Suelo pasar los días de calor, tan desconectado como puedo, nada de ordenador, nada de internet, poquísima televisión; aprovecho para leer. Casi siempre son textos clásicos antiguos, autores del Siglo de las Luces, neoclásicos, moralistas y memorialistas.
Aunque un "pelín" romántico, me gusta leer los versos de Leopardi y algo de la escasa poesía italiana no romántica.
Más de un verano lo he pasado con Montesquieu, con Voltaire, con Diderot, con el Barón de Holbach o con Rousseau -que cuando lo leí por primera vez no me gustó nada y después cada vez me gusta menos.
Este verano, he acompañado mi desconexión con Jean Racine (1639-1699) -Fedra, Berenice, Ifigenia en Aulide...
Debo decir que me decidí por Racine después de escuchar Cantique de Jean Racine de Gabriel Fauré.
¡Qué bueno es el neoclasicismo de Racine!, es menos filosófico que Shakespeare y es menos original que Corneille, que no es que fuera demasiado original, tampoco Shakespeare lo era demasiado, pero a mí, esto de la originalidad es algo que me importa bien poco, con conocer el capitel dórico, la estatuaria griega y los clásicos greco-romanos me basta, ellos eran los verdaderos originales y lo dijeron casi todo y ya está.
Volviendo a mi Racine de verano, opino que en su obra no hay ninguna rareza, cosa que agradezco, lo que sí que hay es una buena literatura que expresa todo el abanico de las pasiones humanas, creo que nadie ha expresado mejor que Racine las cuitas del amor con todos sus matices, la ternura, la ingenuidad, el deseo, los arrebatos, el delirio, la pasión, la amargura, la melancolía y los estragos que todas estas cosas producen.
Racine también expresa con gran maestría los sentimientos del amor maternal, de la amistad y el cariño filial. Nos habla además de las ambiciones, de los engaños, de los odios y del celo religioso.
El hombre, para Racine, es juguete de sus propias pasiones -esclavo diría yo, "esclavo de sus pasiones" tal como dice Franco Battiato. La razón no le sirve al hombre, más que para constatar los estragos que la pasión ocasiona.
El lenguaje de Racine es admirable por su claridad y por su equilibrio y contención. Exige, eso sí, atención, como la exige la belleza y contemplación de las obras de arte, que requieren corazones madurados por la vida y afinados por el estudio.
Contestar a tu entrada es, para mí, harto complejo. No soy ducho en los autores que nos citas, antes bien, he de confesar que hay uno que no lo tenía ni siquiera situado. Pero una cosa es contestar y otra distinta leer tu entrada. En ocasiones, esta es una, me pasa como con Borges, es complejo leerlo porque te das cuenta de que (uno) realmente no sabe nada , o muy poco, pero a la vez es agradable hacerlo porque el escrito es sencillo y fácil de entender.
ResponderEliminarLa última parte, la dedicada a la pasión, es al menos para mi, la parte que puedo responder. La pasión es la fuente del sufrimiento, la causante de todos los males, lo que perturba y anula la capacidad de razonar. Ahí si que están todas las religiones, las de libro y las que no lo tienen, completamente de acuerdo, como también lo está nuestro sentido común.
Un abrazo y gracias por la entrada. Me ha gustado mucho.
Salut
Miquel, son autores que me gustan.
EliminarNo me gustaría nada parecerme a Borges, creo que sus obras están bien escritas pero para mi gusto es demasiado fantasioso, no me gusta, lo veo apartado de la realidad.
Amic Miquel, muchos individuos han caído presos de las pasiones.
Salud.
Racine , es
ResponderEliminarel único que
no me sonaba
de todos, bueno
y el Barón de
Holbach.
Amigo Orlando, Racine escribió mucha obra para teatro, fue un gran escritor, como también el Barón de Holbach, de este he puesto alguna cosa en mi blog.
EliminarSalud
Te haré caso. Empezaré por Fedra, en cuanto acabe el que me traigo entre manos. Como mi francés, aunque nunca fue muy bueno, lo tengo muy oxidado, lo leeré en español. Perdí la oportunidad con mi madre, que siempre se ofrecía a que habláramos y leyéramos en francés y yo siempre reacio, tontolaba que es uno.
ResponderEliminarSaludos.
Amigo Gran Uribe, Racine escribió mucho teatro.
EliminarSiempre lo he leído en traducciones al español. No sé francés, no sé ni decir "oiu", tampoco se decir "tout le monde est une blague".
Salud.
De vez en cuando es conveniente regresar a los clásicos (incluyendo los neo) para conseguir el equilibrio y la mesura.
ResponderEliminarUn saludo, Francesc.
Sí, Cayetano, orden y mesura. Y siempre los clásicos.
EliminarSaludos.