lunes, 3 de marzo de 2025

La ciudad ecléctica

El sueño de un arquitecto, pintura de Thomas Cole 


El eclecticismo arquitectónico es un estilo de tópicos. El urbanismo de la ciudad ecléctica es amable porque recoge las tipologías convencionales que una sociedad ha ido almacenando en la mente colectiva.

Las fachadas que se suceden a lo largo de las avenidas son la expresión historicista de los tiempos pasados y la afirmación y proclamación de una supuesta grandeur

Se comprende así la monumentalidad y desproporción que a menudo, acompañan al eclecticismo arquitectónico.

La arquitectura ecléctica se construye atendiendo a su finalidad, utilizando el estilo más acorde con el tópico formal que anida en la mentalidad colectiva.

He aquí algunos tópicos:

--Los edificios de los parlamentos serán helenizantes, clásicos. Su arquitectura debe recordarnos las democracias de Grecia. Estas arquitecturas habrán de ser la petrificación del derecho romano.



--Las universidades serán de estilo renacentista, pues en ellas se recoge el saber universal como el que propugnaban los humanistas de Renacimiento. En Barcelona tenemos el ejemplo de la Universitat Central que es de un renacentismo desfigurado que contiene algunas formas y proporciones que pueden recordarnos la obra de Brunelleschi.



--Los ayuntamientos serán de estilo gótico con unos elementos que rememoren la riqueza de los edificios consistoriales de las ciudades de Flandes o de la Liga Hanseática. En Barcelona podemos ver, entre otros elementos góticos, el Saló de Cent.



La ciudad ecléctica es un lugar de fachadas opulentas de decoro y de decoración.

Su arquitectura sólo expresa unas certezas aparentes que son la representación de los tópicos colectivos.

En la ciudad ecléctica no caben la arquitectura popular ni la residencial. Aún así, los edificios de estilo ecléctico deberán convivir con la arquitectura "doméstica" que da cobijo a la gran mayoría de los ciudadanos. De no ser así, sería una ciudad muerta de cartón-piedra. 

10 comentarios:

  1. Interesante, todo ecléctico sería demasiado,pero unir con edificios de viviendas o de oficinas,es difícil. En el caso de la Universitat Central,no lo hay y resulta bien.He pasado muy buenos ratos en ella,en su bar o en el jardín, cuando joven.Incluso estudiando catalán, para las oposiciones.
    Saludos

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    1. Sí, Car res, en el urbanismo, como en todo, lo mejor es el equilibrio.
      El edificio de la Universidad Central me gusta mucho. He dibujado el claustro, con detalle de las plantas, los alzados, las secciones y muchos detalles de molduras; primero a mano alzada y después hacer los planos, fue una experiencia muy satisfactoria.
      Saludos

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  2. Francesc:
    no había caído en la simbología de los estilos arquitectónicos para cada tipo de edificio. Ahora cuadran muchas cosas.
    Supongo que los ojos se acostumbran a un tipo de paisaje urbano y lo que al principio chirría, se vuelve con el tiempo en algo normal e interiorizado.
    Salu2.

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    1. Amigo Dyhego, más que simbología, yo creo que se trata de unas tipologías mentales y asignamos los estilos a los usos, decimos: balneario = estilo morisco o orientalizante; burdel = felices años veinte con decoración decadente; parlamento = estilo neoclásico y si puede ser con escalinata central; estación de ferrocarril = arquitectura de hierro con estructuras roblonadas, etc. son convencionalismos que nos hemos montado en nuestra imaginación.
      Saludos

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  3. Quizá la mayor muestra de arte que he visitado en una sola construcción estribe en la catedral de Sevilla: Gótica, Renacentista, Barroca y Neoclásica, con elementos entremezclados de Mudéjar, Plateresco y Manierismo.
    Prefiero, es gusto personal, un solo plato bien hecho y presentado.
    PD: Pienso que es normal que la ciudad sea ecléctica, se va construyendo a medida que se agranda, y en ella se innova, se cambia y se trasforma.
    Un abrazo

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    1. Amic Miquel, la construcción muchos edificios ha sido larga, durante la obra los estilos han ido cambiando y la obra ha recogido el cambio, creo que debemos distinguir entre una mezcla de estilos y el eclecticismo, este es más bien un cuestión de tipologías, asimilar un uso a un estilo, es una cuestión de tópicos.
      Salud.

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  4. Tienes un blog muy interesante donde aprender sobre arquitectura, y además lo explicas muy bien.
    Yo, que soy nula en esta materia, estoy encantada. Has logrado mantener mi atención. Siempre estoy dispuesta a enriquecerme con el saber de los demás. Gracias.

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    1. Amiga Maripaz, escribo sobre arquitectura porque es una materia que conozco y procuro explicarme de forma clara, aunque a veces no lo consigo.
      Agradezco tu comentario.
      Saludos,

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  5. Ejemplos bien encontrados los tres. Los parlamentos, las universidades y los «ay untamientos» (MIquel dixit) siguen esos patrones que señalas, salvo algunas iniciativas postmodern. Pero reconozco que los claustros de la Universidad Central me gustan y los veo adecuados al lugar, quizá porque los he transitado bastante y los conozco bien (ojo, también el desaparecido bar del sótano). Elías Rogent no lo hizo mal, en mi modesta opinión, tampoco la prisión de Mataró (y alguna otra cosa), pero detesto su actuación en Ripoll (y alguna otra cosa también).

    Sí, estoy de acuerdo en lo que escribes. Pero el caso es que si en una ciudad todos los edificios fueran de «arquitectura doméstica» no necesitaríamos ir con la cámara de fotos ni el «celular» paseando por ella. Con retratar una casa y una calle sería suficiente. De hecho, cuando voy por ciertos pueblos, de aquí, allá y acullá, con eso me conformo. Esos edificios eclécticos» responden a momentos concretos de la ciudad, forman parte de su historia y la hacen diversa.

    Estoy de acuerdo con el profesor Bassegoda cuando afirmaba que si todos los edificios de Barcelona fueran como los de «la manzana de la discordia» (manzana Aragón - Paseo de Gracia - Consell de Cent - Rambla Cataluña, para los que no sepan de qué hablamos) nos volveríamos todos locos. Quizá sí, pero si todos fueran como la mayoría de los edificios del Ensanche quizá también quizá nos moriríamos del aburrimiento.

    Un abrazo.

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    1. Amigo Gran Uribe, a mí también me gusta mucho el edificio de la Universidad Central, Elías Rogent es un arquitecto que admiro.
      No conocía el comentario del señor Bassegoda, estoy completamente de acuerdo con lo que dice.
      El Ensanche lo traga todo, es tal su fuerza y definición geométrica que no han podido con él ni los alcaldes y alcaldesas por más incultos que hayan sido.
      Abrazos.

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