El arte bizantino iba quedando atrás, en los mosaicos de San Marco, en las teselas de Rávena y en las bocas pequeñitas de las vírgenes de los iconos.
Era el quattrocento y ahora, la nave del hombre nuevo cruzaba el estrecho fatídico, entre Escila y Caribdis debía sortear los escollos, proteger su arte y su razón. Para ello contaba con las leyes generales de la mecánica, conocía la historia de las petrificaciones y sedimentaciones que se extienden a lo largo del Arno, el Po y el Adigio y sabía tender puentes. Contemplaba la realidad y la representaba en perspectiva. Renacía y afirmaba:
il sole non si muove.
La realidad no tenía límites y su curiosidad tampoco los tenía y quería
amar aquellas piedras, aquellos árboles ralos y aquellas lechuzas que volaban desde
el Arno hasta el convento de los franciscanitos de Fiésole.
Nessuna cosa si puó amare ni
odiare, se prima non si a conoscenza de quella, decía Leonardo y lo criticaban algunos que aún contemplaban
las teselas bizantinas.
Cimabue, Giotto, della Francesca, Alberti sabían que el amor nace del gran
conocimiento del objeto estimado. Allí también estaban Pico
della Mirandola, Maquiavelo, Bruno y Galileo para confirmar que la naturaleza
es una “admirable necesidad” que amenaza con su estruendo.
Quizá lo
ResponderEliminarcriticaban,
sabiendo
quizá , que
era, lo que
se dice, un
genio .
Amigo Orlando, no sabía que lo criticaban, seguramente lo hacían por pura envidia.
EliminarSalud
Primero estudia,analiza,luego podrás odiarlo o amarlo.Sabia de mecánica porque estudiaba sus músculos,antes de pintarlos,los principios de la palanca
ResponderEliminarSaludos
Amigo Car Res, aquellos artistas del Renacimiento tenían la "conoscenza" como una condición indispensable para conocer la realidad y representarla.
EliminarSaludos
Se desprecia lo que se desconoce.
ResponderEliminarEl mero hecho de intentar comprender lo ignoto,
es ya un aprecio.
Se suele despreciar dando opiniones de experto en cosas de la que no se entiende, así han nacido opinadores, ahora llamados expertos, que siempre saben de todo, hablan de ese todo y sobre todo, aconsejan de todo a todos.
Nada como escuchar al que sabe y preguntar al que domina del tema.
Un abrazo
Miquel quien desprecia lo que desconoce es que prefiere ser un patán inconmensurable y continuar dando muestras de falta de respeto. Da opiniones equivocadas, llena el mundo de errores y para sobrevivir, no le queda otro remedio que continuar aparentando lo que no es, o sea, hacer el fantasma.
EliminarUn abrazo
Para mi el Hombre del Renacimiento es el exponente de la Sabiduría, pues a diferencia de ahora tenían una curiosidad global basada en el observación y la Razón. Sabían de Matemáticas pero también de Literatura y Arte, también eran escultores y pintores con vastos conocimientos de Física. No habia campo que no tocaran con curiosidad y ganas de aprender. Esto contrasta con la "era del especialista" actual, gente que como sabe Matemáticas no quiere saber de Literatura o Latín. Veo profesores de Lengua con faltas de ortografía repetitivas. Aqui lo unico que importa es sacarse el Titulo, un titulo que algunos utilizan como Patente de Corso para auténticas estupideces.
ResponderEliminarCreo que nadie puede considerarse "sabio" sin la mezcla adecuada de saberes.
La Ilustración fue otro empujón al Conocimiento. Otro impulso que tuvo sus comienzos en España, el doctor Gómez Pereira dijo en 1554: “Nosco me aliquid noscere, et quidquid noscit est; ergo ego sum.”
“Conozco que yo conozco algo. Todo lo que conoce es; luego yo soy.”
Algo que luego Descartes se apropió pero esa concepción es de este insigne español que la enunció antes que René hubiera nacido.
Un saludo
Amigo Daniel, la sabiduría del Hombre del Renacimiento se fundamentó sobre el estudio y conocimiento del mundo clásico y en la observación de la realidad. Conocimiento liberado del lastre del simbolismo que pesaba sobre la Edad Media. Fue un “renacer”. Se pasó del teocentrismo al humanismo. El hombre pasó a ser la medida de todas las cosas.
EliminarLos artistas del Renacimiento quisieron superar la influencia del bizantinismo y dotar el arte de una autonomía. Contaban con la razón y el convencimiento de que todo conocimiento había de converger en la obra. Era un conocimiento generalista que iba de las ciencias a las letras, sin distinción.
La labor del Hombre del Renacimiento tuvo continuidad en la Ilustración y en los otro periodos racionalistas de la historia.
La situación actual es muy distinta. Un elevado grado de especialización resulta muchas veces negativo, nos encontramos verdaderos especialistas que parece que lleven orejeras que les impiden una mirada transversal y completa.
Saludos.
Te ha quedado un texto muy hermoso FRANCEC ¡ enhorabuena!. El conocimiento siempre ha sido la máxima aspiración del hombre. Sin embargo creo, que el problema gordo no se plantea cuando se habla de lo que se desconoce, porque eso es pura ignorancia. El verdadero problema surge, cuando se cuestiona a los que más saben sobre algo. Leonardo, como otros humanistas, se inspiró en textos clásicos, pero los reexaminó a la luz de sus observaciones de la naturaleza y de su experiencia. Por eso en sus notas se lee "il sole non si muove". Pero no discutió el geocentrismo imperante. La propuesta del modelo heliocéntrico era sacrílega para la iglesia, pero revolucionaria e inconcebible para los astrónomos y sabios de la época, porque socavaba los pilares de la física aristotélica pilar del conocimiento entonces. Por eso, aunque Leonardo, uno de los últimos del Quattrocento lo intuyó, no fue hasta Copérnico, que se elaboró la idea, que Keppler explicó matemáticamente, Galileo enseñó con sus descubrimientos con el telescopio y finalmente Newton explicó con la fuerza de la gravedad es decir…¡ más de 300 años mareando la perdiz por la cabezonería y oscurantismo reinante! ...Mientras “ las lechuzas que volaban desde el Arno hasta el convento de los franciscanitos de Fiésole” iban y venían cientos de miles de veces sobrevolando el hermoso cielo de Florencia : ) Un beso grande!
ResponderEliminarGracias María, actualmente, hablar de lo que se desconoce y hacerlo con jactancia, se está convirtiendo en una práctica habitual. La ignorancia, los errores, la pedantería, la arrogancia fantasmagórica, etc. están al orden del día y cualquier patán con una falta absoluta de respeto al conocimiento se cree capaz de cuestionar al sabio y cuestionar hasta la ley de la gravedad, incluso algunos reivindican la anulación de cualquier ley.
EliminarMás de cinco humanistas, que yo sepa, ya estaban convencidos de que "il sole non si muove", pero no lo decían pues aquellos humanistas eran humanos y tampoco querían arriesgar su pellejo. La Iglesia aún era implacable, capaz de prender ”il falò delle vanità”, Savonarola tenía la antorcha preparada.
Te aseguro, querida María, que ver el vuelo de las lechuzas llegando al convento de Fiésole es algo que no olvidaré nunca. Allí en Fiésole tuve la fortuna de escuchar unos conciertos de Brandemburgo interpretados por la Suisse Romande que tampoco olvidaré.
Abrazos mil.
Un tiempo del que todavía bebemos.
ResponderEliminarAfortunadamente, Pedro, aquellos renacentistas nos dejaron sus obras.
EliminarSalud
Como bien dices en un comentario: «aquellos artistas del Renacimiento tenían la "conoscenza" como una condición indispensable para conocer la realidad y representarla.»
ResponderEliminarPalabras de Leonardo de Vinci en sus notas sobre Arte:
«Los nervios, con sus músculos, sirven a los tendones, así como los soldados sirven a sus jefes; los tendones sirven al "sentido común", como los jefes a su capitán, y el "sentido común sirve al alma, como el capitán sirve a su señor.»
«La pintura abarca el total de las diez funciones del ojo, esto es: la oscuridad, la luz, el cuerpo, el color, la forma, la ubicación, la lejanía, la cercanía, la moción y el reposo. Mi pequeño trabajo consistirá en entrelazar todas esta funciones, recordando al pintor cómo tiene que imitar con su arte todos estos elementos, la obra de la naturaleza y el adorno del mundo.»
Un abrazo.
Amigo Gran Uribe, los humanistas del Renacimiento sabían que sin la “conescenza” no conseguirían nada.
EliminarPor las palabras de Leonardo da Vinci que mencionas, parece que este artista tenía una jerarquía muy organizada de la fisiología. Me gusta mucho esta cita que has puesto.
Un abrazo.
Es curioso que en el Renacimiento, aquellos digamos "aprendices" de nuevos tiempos, alcanzaron casi la gloria suprema...
ResponderEliminarUn abrazo, amigo
Yo creo, amigo Ildefonso, que aquellos "aprendices" no perdían el tiempo ni se distraían demasiado, prestaban atención a lo que tenían delante y lo estudiaban con esmero.
EliminarGrandísimos artistas completos.
Un fuerte abrazo.
Opinar con criterio y argumentos requiere tiempo, conocimientos y documentación. Ese trabajo arduo impide que haya más opiniones fundadas.
ResponderEliminarSaludos cordiales
Sí, Luis Antonio, hay que tener conocimiento de lo que se dice, si no es así, se cae en errores y todo se convierte en charlatanería y frivolidad.
EliminarSaludos.