viernes, 19 de noviembre de 2021

Restos miserables

 Sant Miquel. Jaume Huguet (1415-1492)


Escribo poesía en catalán y todo lo demás lo escribo en español. Paso de una lengua a otra sin dificultad. Pienso y hablo indistintamente en catalán y en español y no quiero participar en ninguna cruzada a favor de ninguna lengua, solo quiero entender y hacerme entender. 


Como cualquier lengua románica, el catalán y el español son los restos de un latín mal hablado. Se han escrito magníficas obras literarias en los dos idiomas. Grandes autores han sabido utilizar los restos de aquella lengua imperial que, poco a poco y por pereza, se fue transformando en algo que ahora sirve para comunicarnos.


No voy a pelearme por unos restos más o menos miserables que algunos artistas los han sabido convertir en unos idiomas nobles. Pero de peleas nada de nada.

19 comentarios:

  1. Haces bien. Ya me gustaría a mí saber cinco o seis lenguas para comunicarme con más gente. Al fin y al cabo, el objetivo es comunicarnos.
    Un saludo.

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  2. Con Mayte y mi hijo hablo castellano, con mis nietos me comunico en catalán. Leo los dos idiomas.
    Ningún problema, y si viene un político/r que su papeleta para que política a interferir en mi libertad de hacerlo así, puedo asegurar que su candidatura irá a la bolsa de la basura.
    Salut

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    1. Amic Miquel. Como a ti, que no me impongan la lengua en la que debo hablar. Quiero permanecer ajeno a las idioteces de unos cruzados que pretenden imponer una determinada lengua por razones ideológicas.
      Salud

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  3. Sospecho que los esclavos e inmigrantes variados que poblaron la República y sobre todo el Imperio de Roma no hablaron nunca bien el latín. Bendita mal habla de aquella lengua que proporcionó muchas derivaciones, de las cuales nos nutrimos.

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    1. Aquel latín culto de Horacio y Virgilio era para una élite y luego todos los demás se expresaban de la mejor manera posible y con ganas de hacerse entender. Aquel idioma fue derivando a otras formas menos elaboradas, en mi opinión, formas afectadas por la pereza y la utilidad.
      Con todo aquel batiburrillo salieron unos derivados que han dado grandes obras literarias. Todo esto es positivo, sí, pero la cosa decae y vamos mal cuando una lengua se quiere imponer por razones ideológicas.

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  4. De momento , no tengo problema, y eso que resido en una comunidad que se habla con otro acento y si quieres comunicarte lo haces Los que llegamos a otro lugar y nos integramos sin perder tus raíces.
    En casa de mis padres ;en catalán y español: porque una rama procede de la vasconia francesa y hablan euskera y francés dos idiomas que entiendo.Pero ella era catalana la yaya y con origenes italianos.
    No he sentido ese peso como tal, al contrario, aunque por las circunstancias actuales me comunico en español y con mis hijas en español o catalán.

    Un abrazo y un tranquilo finde



    Un abrazo

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    1. Bertha, la diversidad de orígenes y de lenguas es una riqueza. Quien quiera encerrarse en una única cultura, allá él.
      Abrazos

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  5. ¡Ay Francesc, Francesc, qué temita has sacado! No voy a entrar en análisis profundos, sino que me limitaré a narrar una experiencia personal.

    En los últimos años en que di clase en Secundaria, hace una eternidad (no había empezado el "procés"), se me exigía ya dar las clases en catalán. Eso para mí no significaba ningún incordio, porque lo hablo y escribo con cierta soltura, aunque me salga un poco peor el asunto oratorio en catalán y las clases perdían calidad. Leo y oigo programas de radio o TV sin apenas darme cuenta de en qué idioma están. Por tanto, hasta ahí bien, "cap problema".

    Pero empezaron ya a exigirme que me comunicara con todos los profesores en ese idioma y también con los alumnos; en el bar con los profes y en las guardias de patio y en los pasillos con los alumnos. Eso ya me pareció menos bien, porque yo hablo con quien me da la gana en el idioma en que nos da la gana a ambos dos interlocutores. Bueno, resultó que a los profes no, pero a los zagales se les hacían encuestas preguntándoles en qué lengua les hablaban sus profesores y... quizá desconocedores de las consecuencias, debieron de cantar como almejas, sin duda.

    De modo que, en el claustro final de curso, la profesora encargada de "Normalització linguistica", a la que tenía por amiga, me citó públicamente como "negacionista" ("el professor de Visual i Plàstica", dijo, o sea... yo —el único de esa asignatura—), junto con los otros dos profesores "herejes", dignos de la hoguera los tres. Por suerte, era mi último año allí. Desde entonces me he rebotado bastante con ese asunto y le he cogido manía a esa lengua que se me exigía utilizar fuera del aula de ese modo tan ridículo. Quizá los haya, pero yo no conozco hoy en día ningún otro país en que se intente suprimir una lengua como si fuera una lacra a extirpar; pero aquí... ¡"som els millors"!

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    1. Amigo Granuribe, en “Ensenyament” hay un ejército de intransigentes que velan por la imposición del catalán, espían a profesores y alumnos y hacen la vida imposible a quienes no pasan por el tubo de su ideología. Conozco casos muy cercanos.
      Además de "Ensenyament", hay otros ejércitos.
      Salud.

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  6. Lo importante es saber callarse en cualquier lengua.

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    1. Amiga Viky, claro que sí, hablar y callarse con libertad,
      Saludos

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  7. Cuando una lengua deja de ser un medio para entendernos, y alguien la usa como arma contra otros, está denigrando esa lengua y prostituyéndola. "sapere aude" sin ira.

    Saludos.

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    1. De acuerdo absolutamente contigo. Cuando una lengua se impone con fines ideológicos está condenada a su desaparición.
      Digamos además, que la imposición cuesta un dineral y se lleva una gran parte del presupuesto, digamos además que la imposición conlleva manipulación en la escuela y de la información, digamos además que la imposición de una lengua sirve para redactar una lista de desafectos a los que algún día habrá que purgar, hay otros efectos perversos que sería muy largo detallar.
      Saludos

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  8. Uno lee el testimonio de Uribe, repetido en varias ocasiones y en distintos circulas. Este dogmatismo catecúmenal consentido por el estado y piensa que cuando la intolerancia llega a las escuelas empieza la ignorancia.
    ¿Tan difícil será que cada uno hable como le de la gana?.
    Un saludo.

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    1. Amigo Daniel, sucesos como los que comenta el Granuribe, ocurren con frecuencia. Además de otros ejércitos ideológicos, hay un ejército de maestrillos y maestrillas que únicamente se dedican a controlar el uso del catalán, son comandos que ejercen de espías y delatores.
      Lo ponen difícil para que uno pueda hablar libremente en la lengua que quiera.
      Saludos

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  9. Totalmente, las culturas son extensas, diversas... ¡nos enriquecen!... pero desde luego, que no nos impongan!!
    En mi caso, tengo cultura francesa y española a partes iguales, que no me den a elegir, ¡es imposible! Saludos

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    1. Así es, Milena, que no nos impongan una determinada lengua, que dejen que hablemos con toda tranquilidad, las lenguas sirven para comunicarnos y no para incordiar.
      Saludos

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    2. Estimada Milena, agradezco mucho tu comentario y me alegra que formes parte de la lista de mis seguidores.
      Saludos

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