Francesc Cornadó y Joan Margarit
Durante los primeros cinco cursos de la carrera de Arquitectura, en la asignatura de Proyectos, nos insistían sobre el valor de la composición de una fachada, la buena distribución de los interiores del edificio, el equilibrio de volúmenes, la adaptación del edificio al entorno urbano o al medio ambiente, la funcionalidad de los espacios, el equilibrio entre vacíos y llenos, etc.
Las correcciones de los proyectos que presentábamos eran tremendas y los profesores implacables, con sus comentarios, rozaban a veces con el insulto.
Cuando ya veíamos el proyecto más o menos compuesto, cumpliendo las condiciones que he citado, intentábamos meter una estructura que sustentara todo aquello. Colocábamos pilares y jácenas de una manera más o menos razonable, procurando siempre que la realidad estructural no desvirtuara el conjunto de volúmenes que previamente habíamos diseñado. En otras palabras, supeditábamos los elementos estructurales a la composición de espacios y fachadas.
Llegó el sexto curso –entonces, en el plan de estudios de 1979, la carrera tenía seis cursos, más el Proyecto Final de Carrera– y en este último curso, nos encontrábamos con la asignatura “Las estructuras y el proyecto arquitectónico” con el profesor y catedrático Joan Margarit, el buen arquitecto y gran poeta, que más adelante recibiría el premio Cervantes de literatura. Un hombre extraordinario del que aprendí mucho, tanto en la carrera como después en práctica profesional y finalmente como poeta.
Margarit nos hablaba de equilibrio. Nos decía que estructura y forma arquitectónica forman un conjunto indisoluble. La estructura es forma en sí misma, igual que lo es la composición de espacios. En su asignatura, Margarit nos enseñó a diseñar a partir de los elementos estructurales. Empezar siempre por el equilibrio.
No dejar nunca que la vanidad de una forma se supeditara a una realidad equilibrada.
La estructura forma parte del poema. Es consustancial.
El equilibrio es indispensable entre el contenido y la forma, entre la emoción y la razón, entre la expresión y el sentimiento, entre Eros y Thánatos, entre Apolo y Dionisos. Del equilibro nace el poema y gracias a él los edificios se mantienen en pie. Todo poema que no esté equilibrado se cae de las manos.
Acabada la carrera, con la práctica profesional, coincidí en diversas ocasiones con Margarit y, años más tarde como poeta nos fuimos viendo con mucha más frecuencia y las conversaciones se alargaban. Siempre admiré a mi profesor de Estructuras y al poeta.
Tú aprendiste de Margarit mucho, en la doble vertiente que además es armónica y única (con permiso de las esdrújulas) y yo aprendo de ti. Siempre me viene bien la aclaración conceptual en los términos de arquitectura y, en efecto, el ejemplo sirve para extenderlo a la poesía o a otros géneros literarios, o simplemente a conductas de la vida. Se supone que todo precisa una arquitectura, es o debería ser la vida misma. Pero tantas veces algunos no pasamos de ser meros alumnos, aprendices o aficionados... Claro que modestamente ya nos conformamos con alimentar emociones y experiencias vividas. Y, por supuesto, sin melancolías. Es el aliento de saber un poco más lo que combate la "bilis negra".
ResponderEliminarFormidable recuerdo al maestro Margarit y espléndida fotografía.
Amigo Fackel, todos aprendemos de todos, basta con ser receptivo y aparcar el engreimiento, aceptar las diferencias y practicar la tolerancia.
Eliminar¡Cuánto aprendo de los blogs de mis amigos!
En cuanto a la arquitectura y en todo lo demás, creo que la cuestión es bastante simple, se trata de procurar que las cosas se aguanten. El equilibrio es indispensable en la lengua y en las ciencias. Es vital el equilibrio de humores (la bilis entre ellos), necesario el equilibrio de los modales, del comportamiento público y privado. Sin equilibrio se caen las casas, la literatura y la composición de los alimentos.
Tú, amigo mío, conoces personalmente a más de uno de los que aparecemos en esta foto.
Saludos
Calcul d'estructures potser és el millor recull de poemes de Joan Margarit, angoixant fins i tot algun dels poemes com 'perdiu jove'
ResponderEliminarSalut
Sí, Puigcarbó, "Càlcul d'estructures" és un llibre magnífic. Recordava el professor d'estructures i aquest títol em va despistar. Boníssims poemes. Un dia vaig posar el llibre al costat dels meus apunts de l'assignatura per a experimentar la paradoxa, després, pensant-ho, vaig veure que no existia la tal paradoxa.
EliminarCites un poema que a mí, particularment, m'agrada molt.
Salut.
Qué afortunado fuiste.
ResponderEliminarSí, Pedro, fui un afortunado. En la carrera tuve unos profesores extraordinarios.
EliminarAquí puedes ver aquel plantel de profesores que tanto me aportaron, fue un privilegio:
http://francesccornado.blogspot.com/2013/02/mis-profesores.html
Qué grandes compañías las vuestras.
ResponderEliminarSaludos.
Sí, Pitt, grandes amigos, personas buenas.
EliminarSaludos
Que bueno, FRANCESC.
ResponderEliminarHas sido buen alumno, y yo un tipo afortunado por tenerte cerca.
Un abrazo
Gracias Miquel. Con estos profesores no podía dejar escapar la ocasión. Siempre me ha gustado lo que he hecho y lo que he estudiado, desperdiciarlo sería injusto.
EliminarMe siento muy orgulloso de mis amistades entre las que te cuentas, eres un buen amigo, muy apreciado.
Abrazos.
Debo confesar que aún habiendo leído algo de Joan Margarit con anterioridad, ha sido ahora cuando he adquirido su obra completa.Y loestoy descubriendo realmente.
ResponderEliminarLeer a un arquitecto que admira a un profesor y poeta escuchando la música de la ultima entrada de tu blog ha sido un buen ejercico para esta tarde de domingo.
Y además, confieso que un poema de Margarit me provocó el otro día de tal forma que he dejado en el blog, el mío, "LA TARDA" fruto de la provocación.
Gracias, Francesc.
Anna Babra
Amiga Anna, de Joan Margarit sólo puedo decir cosas buenas. Con el profesor de Estructuras aprendí mucho y con el poeta me unió un afecto y una gran admiración.
EliminarEn cuanto a la obra de Bach que he puesto hoy (la sonata nº 4, BWV 528)debo decir que es una interpretación muy buena.
Saludos