Las construcciones de piedra acaban cayéndose y se convierten en ruinas que
son el recuerdo de las antiguas paredes. Pueden incluso recordarnos el exceso
de vanidad de quienes las idearon y las levantaron.
Hay una vanidad eclesiástica en las molduras de los palacios episcopales,
una vanidad teológica en los arcos ojivales de las catedrales góticas, hay
vanidad de fronteras en la mampostería de las murallas, hay una vanidad de
tiranía en los sillares de los castillos medievales, hay una vanidad de dominio
económico en las fachadas neoclásicas de Wall Street.
La vanidad de las construcciones de piedra es la petrificación de la
vanidad de los hombres, ésta permanece, se regenera, nunca alcanza el estado de
ruina. La vanidad permanece, las piedras se caen.
Hace un tresmil años largos, Jedidías, hijo del rey David, más conocido por Salomón, mandó escribir en el Eclesiastés, quizá el libro más existencialista del Gran Libro, unas palabras sabias: Vanidad de vanidades, todo es vanidad.
ResponderEliminarYa en aquel entonces se sabía de la soberbia de los hombres, de su banalidad y de que en su hacer cotidiano se creen imprescindibles, tanto que piensan que sin ellos se parará el mundo.
Lo seguimos viendo allá donde toquemos. Influencers, tik tokers, políticos....ahhh ¿qué he dicho?...políticos..si, es cierto: vanidad de vanidades, todo es vanidad.
Amic Miquel, no sabía que el Eclesiastés fuera un libro de encargo. En el Eclesiastés siempre encuentro pensamientos que nunca pierden vigencia. Es un libro extraordinario.
EliminarLa vanidad, como la soberbia forman parte de la condición humana. Soy contrario a casi todas las formas de vanidad y aborrezco a los vanidosos, pero a veces he considerado que la vanidad es uno de los motores que mueven el mundo, gracias a la vanidad se han levantado grandes monumentos y se han escrito obras magníficas, y en medio de todas estas grandezas aparecen mil formas de mezquindad y actualmente, para nuestro mal, se transmiten por televisión y por las redes sociales.
Salud
Se cree que Salomón tenía una cohorte de gente preparada para escribir Los Libros que por lo que parecen, se dicen de su autoría. El cantar de los Cantares, Eclesiastés y Proverbios, entre ellos.
EliminarUn abrazo
Ya que los hombres hacen las obras por necesidad (no siempre) no pueden evitar destacar, competir, exhibir. Soberbia y vanidad van de la mano. Es curioso, pero las grandes obras, de las que solo quedan ruinas, rezuman vanidad aunque aquellas estén por los suelos y en el olvido. En efecto, es como si la vanidad hubiera sobrevivido a obras y hombres.
ResponderEliminarAmigo Fackel, se han construidos grandes obras por necesidad de cobijo, pero también por necesidad de propaganda o para satisfacer vanidades. AL final las piedras quedan reducidas a áridos y la vanidad permanece.
EliminarSalud
La vanidad del ignorante y la soberbia del pequeño son eternas.
ResponderEliminarMientras siguen en pie las piedras transmiten. "Aquila non capit muscas."
Un saludo.
Sí, Daniel, la soberbia, en gran parte, está constituida con grandes dosis de ignorancia.
EliminarCreen algunos -los vanidosos-, que vuelan muy altos, más altos que las moscas, pero siempre hay un águila de ojo avizor que es capaz de cazar a la mosca más molesta.
Un saludo
Apariencias, nos gusta exponer una fachada que impresione y aunque detras solo haya aire, o justo lo contrario de la apariencia, pensamos que si lo que exhibimos es creíble ya hemos conseguido algo.
ResponderEliminarQué interesante Rodchenko y sus fotomontajes, emblemáticos algunos como El acorazado Potempkin o El cartel publicitario con Lilia Brik, más esas construcciones como la que nos pones, asociadas a la obra de Vladimir Maiakovski, desde luego no te dejan indiferente.
Ha estado bien echarle un vistazo a tu entrada y a lo que propones, un abrazo y un beso Francesc!!
Amiga Ana, se han construido muchas fachadas que son pura escenografía de un teatrino en el que sólo se representa la vanidad.
EliminarLas imágenes que pongo no suelen tener ninguna relación con el texto que les sigue, en este caso tampoco pretendía relacionar la una con lo otro. Rodchenko es un artista que me gusta mucho un buen, buenísimo representante del constructivismo ruso.
Abrazos
La vanidad debe de ser esa que hace levantar aparatosos estadios de fútbol, hasta con techo retráctil para cuando llueve, césped intercambiable y aspecto exterior de bombollita, todo para que veintidós tipos en calzón corto le den a la pelota sin mojarse el tupé ni las botas. O aeropuertos espectaculares, con arriesgadas estructuras quizá innecesarias, o atrevidos puentes o aparatosos museos que no contienen nada dentro. Todo para fardar, para aparentar poderío y distinguirse de los demás.
ResponderEliminarSaludos.
Estadios, aeropuertos, puentes, grandes almacenes, son las nuevas construcciones de la ostentación y el culto a las vanidades más burdas.
EliminarSalud
Menudo experimento,
ResponderEliminarno ? .
Amigo Orlando, supongo que te refieres a la imagen, donde se ve a un individuo subido a una torre y con los brazos en cruz.
EliminarSalud
Siento no haber llegado a esta entrada y aunque ... es cierto lo que dices mi querido FRANCESC, qué sería de la arquitectura sin esas preciosas moldura, los arcos ojivales de las catedrales góticas, la mampostería de las murallas o los sillares de los castillos medievales..en cierto modo gracias a la vanidad humana disfrutamos de la belleza del gótico, la contundencia de los sillares medievales y de todo un abanico de maravillas fruto de la vanidad humana, seguro pero que no por eso dejan de serlo… En cada época, el hombre intenta dejar su impronta en forma de obras, siempre que sea así, nada que decir... lo malo es cuando por esa misma vanidad se dedica a destriuir lo de los demás, la Naturaleza, todo lo que se levanta y hace sombra a su ego... ese tiempo de vanidad es el que habría que desterrar al ostracismo de nuestra indiferencia, a ver se cae de una vez y deja hueco a la cordura... Mil gracias, muchos besos, subo … ; )
ResponderEliminarQuerida María, la vanidad forma parte de la condición humana y la arquitectura también expresa esta cualidad. Aunque estas piedras sean la expresión de alguna determinada forma de vanidad, aquí están, aquí han llegado y ahora admiramos piedras y vanidades.
EliminarSiempre soy partidario de construir, sé lo que cuesta, y cuesta tanto si se trata de una obra vanidosa como si no lo es. La destrucción me horroriza, muchas obras se han destruido sólo por aquello del “quítate tú para ponerme yo”.
Abrazos mil.
El arte lleva la firma de nuestras ambiciones y vanidades. Curiosamente, un hormiguero o una tela de araña también pueden espolearnos a la creación. Gracias por hacernos pensar. Un saludo,
ResponderEliminarAmigo mimarzgz, el arte expresa lo que somos o lo que queremos ser y en esto hay mucho de oropel y purpurina.
EliminarSaludos