martes, 12 de mayo de 2020

A este lado de la tapia


A este lado de la tapia no paran de repetir:
                                                      uno, dos, tres,
  cuatro, cinco, seis,
siete, ocho y nueve.

Estamos metidos en un romanticismo manicomial.

10 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Miquel, yo creo que al otro lado deben quedar muy pocos. Aquí sólo demencia.
      Contar más allá del nueve ya resulta difícil, pues hay que añadir otro dígito y esto supone saber alguna lección y resulta que los más tontos no prestaban atención cuando el profesor la explicaba.
      Salud

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  2. O contando los días de confinamiento, que todo puede ser.
    Saludos, Francesc.

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    1. Cayetano, ahora que caigo, no había pensado en el confinamiento.
      Salud

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  3. Números: el corazón ardiente del romanticismo verdadero.

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    1. Viky, debo aceptar mi contradicción romántica: Schubert
      Saludos

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  4. Es que el romanticismo tiene siempre un punto manicomial. Nos agarramos al espejismo y le damos carta de realidad, una locura que tiene muy mal despertar.

    Abrazos

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    1. Más de uno no despierta nunca. Siempre con sus sueños encerrados detrás de la tapia.
      Abrazos

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  5. Mejor no contar nada, y menos números. El otro lado puede estar a un palmo o a una distancia que nuestra mirada aún no abarca. Eso sí, siempre finita. Sigo pensando en habitar los márgenes, aprovechar los resquicios, relativizar las posibilidades y evitar los ruidos. No es fácil. Un abrazo.

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    1. Hay que evitar los ruidos y relativizar, estas son las condiciones indispensables para pensar libremente
      Salud

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