domingo, 24 de mayo de 2020

Pesos y medidas


La cabeza de un individuo pesa,
más o menos, ocho quilos,
que es el peso aproximado de un buitre.

Todo aquel que tenga capacidad de pensar
debe soportar el lastre de su testa,
incluso los intelectuales existencialistas han de aguantarlo.

Los huesos de la cabeza protegen
el órgano más pesado del cuerpo humano, el cerebro,
que pesa igual que un ladrillo macizo.

El peso y las medidas de un cuerpo generoso
no son distintos a las de un criminal.
Los dos están cubiertos por una capa de piel que pesa once quilos.

La lengua, por afilada que esté,
mide tres veces menos que una cotorra.
Lengua y cotorra articulan voces aladas y canciones de despedida.

El amor no precisa la fuerza del motor de sangre
para mover el sol y las demás estrellas.
El esfuerzo sanguíneo y la práctica del amor hacen sudar.

Aún no se ha podido pesar el alma,
hay, sin embargo, quien asegura que pesa veintiún gramos,
tampoco sabemos dónde se aloja, si en la cabeza o en los pies.

No hemos podido medir la dimensión del odio,
sólo conocemos sus efectos y las calamidades
que produce, que a menudo se resuelven a navajazos.

Las teorías fisionómicas no han conseguido esclarecer
de qué manera los mapas del rostro expresan
el engaño inconmensurable de una mirada.

Conocemos la capacidad de la vesícula biliar,
pero no sabemos dónde se halla la bilis negra
que provoca tristeza y mal genio.

Todo es bastante desconocido,
el comportamiento de un virus y el peso del llanto.
Pero sabemos de la infinitud de la estupidez humana.

Debemos diseñar instrumentos de precisión
para continuar pesando y midiendo
y poder conocer la dimensión de los cuerpos y las cosas.

F.C.

20 comentarios:

  1. ¡Touche¡, amic Francesc. Touche.

    Hubiera querido rebatir el argumento, de verdad que lo hubiera querido, sabes de lo especulativo que soy con la dichosa metafísica, pero me es imposible ante los últimos párrafos: "pero sabemos de la estupidez humana".

    Lo desconocemos todo, todo, incluso nos desconocemos a nosotros mismos.
    Un abrazote.

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  2. Miquel, tan cerca tenemos el objeto a medir y cuánto nos queda por conocer.
    Salud

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  3. Sabia reflexión la tuya, amigo Francesc.

    Me quedo con lo anecdótico: lo del "ladrillo macizo". Creo que no pocos tienen más ladrillo que cerebro. A lo mejor, uno mismo no está exento de ello...

    Saludos cordiales

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    1. Amigo Luis Antonio, estos versos son solamente una comparación de pesos y medidas.
      Las propiedades del ladrillo rozan la nobleza: su modulación permite aparejos muy bellos, es un material prácticamente imperecedero, buen aislante acústico y térmico, su comportamiento mecánico es muy notable, tiene buena manejabilidad, valoramos su acabado, en obra vista gusta a casi todos los públicos, su proporción entre peso y resistencia es muy equilibrada, etc. ¿Cuánto daríamos para que muchos cerebros tuvieran alguna de las propiedades del ladrillo?
      Saludos

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    2. Me temo que cuando a uno se le dice "cabeza de ladrillo" lleva otras intenciones...

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    3. Seguro, Luis Antonio, seguro que cuando dice "cabeza de ladrillo" convierte el ladrillo en una metáfora poliédrica. Ja, ja, ja.
      Abrazos

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  4. Precioso poema lleno de ironía. Me encanta, y refleja mi propio pensamiento, pero bien dicho.

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  5. ¿Me permites publicarlo en facebook?

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    1. Amiga Viky, cuando lanzo un poema o un escrito ahí queda, se puede usar y tirar, total tampoco tienen demasiado valor, puedes hacer lo que quieras, no pretendo exclusividades ni nada, de hecho, no pretendo nada de ninguna cosa.
      Si lo publicas estaré encantado. Abrazos

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  6. El sistema métrico decimal está hipervalorado.
    Un abrazo, Francesc.

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    1. Amigo Cayetano, yo creo que hay mucho comunicador y maestrillo que no saben cómo funciona el Sistema Métrico Decimal y confunden las hectáreas con conejas.

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  7. Mucho hay de cierto en esto. Sobre todo en cuanto al peso que ha de cargar el que sí sabe pensar.

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    1. Alexander, he preparado los pesos y medidas con rigor, hay, sin emabargo, aspectos difíciles de medir por ejemplo el peso de pensar.
      Saludos

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  8. Pesa igual una cabeza vacía que una llena. Saquemos las consecuencias.

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  9. Amigo Pedro, ¿cómo es una cabeza vacía?, ¿tiene menos huesos y menos músculos?, ¿el cerebro de una cabeza vacía, es más pequeño que el de un filósofo estructuralista?
    Ya ves amigo mío, en vez de sacar consecuencias, lo que saco es más preguntas. Ja, ja, ja.
    Saludos

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  10. Preocupantes los pesos y medidas en tiempos de excesiva mala bilis y elevada dosis de vacío en muchos cerebros. Como nos dediquemos en el futuro a valorar a los humanos del entorno con arreglo a un sistema de pesos y medidas nos vamos a abrumar. ¿Sacaríamos algo en limpio?

    Me ha gustado mucho el poema. Ni Brecht lo habría dicho de manera tan precisa y contundente.

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    1. Amigo Fackel, no sé cómo valorarán los cuerpos en el futuro, sospecho que por su capacidad de consumir.
      Los pesos y medidas son una forma objetiva de conocer el cuerpo humano, cualquier otro sistema de medición se me antoja poco riguroso.
      Celebro que te haya gustado el poema, los tiempos de confinación me permiten una cierta objetividad.
      Salud

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  11. Creo que el peso del alma de cada uno no puede ser el mismo, hay quienes tienen una densidad que va más allá de 21 gramos. La bilis negra, se aloja creo yo, en el cerebro de quienes la desarrollan. Sigamos desarrollando instrumentos pero también trabajemos nuestro interior que incluye cuerpo, mente, alma y espíritu.

    Un abrazo con petons

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    1. Amiga Myriam, en 1907 el médico Duncan McDougall publicó un artículo titulado «Hypothesis concerning soul substance together with experimental evidence of the existence of such substance» (Hipótesis relativa a la sustancia del alma junto con evidencia experimental de la existencia de tal sustancia), McDougall era uno de esos sabios que dicen que tenemos un alma, hizo varios experimentos -a mi entender algo toscos- y llegó a la conclusión de que el alma pesa 21 gramos. Yo como soy de los que no tienen alma, podría ser un individuo de difícil medición.
      Hipócrates ya contó con la bilis negra como uno de los cuatro humores que regulan el equilibrio del cuerpo humano, los otros tres son la sangre, la bilis amarilla y la flema. Entre el 180 y el 210 d.C. Galeno dedujo que la bilis negra era responsable de algunas enfermedades, probablemente el cáncer, dijo que la bilis negra es “ese líquido horrible que perturba el equilibrio del cuerpo”.
      Opino como tu, yo también creo que hay que seguir desarrollando instrumentos de medición para conocer nuestro interior, algunas biópsias son muy dolorosas y habría que perfeccionarlas, otros sistemas de radiología, TACS, o scanners también deberán mejorarse.
      En cuanto al alma y al espiritu no tengo demasiada opinión, estas cosas se me escapan, además creo que si las conocieramos aún nos horrorizaríamos más de lo que nos horrorizan los pellejos y excrecias del cuerpo.
      Abrazos

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