lunes, 7 de junio de 2021

De regreso

Castillo de Fontainebleau, pintura en el salón de baile ("Salle de Bal"). Francesco Primaticcio.

 

Me he tomado una temporadita de retiro y reflexión. A menudo suelo hacerlo. Durante el tiempo de desconexión contemplo el trajín ciudadano y, observando la realidad, relativizo.

 

Trato de ver lo que ocurre a mi alrededor e intento quedarme con lo sustancial. Desconectado de las redes sociales y evitando los programas de televisión, consigo tranquilidad y una visión básica de la realidad, sin aditamentos ni opiniones interpuestas.

 

Gracias a la tranquilidad de ánimo me doy cuenta de que la solidez de los principios es algo monolítico cuyo lastre puede servir para algunas cosas pero que entorpece la adaptación a los cambios. La adaptación es una de las formas más inteligentes para poder sobrevivir y ahora, en tiempos de pandemia, con el virus y sus consecuencias, la adaptación es algo primordial.


Emulando a Zygmunt Bauman cuando habla de “modernidad líquida”, estoy convencido que los principios también deben ser líquidos, deben adaptarse al continente y estoy por asegurar que este líquido, se evapora muy fácilmente por la acción de cualquier calorcillo.


Estoy convencido de que un receso creativo y una buena alimentación ayudan a mitigar deterioros y carencias. Ayudan a que las conexiones neuronales sean eficaces y positivas.


Cuando huyo del trajín mediático me resulta más fácil entender la abstracción y deduzco con mayor desenvoltura las construcciones teóricas. Con el sosiego me doy cuenta una vez más de que carezco de una total capacidad para comprender los mundos simbólicos.


Gracias a la tranquilidad constato que cualquier ideal acaba en desengaño y no quiero desengañarme. Prefiero añadir a mis carencias la falta total de ideales y persisto en mi afán de llegar a tener la espiritualidad de un zapato.

12 comentarios:

  1. Te he encontrado a faltar.
    Un abrazo
    Salut

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    1. Yo también, Miquel.
      En estos retiros que me tomo con frecuencia siempre echo de menos el contacto con los amigos.
      Abrazos.

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  2. Retirarse, aislarse del barullo mediático, para reflexionar y observar en derredor, es un ejercicio tan necesario como escasa su práctica.

    Me alegro por tu regreso, Francesc.
    Un abrazo.

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    1. Sí, Paco, va muy bien aislarse de vez en cuando. El ruido mediático desaparece y todo se ve con más tranquilidad.
      Un abrazo

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  3. Bienvenido de nuevo, se te echaba en falta.

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  4. Se te ha echado de menos. Bienvenido tu regreso. De vez en cuando es bueno desconectar.
    Un saludo.

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    1. Amigo Cayetano, si bien el aislamiento es positivo, tiene algunos aspectos negativos, el principal de ellos es la pérdida de contacto con los amigos.
      Saludos.

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  5. Feliz regreso con tu enriquecido acervo de ironía e higiene mental. Me hiciste pensar en los ideales. Un abrazo.

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    1. Amigo Fackel, en tiempo de aislamiento se reflexiona con mucha tranquilidad y se relativiza sin que nada te entorpezca.
      Abrazos.

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  6. Es bueno retirarse de vez en cuando, incluso prolongadamente. Al regresar se es cada vez más consciente de que, como dices, la vida se vive cada día y bastan tener un puñado de principios, pocos y respetuosos. Más allá, comienza la intransigencia.
    Bienregresado.

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    1. Amigo Pedro, a menudo me tomo un tiempo de retiro. Siempre me ha ido bastante bien hacerlo, parece que esta práctica permite ver las cosas con más claridad, desde luego con más tranquilidad.
      En cuanto a los principios, creo que lo mejor es evitar el monolitismo y la cabezonería.
      Saludos

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