viernes, 21 de abril de 2023

Regreso a la ciudad

 



Después de unas semanas de aislamiento casi total vuelvo con alegría al paisaje que más me gusta, el de los semáforos, las casas alineadas y a la conexión con mis amigos del blog.

Han sido un tiempo sin ordenador, sin teléfono y sin televisión. He contemplado un paisaje desprovisto de toda amenidad. Una geología sedimentaria de arcillas y lutitas, una botánica escasa de arbustos donde he visto como unas cabras salvajes mordisqueaban los brotes tiernos y unos zorros corrían de un lado para otro.




Unos libros antiguos, -Chateubriand, Diderot, Leopardi, Le Rochefoucauld me han acompañado por un paisaje monótono de aire purísimo.

Ahora, en la ciudad, encuentro otras monotonías que me son familiares y un paisaje urbano cuya diversidad es una forma decorativa de la monotonía que pasa.

16 comentarios:

  1. Es decir, perdido en el tiempo y en el espacio. Y en tus propios pensamientos. Que haya cundido. Feliz regreso a la "civilización".

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    1. No sé, amigo Fackel, si ha cundido. Aunque el trasiego sea extremadamente movido, el paisaje es lento, todo son ilusiones del espíritu y del "tempo" íntimo.
      Salud.

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  2. Un abrazote, me alegro de leerte.
    Salut

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  3. Bienvenido. Al fin y al cabo, el paisaje es el mayor de los convencionalismos. A mi lo que más me gusta de la ciudad es que todo es a lo grande, lo feo y lo bello.
    Encantado de leerte y enviarte un abrazo.

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    1. Sí, Pitt, el paisaje es un convencionalismo tan extenso como la superficie de la tierra. A juzgar por la cantidad de gente que vive en las ciudades, tenemos que admitir que éstas son lo que más gusta al personal.
      No me gusta nada un paisaje sin la presencia humana y en las ciudades es donde más presencia hay.
      Un abrazo

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  4. Exilio buscado en el silencio y buscando la dimensión insondable de la inmensidad.
    Tonificante.

    Bienvenido.
    Saludos.

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    1. Amigo Rodericus, me tonifica el cambio de aires, en cuanto a la dimensión insondable de la inmensidad te diré que me supera, lo remedio, sin embargo, con alguna canción de Batiatto, je, je.
      Abrazos

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  5. La ciudad es un artefacto muy humano. Una forma más de resistirse ante la feroz necesidad de lo natural. Como las lecturas de tu viaje.

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    1. Amigo Julio, yo soy de ciudad, la naturaleza agreste me incomoda. En la ciudad, este artefacto tan humano, encuentro las molestias adecuadas a las que ya estoy acostumbrado.
      Saludos

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  6. Hooola! Qué alegría tenerte de vuelta con nosotros, mi querido FRANCESC, con permiso de las cabras y el zorro ; )
    Tal y como describes el paisaje en el que has estado parece tan árido y tan duro que no sé yo si me acostumbraría, estoy tan hecha al verde que la aridez que te ha rodeado se me haría difícil. Te imagino como a uno de esos ascetas o anacoretas que se retiraban al desierto a meditar jaja desde luego ibas repleto de literatura de la dura, de esa que solo en medio del silencio absoluto se digiere a gusto , por eso aun choca más verte feliz de reencontrarte con la gran urbe, a mi, ni tanta soledad, ni tantísima compañía.. en fin, que un placer tenerte aquí de nuevo.

    Muchos besos, buenas noches y bienvuelto a tu casa ; )

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    1. María, a mi lo que me gusta es la ciudad, estar entre los edificios, los semáforos, la diversidad de los transeúntes, todo esto me satisface más que las cabras, los mosquitos, las tierras secas, los zorros y los arbustos que pinchan.
      Con el trajín ciudadano también puedo leer con facilidad estos libros "duros", no me molesta el ruido.
      Celebro mucho volver con los amigos del blog.
      Muchas gracias.

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  7. Verde de semáforo ,pero no puedes girar a la izquierda(prohibido),vuelves a la civilización, para darnos compañía.
    Saludos.

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    1. Amigo Car res, me alegra volver a la civilización, si no puedo girar en un sentido, giro en otro, en todas partes encuentro a alguien que admiro. En el campo puedo girar a cualquier lado, como las cabras o los zorros, pero por todas partes encuentro un paisaje desgastado y monótono.
      Es un placer volver ha comunicarme con todos vosotros.
      Salud.

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  8. Bienvenido de regreso, ¡Qué bien descanso! Se te extrañó. Leí las obras completas de Chateaubriand, no sólo sus memorias. Casi nadie lo lee hoy. También leí las Cartas que escribió su mujer Celeste. De los otros no puedo decir lo mismo :-( . Un abrazo

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    1. Querida Myriam, con el regreso vuelvo al contacto con mis amigos del blog, esto es una satisfacción. Me complacen tus comentarios y tu blog.
      Las obras de Chateaubriand las tengo en tres volúmenes, había leído los dos primero y ahora, en este tiempo de retiro, he leído el tercero. En cuanto a Leopardi y Diderot te diré que me gustan mucho; Leopardi me acompaña muchas veces en mis momentos de retiro, leo otra vez sus Cantos y de Diderot, ahora, me ha gustado "Carta sobre los ciegos para uso de quienes ven"
      Un fuerte abrazo.

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