos los demás pintores, decía que Vermeer era superior a Pieter de Hooch. A partir de las palabras de Gide, Vermeer salió de la oscuridad y del olvido, concitando la admiración que merecía.

             La encajera (1669)


No se sabe si Vermeer pintó mucho o poco. Además, poco sabemos de su biografía, lo cual a mí particularmente, me satisface, pues siempre he querido saber más de la obra que de la personalidad de los artistas.

        Mujer de pie tocando la espineta (1672)


Con la atmósfera de los interiores holandeses, que tanto gustaban a Joan Miró, Vermeer pintó lo intrascendente, la intimidad, lo doméstico, la vida sin adulación y sin patologías ni traumas. Pintó las formas calmadas, lentas y tranquilas sin hipérboles ni especulaciones retóricas.

Vermeer parecía pintar contra la corriente de su tiempo, era el polo opuesto al Barroco. En su obra no hallamos ni las mitologías ni los grandes dramas, ni héroes, ni cardenales, ni princesas que con su pañuelo de seda. No hallamos señales ni obsesiones religiosas de ningún tipo.

               El astrónomo


La lentitud de Vermeer es un modelo de propuesta para el milenio que se podría añadir a las Lezione americane de Italo Calvino.

           La copa de vino (1658-1660)

16 comentarios:

  1. Place esta pintura por la calma y quietud que transmite, como si detrás hubiera un orden intocable, producto seguramente de aquel tiempo de riqueza neerlandesa . Riqueza que permitía tener mecenas o buenos compradores de obras de arte. Me gusta este tipo de concepción de la pintura en que prima la luz y tras esta destellan colores contrastados. Gracias.

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    1. Amigo Fackel, Vemeer dejó la quietud fijada en el lienzo, su obra transmite calma y perfección. No se sabe cuanto pintó Vemeer, parece que su producción fue escasa.
      Salud.

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  2. No entra el tema religioso en su pintura ,por varias cuestiones.Los pocos cuadros que vendió, fueron a manos de burgueses de Países Bajos,que eran mayoritariamente calvinistas
    Su forma de pintar(cuadros pequeños),no interesaba a la Iglesia Católica, donde los elementos religiosos,Cruz,la Virgen,los Santos,necesita más superficie pictórica, para atraer a la Fé, de los feligreses.A veces las cosas son sencillas y tienen una explicación Pero para la historia de la pintura fue mejor así.
    Saludos

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    1. Amigo Car res, supongo que si no pintó temas religiosos es porque no se los encargaron. Esta es también una explicación sencilla.
      Salud

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  3. Recuerdo que Manolo Reguera me hablaba de él, de este interiorista, con fervor. Veintisiete, me dijo en una ocasión, que eran los cuadros había pintado, ni uno más, ni uno menos, y que todos eran de calidad suprema.
    Jamás sabré si eran ciertas sus afirmaciones, pues no sé la cantidad de óleos que plasmó, lo que sí se es que me trasmitió su devoción por su pintura.
    Un abrazo
    Salut

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    1. Amic Miquel, no sabía si fueron 27 los cuadros que pintó o si fueron sólo 27 los que se conocen. Todos de una gran calidad.
      Me han hablado en diversas ocasiones del señor Manolo Reguera, por lo que me cuentas, fue un profesor extraordinario.
      Salud.

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  4. A partir de Picasso se considera que un artista tiene la obligación de renovarse constantemente, ¡qué coñazo! Vermeer no lo hizo, ni Velázquez, ni tan siquiera Palladio. En efecto, Vermeer, ¡cómo demonios consigue esa paciente precisión al captar las texturas, los colores, la suave luz que entra por las cristaleras! ¡Fantástico! Y lo va repitiendo en casi todas sus obras, por suerte para nosotros. Lo suyo casi parecen naturalezas muertas con figura, que les da la vida. Muchos fotógrafos se han inspirado en esa luz, pero no le llegan ni a la solapa. Aunque, puestos a escoger y después de pensarlo mucho, me quedo con la Vista de Delft (1660). Ante él Van Gogh exclamó: «¡Increíble! ¡Es increíble!». Marcel Proust lo consideró «el cuadro más bello del mundo». Pues casi estoy con esos dos sujetos. Y con Fernando Savater, que lo describía así en Despierta y lee; Pórtico: La tierra natal (1998):

    «Las aguas de un canal que refleja el cielo nuboso, en parte plomizo; el perfil sin estridencias ni gigantismos de los edificios al fondo, casas, pináculos, embarcaciones; las pequeñas figuras en la orilla, nítidas y modosas, destacándose merced a una raramente plácida luz amarilla, como amarillo es también "el pequeño trozo de pared" que allí obsesionaba a Proust. Ni la más mínima concesión a la estridencia o al pintoresquismo. Todo se hace familiar a la primera ojeada, como si fuese el pedazo de mundo que vemos desde nuestra ventana día tras día, hace muchos años. Pero en su plena transparencia todo es enigmático.[...] Vermeer ha sabido pintar la tierra natal. No su tierra natal simplemente, sino la emoción de la tierra natal en sí misma, la suya, la mía, la de todos. El escenario de la infancia, el rincón insustituible en que se nos manifestó la vida».

    Me ha encantado tu entrada, algo que no es inhabitual, pero es que aquí me has dejado touchée. No le sobra nada, como a sus ¿27? cuadros. «Pintó las formas calmadas, lentas y tranquilas sin hipérboles ni especulaciones retóricas. Vermeer parecía pintar contra la corriente de su tiempo, era el polo opuesto al Barroco». Pues eso. Un abrazo.

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    1. Amigo Gran Uribe, es impresionante que Vermeer hubiese quedado olvidado durante tanto tiempo. Fue un pintor del barroco que no era nada barroco. Estuve una vez en Delft y quedé impresionado por aquellos canales quietos de color gris y unos edificios cuidadísimos, todo parecía detenido en una atmósfera de amabilidad, sin duda aquello confirió una quietud extraordinaria en la obra de Vermeer.
      Salud.

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  5. Es un pintor que siempre me ha gustado, y en particular su obra, La copa de vino. Coincido contigo en que es mejor no conocer la personalidad de los artistas; en algunos casos me ha condicionado en la forma de apreciar sus obras.
    Saludos

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    1. Amigo Fernando, Vermeer es un artista extraordinario, la luz, la tranquilidad y quietud de sus figuras impresionan.
      He conocido a algunos artistas y casi siempre he admirado más su obra que su personalidad, de hecho, me interesan más las obras que los artistas.
      Saludos.

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  6. El placer en los detalles, cada cuadrícula del piso, cada zócalo decorado, cada brillo sobre la superficie redondeada. Un genio, realmente. Siempre me pareció mágico. Un abrazo

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    1. Querida Mónica, todo en Vermeer es detalle, es precisión, es lentitud amable sin ruidos ni molestias. Impresionante.
      Un abrazo.

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  7. Qué casualidad FRANCESC, no había visto esta entrada tuya y ..tTú aquí hablando de este holandés y yo allí de una pintura enamorada de Holanda q vive a pocos kms de donde vivió Vermeer...incluso creo q Luta Cabellut ha versionado alguna obra suya ..Es cierto .. qué primorosidad ! Qué detalle y si te todo, qué serenidad desprende la obra de este hombre...Cómo bien dices tan alejado del barroco viviendo durante el...por eso en su época nadie reparó en él...tuvieron q pasar cientos de años para q se le valorará como merece, mil gracias, un beso y perdón por no llegar a tiempo!

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    1. María, qué coincidencia, Cabellut y Vermeer.
      Vermeer es impresionante, su serenidad es un bálsamo para todos los tiempos.
      Abrazos mil.

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  8. Francesc:
    me gusta tu explicación.
    La chica de la perla es una preciosidad.
    Salu2.

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    1. Amigo Dyhego, no es más que una pequeña reflexión sobre el arte de Vermeer, celebro que te haya gustado.
      Saludos

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