Desconfío de las utopías que prometen iluminaciones deslumbrantes y una sociedad más rica y mejor, donde habrá bocadillos de jamón para todos, incluso charcutería adaptada para veganos.
No me fío de los charlatanes que tanto prometen, ni de la sublimación de la burocracia. Unos gritan y a otros, con un silencio enrevesado, los hacen callar.
Nos quieren convencer de que a ellos no les alcanzan ni las infecciones ni los achaques. Y nos dicen que, si les seguimos, tampoco a nosotros nos alcanzarán.
No creo que desaparezcan ni los dolores ni las enfermedades. Ni creo que desaparezcan los idiotas del poder por más utópica que sea la sociedad que nos prometen.
Continuaremos engullendo, intentando digerir las consecuencias del poder. Desde que el humano se puso en cuclillas para defecar y hasta hoy, aún no nos hemos empachado.
Ante la desconfianza en la utopía y en la suspicacia de sus hechizos, no veo que aquella sea una razón para luchar. Como máximo, puedo llegar a conceder una pequeña indulgencia por el entusiasmo e imaginación de los amigos animosos, aquellos que aún creen que la historia puede ser un buen negocio.
Falansterio de Charles Fourier
La utopía proporcionó un programa arquitectónico para el diseño de edificios con grandes salas comunitarias, celdas inhóspitas para cada individuo y con muchas ventanas desde las que no se veía otro panorama que el que se cuece en el interior del gran caserón colectivo.
Falansterios, familisterios o grandes templos ecuménicos, donde todos los iguales son muy iguales y la abstracción se materializa en forma de reglamento.
Son construcciones utópicas que se asientan sobre unos cimientos de ingenuidad. Es como si reposaran en unos estratos del terreno que no pertenecen a la corteza de este planeta.
Todo encandilamiento utópico es un portento de sensiblería.
Nunca nadie es tan igual como aquel que se cree diferente, mi buen Francesc.
ResponderEliminarNo sabía de la construcción de este falansterio, es la primera noticia.
No lo encuentro enriquecedor, ni veo utilidad alguna, salvo el de la vigilancia mutua.
Una entrada que me hace pensar.
Un abrazo
Amic Miquel, los socialistas utópicos, anarquistas, protosocialistas, premarxistas, gentes como Robert Owen, Charles Fourier, Etienne Cabet, entre otro, montaron pequeñas comunidades y algunas construcciones "falansterios", comunas, etc. que proconizaban una forma de vivir y de educar a los hijos en forma de comuna antiparental y un urbanismo que diera respuesta a sus utopías. Perece ser que ninguno de aquellos modelos prosperó y todo quedó en nada.
EliminarA mí este tipo de edificio me recuerda una prisión panóptica.
Abrazos.
Sí, se que Cabet puso en práctica una comuna a la que llamo Icaria, y que Monturiol, el del Ictíneo fue uno de sus admiradores, pero sé también del fracaso de la misma por muy diversas razones que aquí no podríamos ennumerar.
EliminarEn la "Historia del pensamiento socialista", de Cole, está muy bien explicado.
Un abrazo
Amic Miquel, en la Bienal de Pensament de 2024, organizada por el anterior consistorio municipal, un grupo de arquitectas proponían un "urbanismo de género" con modelos muy cercanos a las ideas "protosocialistas" las que hacía más de cien años que habían fracasado, propugnaban una normativa para construir viviendas sin cocinas, con lavaderos colectivos y otros servicios también colectivos, todo autogestionado.
EliminarOí hablar a aquellas arquitectas, mientras una de ellas daba de mamar a una criatura, y me dio la impresión de que no conocían el fracaso de las propuestas del socialismo utópico o que no habían leído la "Historia del pensamiento socialista"
Salud.
Pues supérese la sensiblería en aras de rescatar y cuidar la sensibilidad.
ResponderEliminarSí, amigo Fackel, y enseñemos a no confundir la sensiblería con la sensibilidad.
EliminarSalud
Miquel, en la "Historia del pensamiento socialista" de G.D.H. Cole se estudia el tema de los falansterios.
ResponderEliminarEn la provincia hubo un falansterio en un pueblo, adjunto enlace info
https://www.elnortedecastilla.es/valladolid/el-cronista/paraiso-igualdad-castilla-20200820175838-nt.html
Hubo, por toda España, ejemplos de falansterios y se experimentaron diversos tipos de cooperativas que incluían también alguna forma de vivir en colectividad.
EliminarSalud
Lo que no sabía, Fackel, era lo de los prototipos de vivienda, tal como los ha puesto aquí Francesc.
EliminarLeí una novela, no recuerdo el autor, titulada "Walden", que hablaba sobre la vida en un edificio autogestionado, pero no recuerdo haber visto nunca un proyecto tal como el que nos ha presentado Francesc Cornadó.
Salut
Supongo que te refieres al Walden de Henry David Thoreau, muy utopista él, sí.
EliminarFrancesc:
ResponderEliminarcreo que las "utopías" son positivas en la medida en que suponen una meta, un camino, un objetivo, una ilusión, una esperanza.
Otra cosa son los "aprovechados", que siempre utilizarán cualquier cosa para medrar.
¡Líbrennos los dioses de todos ellos!
Salu2.
Amigo Dyhego, sé de muchos que ven en la utopía una razón para luchar, me parece que Ferrater Mora era uno de ellos. Desconfío mucho de las utopías y a mí se me haría muy difícil meterme en berenjenales y luchas por algo que no acabo de fiarme.
EliminarLos "aprovechaos" pululan y molestan por todas partes, además suelen ser unos mentirosos, que se empeñan en aparentar lo que no son.
Repito contigo: ¡Líbrennos los dioses de todos ellos!
Saludos.
Me sorprende la hermosa cúpula transparente del falansterio,resultando una buena protección para el enorme patio,lugar para la convivencia y juego de los niños.,mientras los padres trabajan en sus departamentos.Las comunas italianas,también pensaron en este problema ,como solución a la vivienda.Que vuelve en este siglo y nadie pretende solucionar,sólo mentiras.
ResponderEliminarSaludos
Amigo Car res, este tragaluz, me parece que produce una estratificación del aire interior que puede resultar molesta. Supongo que la vida bajo este lucernario debía ser bastante desagradable. Parece ser que los hijos estaban colectivizados, los adultos iban a trabajar pero hijos quedaban allí desvinculados, a posta, de los padres: los hijos pertenecían a la comuna y esto se utilizaba como una herramienta más de socialización.
EliminarSalud.
A mí también me asustan estos iluminados, mi querido FRANCESC. Pero las utopías , no dejan de ser eso ideales , teorizaciones, en definitiva ficciones en la inmensa mayoría de las ocasiones irrealizables y a la vista de estos falastetios q nos muestras, mejor así , porque a mí estas cosas en modo comuna , donde todo es de todos y de nadie, donde la uniformidad y la sumisión al líder es lo q se impone, me generan un pánico terrible. Galeano decía q las utopías sirven para caminar hacia ellas sabiendo q son inalcanzables, lo dicho, esta en concreto, que la pongan bien lejos para no llegar nunca : ) Muchos besos y buen finde!
ResponderEliminarQuerida María, se explica perfectamente el tragaluz del falansterio, correspondía al carácter de "estos iluminados".
EliminarLas utopías son construcciones mentales, una especie de ilusiones o unas entelequias que solo sirven para encandilar.
No creo en utopías y cuando se me acerca un iluminado de estos que quieren arreglar el mundo, lo primero que hago es protegerme la cartera y echar a correr.
Lo que dice Galeano suena bonito, pero un poco pamplinero, esto de caminar hacia lo inalcanzable es una forma "chic" de pasar el rato.
Abrazos mil.
Ahora el falansterio,la comuna,es obligada,ya no va de ideas.En Barcelona capital,en otras ciudades importantes,crece exponencialmente el alquiler de habitaciones,donde tienes que compartir espacios,ser sociable.Por necesidad,por el binomio sueldo-vivienda.Asi que o te alejas o aprendes a convivir.Me recuerda mi vida estudiantil.
ResponderEliminarSaludos
Amigo Car res, las condiciones sociales y económicas actuales obligan a compartir espacios, hoy se ha convertido un lujo poder vivir en una vivienda con uso individual, ya sea de propiedad o de alquiler. El problema de la vivienda lo veo muy difícil de resolver.
EliminarSaludos.
Comparto tu desconfianza.
ResponderEliminarSaludos cordiales
Amigo Luis Antonio, creo que nos dan muchos motivos para desconfiar.
EliminarSaludos
Las utopías son eso, utopías. En este mundo como bien dices, no desaparecerán dolores y enfermedades... Otra cosa es contemplar el lado positivo, lo que nos colma de bienestar, siempre personalizado, claro!
ResponderEliminarBuen fin de semana, Francesc
Querida Milena, las utopías pueden proveer de ilusión a muchos hombres y mujeres que viven en este mundo esperando que todo funcione la mar de bien.
EliminarUn fuerte abrazo,
En efecto, esa especie de patio recuerda a las galerías panópticas de una cárcel con lucernario, aunque bastante más ancha. Puestos a escoger, me quedo con la corralas de Lavapiés o de Tribulete, en Madrid, esas que describía con tanta crudeza Baroja o Galdós. No tenían claraboya, obviamente. Los pisos eran una birria, pero el conjunto estaba bien.
ResponderEliminarNunca he hecho ningún caso de las propuestas del socialismo utópico. No soy de utopías ni lo he sido nunca. NADA. Cuando era más joven, unos conocidos un poco hippies (unos hijos de papá, algo desnortados y bastante capullos) querían emprender la construcción de una especie de conjunto tipo falansterio en el Vallés, en la que todos compartiéramos todo (TODO ES TODO). Yo haría los planos, dirigiría la obra (gratis) y luego viviría allí con ellos, en un totum revolutum. Yo creo que no me habían visto bien la cara, je, je, je... Una fantasmada. Aquello quedó en nada, ni conmigo ni sin mí.
Sí, ha habido casos de falansterios en España, pero pocos. Sin ir más lejos, en el año 1841 un sujeto presentó al Ay Untamiento de Jerez un proyecto de construcción, en la zona de Tempul, de un falansterio, inspirándose en las directrices filosóficas de Fourier. En el expediente del Archivo Municipal consta que llega al Ay Untamiento la petición de unos terrenos fuera del casco urbano para instalar en ellos "una nueva población" que "podrá adoptar aquellos principios del socialismo que aconseje la prudencia por su alta moralidad y conveniencia pública", pagando "un canon moderado a los propios de la ciudad de Jerez de la Frontera". El demandante adjuntaba una especie de croquis, bastante modesto, de esa presunta futura población "falanstérica". Otra fantasmada.
https://www.lavozdelsur.es/uploads/s1/38/64/8/falanss.jpeg
Pero el citado Ay Untamiento, con buen criterio, no vio claro el asunto y lo descartó, alegando que esos terrenos no eran adecuados para tal fin, aún alabando encomiable intención de tal iniciativa.
Un abrazo
Amigo Gran Uribe, estos patios son como las galerías de las prisiones, todo está a la vista de todos, un lugar donde se comparte de todo, desde la intimidad al tedio, también el hedor y la mala conciencia.
EliminarEn España hubo pocos falansterios. No conocía el caso de Jerez.
Conocí el caso de unos amigos que montaron una comuna y funcionó durante un tiempo, no sé si lo compartían TODO-TODO, aunque tenía mucha confianza con ellos, nunca me atreví a preguntar nada de nada, para estas cosas yo soy muy discreto.
Y para las utopías soy muy descreído.
Abrazos,
Curioso la palabra falansterio, viene de la palabra falange, donde vive una falange, como modo de vida grupal tomando el modelo romano de su ejército. Su origen no es socialista. Lo digo, porque tal como esta la vivienda, terminaremos viviendo como una falange romana, todos juntitos, comiendo de la misma olla
ResponderEliminarSaludos
En efecto, Car-res la palabra viene de falange. Su origen es más bien militar.
EliminarNo sé como acabaremos viviendo o comiendo, el caso es que la vivienda cada vez está más inasequible y la comida cada vez es de peor calidad. No sé si comeremos todos de la misma olla, a mí me daría un asco terrible.
Saludos