El sueño de un arquitecto, pintura de Thomas Cole
El eclecticismo arquitectónico es un estilo de tópicos. El urbanismo de la ciudad ecléctica es amable porque recoge las tipologías convencionales que una sociedad ha ido almacenando en la mente colectiva.
Las fachadas que se suceden a lo largo de las avenidas son la expresión historicista de los tiempos pasados y la afirmación y proclamación de una supuesta grandeur.
Se comprende así la monumentalidad y desproporción que a menudo, acompañan al eclecticismo arquitectónico.
La arquitectura ecléctica se construye atendiendo a su finalidad, utilizando el estilo más acorde con el tópico formal que anida en la mentalidad colectiva.
He aquí algunos tópicos:
--Los edificios de los parlamentos serán helenizantes, clásicos. Su arquitectura debe recordarnos las democracias de Grecia. Estas arquitecturas habrán de ser la petrificación del derecho romano.
--Las universidades serán de estilo renacentista, pues en ellas se recoge el saber universal como el que propugnaban los humanistas de Renacimiento. En Barcelona tenemos el ejemplo de la Universitat Central que es de un renacentismo desfigurado que contiene algunas formas y proporciones que pueden recordarnos la obra de Brunelleschi.
--Los ayuntamientos serán de estilo gótico con unos elementos que rememoren la riqueza de los edificios consistoriales de las ciudades de Flandes o de la Liga Hanseática. En Barcelona podemos ver, entre otros elementos góticos, el Saló de Cent.
La ciudad ecléctica es un lugar de fachadas opulentas de decoro y de decoración.
Su arquitectura sólo expresa unas certezas aparentes que son la representación de los tópicos colectivos.
En la ciudad ecléctica no caben la arquitectura popular ni la residencial. Aún así, los edificios de estilo ecléctico deberán convivir con la arquitectura "doméstica" que da cobijo a la gran mayoría de los ciudadanos. De no ser así, sería una ciudad muerta de cartón-piedra.