Desde que empecé mi vida laboral que oigo decir que estamos en tiempos de cambio: transformación de los hábitos de consumo, cambio de las relaciones comerciales y laborales, alteraciones y modificaciones culturales, sustitución del modelo de enseñanza y cambio del paradigma artístico.
El primer jefe que tuve, un hombre inteligente que había sido comerciante de carbón, aseguraba que la inteligencia se demuestra con la capacidad de adaptación, así, por esta razón, él dejó de vender carbón y se dedicó a la distribución de gas butano y añadía que cuando la gente dejara de utilizar el butano vendería otra cosa que calentara.
Aquellas eran palabras sabias. El secreto está en encontrar cosas que calienten, ya sea una friega con aceites de pediluvio o con extractos triples de acacia, iris o heliotropo, con la pomada de la tortuga o ya sea con buena poesía que estimule la inteligencia y los sentidos, ya sea con el calor de la amistad y de algún otro producto calorífico.
Lo malo de todo esto es que algunos creen que una buena forma de calentarse es liarse a tortas.
Ya lo predijo Goya, FRANCESC.
ResponderEliminarEsperemos que venga el otoño lo más pronto posible, el calor , creo, nos es difícil de sobrellevar.
Un abrazo
Sí, Miquel, metidos en un barrizal y aún a garrotazos.
EliminarAbrazos
A los cavernícolas les tira eso del estacazo más que el diálogo.
ResponderEliminarUn saludo, Francesc.
Amigo Cayetano, hay quien se complica la vida, si alguien quiere procurarse calor que recurra a formas placenteras, que lo del estacazo está muy mal, que más valen unas friegas con aceites de iris o de heliotropo, o las caricias de una mano de piel suave, así de fácil.
EliminarUn abrazo.
Maravilloso ha sido leerte y encontrarte beso desde Miami
ResponderEliminarMuchas gracias, Recomenzar, siempre agradezco tus visitas.
EliminarMucho me temo que los estacazos prevalecerán siempre aquí.
ResponderEliminarTenemos constancia de ellos en el suelo patrio desde los tiempos del rey Argantonio.
Con lo bien que sienta un masaje con esencia de eucalipto....
Pero nada, no hay manera.
Amigo Rodericus, nos apuntamos a los masajes y como decía mi antiguo jefe, adaptarnos para no pasar frío.
EliminarEsto es fácil de comprender, pero comoprobamos que muchos no lo entienden y prefieren el palo y tente tieso.
Saludos.
El mejor calor nace siempre del abrazo.
ResponderEliminarAmigo Pedro, el abrazo siempre es bueno y su calor satisface hasta en tiempo de verano, cuando el calor aprieta.
EliminarCuantos más garrotazos, más tensión pre bélica o más avaricia más adelantos tecnológicos, esa es la Historia de la Humanidad.
ResponderEliminarNo es para estar orgullosos, precisamente. Las vacunas del COVID han salido en un tiempo récord por la avaricia de las farmacéuticas, no por amor al prójimo.
Desgraciadamente nadie trabajamos ni nos esforzamos por amor al prójimo, hay que ser inteligentes para canalizar bien estas fuerzas, pienso yo, porque negarlas es de, en mi opinión, estúpidos. La Humanidad no creo que haya cambiado en su esencia en los últimos 40 siglos.
Un saludo.
Amigo Daniel, los garrotazos no suelen traer nada bueno, generalmente son la expresión del salvajismo del género humano.
EliminarNo espero nada. No estoy orgulloso de nada. Solo deseo que cada uno trabaje y haga lo que tenga que hacer, que lo haga tan bien como sepa y pueda, que lo haga con responsabilidad, que se esfuerce y consiga hacer un buen trabajo y si este trabajo recibe su lógica compensación, mejor que mejor. No puede exigir compensaciones quien nada hace. Solo asumiendo responsabilidades se podrá exigir la debida recompensa y la libertad.
No hay libertad sin responsabilidad.
Me fío poco de los altruismos y menos aún de aquellos que son propagandísticos y espectaculares. Creo que las ONG y muchos comportamientos altruistas se fundamentan en el dolor del prójimo y solo sirven para alimentar la autocomplacencia de quien los practica. La beneficencia es la expresión de una carencia de justicia social.
Si se ha conseguido una vacuna en tiempo record, pues bien, lo celebro. Esto es positivo, y no me planteo el beneficio económico que haya podido tener la industria farmacéutica. Las vacunas están aquí y nos protegen de muchos contagios y de mucho dolor. Aplaudo el esfuerzo logístico de distribución y administración de las vacunas; ha habido errores, claro que sí, los que no se han equivocado son los que no han hecho nada. Aplaudo también el sacrificio de todos aquellos que siguen las recomendaciones sanitarias y detesto a los insolidarios negacionistas o los que van por ahí saltándose las normas y haciendo gala de su animalidad.
Unos trabajan y producen, otros investigan y se esfuerzan para conseguir avances notables, otros le echan imaginación y tesón para conseguir que todo funcione, mientras, otros entorpecen, critican, llenan el mundo de burocracia o salen a la calle a romper escaparates, nadie puede negar que hay diferencias: gentes responsables y comportamientos manicomiales.
Estas reflexiones, amigo mío, son de uno que ha dedicado largos años de ejercicio profesional en intentar poner una piedra sobre otra piedra y conseguir un hábitat humano digno, que sabe lo difícil que es construir y sabe también cuán fácil resulta destruir y que ahora solo busca el equilibrio. Que las cosas y las casas se sostengan.
Un abrazo.