Cuando el poder político en Italia estaba
en manos del Duce y el pueblo italiano enardecido clamaba Mussolini ha due coglioni cosí,
entonces, Igor Stravinsky, el gran adalid de la vanguardia musical, también
decía la suya. Admiraba profundamente la política fascista de Mossolini y decía
esto:
«Creo
que no hay nadie que venere a Mussolini más que yo. Conozco a muchos personajes
ilustres, y mi mente de artista no se amilana ante las cuestiones políticas y
sociales. Después de haber visto tantos acontecimientos y tantos hombres más o
menos representativos, siento una fuerte necesidad de rendir homenaje a su
Duce. Es el salvador de Italia y, esperemos que de Europa entera.»
Poco después, de su llegada a
Italia, Stravinsky hizo lo posible para reunirse con el líder de los fascistas. A la salida del encuentro con Mussolini,
el compositor declaró estar seguro de que el Duce es «la voz de Roma», y afirmó:
«yo mismo me siento un fascista».
Tras la caída de Mussolini,
Stravinsky salvó el pellejo, no lo metieron en una jaula como hicieron con Ezra
Pound. El compositor huyó a EEUU y adoptó la nacionalidad estadounidense.
Me interesa y admiro la música de
Igor Stravinsky (1882-1971).
Lo he repetido muchas veces en este blog, ciertamente,
lo que me interesa de los artistas es su obra.
Prefiero no saber cómo se
comportaron Carlo Gesualdo, Benvenutto Cellini, Terragni, Ezra Pound, Le
Corbusier, Caravaggio y tantos otros.
És important diferenciar l'obra de l'artista del seu pensament polític, però llevat d'un tal Cornadó, pocs són capaços de fer-ho amb tanta elegància.
ResponderEliminarSalut.
Gracies, Puigcarbó, amic meu, sempre he separat l'obra d'art del seu autor. M'he estimat més no conèixer el personatge i dedicar la meva atenció a la seva obra. El pensament polític d'un o altre amic no m’interessa quasi gens, només vull que no m’imposin les seves idees, vull que no se’m acosti cap predicador, no m’interessa allò que diuen tots aquells que practiquen allò del “fuig tu, que em posaré jo”. Procuro no expressar el meu pensament polític, tampoc és gens important la meva insignificança ideològica i per tant, callar i no dir res, crec que és el més positiu.
EliminarSalut.
No conocía esa veneración de Stravinsky hacia Mussolini, que disto compartir. Pero en realidad, me da igual. Me gusta su "Pájaro de fuego" y no creo que mi gusto cambie por enterarme de ese asunto. Estoy contigo.
ResponderEliminarEn fin, cada etapa tiene sus momentos. Lo que haya sido en el pasado un artista (o lo siga siendo) no suelo tenerlo en cuenta a la hora de apreciarlo o no. Por Ibiza, un caso que conozco, estuvieron pululando hasta hace poco antiguos nazis (ahora lo hacen sus hijos); algunos de ellos eran artistas, otros organizaban conciertos de música de vanguardia o regentaban galerías de arte abstracto (¡y degenerado!). Solían (y suelen sus hijos) habitar lujosas villas. Llevo muchos años frecuentando esa isla y mi experiencia es que nunca preocupó eso, si ese artista o mecenas era tal o cual, ni que yo sepa nadie tuvo intención de perseguirlos. (También hay que decir que, como manejaban pasta, eran reverenciados incluso).
También había muchos artistas refugiados judíos: escritores, músicos, pintores, fotógrafos, arquitectos. Tampoco nunca detecté conflicto entre unos y otros. ¿Será que el arte está por encima de todas esas miserias?
Un abrazo.
En efecto, como tú dices "cada etapa tiene sus momentos", cada vez tengo menos ganas de juzgar los momentos del prójimo y mucho menos de juzgar las obras. las contemplo y ya está y procuro no saber nada de las ideologías del autor.
EliminarStravinsky fue un compositor extraordinario, su obra es un faro que ilumina toda la modernidad de la vanguardia artística europea.
Salud.
Ya, pero el asunto en toda esa gente tan genial en unas facetas es saber también si han causado daño o cooperado en él. No, a mí me gusta saberlo, independientemente de que pueda admirar o disfrutar de sus obras, siempre quiero saber por qué en una parte de ellos mismos eran también unos bárbaros. No vaya a ser que nos vendan para el futuro una moto con falsas estéticas para ocultar los crímenes.
ResponderEliminarAmigo Fackel, me interesa muchísimo la obra de Stravinsky y esta consideración no cambia sea su ideología de un signo o de otro.
EliminarHoy creo que a nadie le interesa saber si Dante fue güelfo o gibelino.
Salud.
Visto de ese modo, ¿qué puedo objetar?
EliminarComo el tiempo lo borra todo...
Acabo de escuchar la obra musical de Igor Stravinsky titulada, La Consagración de la Primavera, y es una pieza para orquesta de una calidad musical excepcional, y soberbia. Ninguna duda cabe, de que Igor Stravinsky fue un gran compositor musical. Hay que añadir que también era un gran director de orquesta.
ResponderEliminarLa Consagración de la Primavera es un hito de la vanguardia musical.
EliminarAdmiro muchísimo la obra de Stravinsky, aquí están sus partituras, en cuanto a su labor como director de orquesta, desgraciadamente, hoy no lo podemos apreciar.
Saludos
Está todo dicho, Francesc. Todo. Cuando hay, que lo hay, quien impone su parecer ideológico, que no su idea, quien hace sin miramientos de comisariados políticos por el que pre-juzga según que pareceres a sus intereses y por lo que digan lo que digan, si lo dicen los míos, los tuyos son los malos, la cosa no funciona.
ResponderEliminarPor cierto, y salvando las distancias, la casa del señor al que admiraba Igor Stravinsky, en Predappio, nunca fue tapiada, ni derribada. En Italia se deja todo como está, porque la historia es la que es, gobierne quien gobierne, y no nos olvidemos que allí gobernó durante muchos años el PCI italiano.
También lo tienen claro al respecto.
Un abrazo
Amic Miquel, la obra de Stravinsky pasa por encima de las ideologías.
EliminarLa actitud de respeto que tiene Italia es de admirar, es un signo de cultura que nos debería servir de ejemplo.
Abrazos
Al hilo de la entrada, y disculpa que vuelva a interferir, el pasado de Céline no lo hacía peor escritor; ni el Tin Tin de Hergé fue peor por la tendencia política del autor; ni Fuenteovejuna deja de ser la obra que es por haberla escrito uno de los más grandes, a la sazón Inquisidor...
EliminarCuando anteponemos el autor a la obra, se antepone el objeto al concepto, y añadimos nuestra manera de pensar alterando el producto visionado.
Eso se llama pre-juicios. Y esto lo hemos hablado muchas, muchas veces, amic Francesc.
Si vamos a una sala de exposición, a un concierto, a una lectura, con el pre-juicio del autor de la misma, ni lo que vemos, ni lo que escuchamos, ni lo que leemos, nos parecerá lo mismo, y habremos contribuido a alterar el mensaje del autor.
Un abrazo
Amic Miquel, a nosotros nos llega la obra y esta es la que nos comunica una emoción. Pensar en que ideología tenía el autor entorpece la mirada. La obra es la que es y la opinión del espectador respecto al autor, enmascara y crea prejuicios sobre el valor estético de toda la obra del artista.
EliminarAbrazos
Hola Francesc, gusto responder a tu visita y hoy, toparme con Igor Stravinsky.
ResponderEliminarNormalmente me sincronizo con el autor de alguna obra musical, pintura o poesía, si éstas tocan mis fibras sensitivas y me emocionan, entonces, me intereso en conocer sus vidas y el instante en que realizaron dichas obras, pero no interfiere si fue bueno o malo para que los siga admirando.
Mi adolescencia la pasé escuchando, a ojos cerrados, la Orquesta Sinfónica de Londres, interpretando, entre otros, a Tchaikovsky con el Cascanueces y a Stravinsky con su obra La Consagración de la Primavera: Danza de los adolescentes - y El pájaro de fuego. Pero, sinceramente, me salto las partes apagadas de las partituras.
Gracias por recordarme esa etapa de mi vida.
Abrazo fuerte
Querida Ceciely, me alegra mucho tu visita y tus comentarios. Visito con mucha frecuencia tu blog, me gustan tus escritos, aunque no suelo poner comentarios
EliminarLa música de estos autores siempre me acompaña, ya desde que era un niño. Stravinsky es para mí un compositor imprescindible.
Abrazos.